Madrid

Lhardy

7.5 /10
Precio medio
80€
Dirección
Carrera de San Jerónimo,8
Teléfono
915213385 Llamar
Web
https://lhardy.com/
 Lhardy
20/02/2022. Madrid. España. Restaurante Lhardy. Se encuentra en la Carrera de San Jeronimo, numero 8. Foto: Belen Diaz. archdc
Lhardy Carrera de San Jerónimo 8,Madrid

Madrid cuenta con doce restaurantes centenarios, declarados por el Ayuntamiento ‘espacios culturales y turísticos de especial significación’. Establecimientos cuya historia es la de la gastronomía madrileña, pero también la de su vida social, artística y política. Como es bien sabido, el más veterano de esa docena es Botín, que abrió en 1725 y está considerado el restaurante más antiguo del mundo. Sin embargo, el que hoy nos ocupa, Lhardy, se puede considerar el primero que se abrió en España al estilo francés, con precios fijos, minutas escritas y mesas separadas. Mérito de Èmile Huguenín, que después sería conocido como Èmile Lhardy, quien lo inauguró en 1839 a un paso de la Puerta del Sol.

En los últimos tiempos, la casa había entrado en una preocupante decadencia que hacía temer por su desaparición. Afortunadamente los hermanos García Azpiroz, propietarios del grupo Pescaderías Coruñesas y dignos sucesores de su padre, el inolvidable Evaristo García, lo compraron el año pasado y durante unos meses procedieron a una minuciosa restauración que ha devuelto su antiguo esplendor a los legendarios salones de esta casa. El Isabelino, el Japonés o el Blanco, testigos de tantos acontecimientos históricos, vuelven por sus fueros, como vuelven las piezas de servicio, las vajillas o las cuberterías, rescatadas de los almacenes donde estaban arrumbadas.

Y con todo ello, bajo la dirección a distancia de ese magnífico profesional que es Abel Valverde, vuelve también la buena cocina, con esos platos que hicieron célebre a Lhardy, entre ellos el famoso cocido (60 euros), de precio elevado pero presentado con un lujo que también tiene un precio. Ya en la tienda de la planta baja el consomé servido en samovar de plata y las barquetas de riñones vuelven a ser los que recordamos los que ya tenemos una cierta edad. Los nuevos responsables han optado por una carta breve en la que están todos los clásicos. Eso sí, con precios elevados, que el espacio hay que pagarlo.

Para empezar unas muy notables croquetas de cocido (3,50), bien cremosas. Y, para continuar, los famosos callos (22) que tanto han gustado a reyes, políticos, artistas y escritores en estos cerca de dos siglos de historia. Bien melosos, pero demasiado salados los que me sirvieron. Imprescindible el pato canetón de Las Landas asado a la naranja (34), sin duda lo mejor de cuanto probé. Y muy correcto el solomillo Wellington (para dos personas, 28 cada una), con buen hojaldre y la carne en su punto. Entre los tres postres que se ofrecen hay que elegir, sin duda, otro clásico de la casa, el suflé (11), flambeado en la mesa. Una completa bodega y un servicio de sala a la altura completan las buenas sensaciones en este Lhardy que vuelve a ser el de siempre. Ojalá sea durante otros tantos años.

Cierra domingos.