El pulso de Ábalos pone en jaque la autoridad de Sánchez en el PSOE
Críticas internas entre los socialistas por la forma de pedirle el escaño: «Esto se lo puedes hacer a Tito Berni»
El exministro evita este miércoles al presidente el trago de coincidir en el Pleno del Congreso, pero provoca una crisis sin precedentes
Quién es Javier Hidalgo, el 'atípico' empresario relacionado con Víctor de Aldama en la trama del Caso Koldo
La Fiscalía Europea reclama informes al juez del caso Koldo
«Ante la necesidad de defenderme he decidido pasar al Grupo Mixto»

Desde 2017, cuando volvió a la Secretaría General del PSOE, nadie había desafiado la autoridad de Pedro Sánchez de manera tan abierta, pública y profunda como lo hizo ayer José Luis Ábalos, uno de los dirigentes que más fieles fue siempre, incluso en ... los peores momento, al presidente del Gobierno.
El exministro de Transportes y exsecretario de Organización de los socialistas le evitará este miércoles el trago a su hasta ayer jefe de filas de coincidir en el Hemiciclo, en una sesión de control, la que comienza a primera hora, plagada de preguntas de la oposición, empezando por la de Alberto Núñez Feijóo, sobre el caso Koldo, la presunta trama de enriquecimiento gracias a contratos de mascarillas con el Gobierno central y varias administraciones autonómicas socialistas que afecta al antiguo asesor de Ábalos y guardián de los avales de Sánchez en las primarias de hace siete años, Koldo García.
Pero es casi lo único que puede agradecerle Sánchez a su antiguo hombre fuerte en Ferraz o el único alivio que le concede. Todo lo demás supone una situación dantesca, perturbadora y sin casi precedentes para un partido en el Gobierno. Y un revés que Sánchez, el líder que siempre presumió de ser el secretario general de la militancia, no había tenido que afrontar hasta ahora.
El militante Ábalos, el mismo que alojó al hoy jefe del Ejecutivo en su casa en Valencia cuando trataba de recuperar el liderazgo del partido, el mismo que defendió en la tribuna del Congreso de los Diputados la moción de censura presentada por el PSOE en 2018 para derrocar a Mariano Rajoy, el que controló con mano férrea el aparato socialista hasta hace apenas dos años y el que fue su primer ministro de Fomento al llegar a La Moncloa evitó ayer hacer lo que le ordenaba Sánchez por medio de la Ejecutiva Federal, que no era otra cosa que renunciar a su escaño por Valencia.
Ábalos pasa ahora al Grupo Mixto, aunque de manera preventiva el Grupo Socialista ya registró ayer un escrito a la Mesa del Congreso solicitando el cambio de su escaño, para pasarle de las primeras a las últimas filas de la bancada. «Yo sé lo que es un apestado político», dijo Ábalos en la sala de prensa, donde explicó su numantina decisión, mientras por la megafonía sonaba la alerta que avisa a los diputados del comienzo del pleno semanal, como todos los martes a las tres de la tarde. Una sesión a la que decidió no asistir, como tampoco lo hará hoy mismo.
Poco tardó en llegar la resolución de la Ejecutiva Federal que le suspendía de militancia cautelarmente, el primer paso de un proceso que podría determinar una falta grave por «obstrucción a la labor y decisiones de los órganos del partido» o incluso muy grave, la que lleva aparejada la expulsión definitiva del partido, por haber actuado «por acción u omisión, en contra de acuerdos adoptados por los órganos de dirección».
En el comunicado donde se adoptaban estas medidas, ante las que Ábalos tiene cinco días para presentar alegaciones, se difundieron tanto su DNI como la dirección de su piso de Valencia e incluso su correo electrónico. Poco antes Ábalos denunciaba que había quien estaba intentando averiguar su dirección.
Conmoción socialista
El estupor y la conmoción es total en el PSOE. La cara durante todo el día del actual secretario de Organización, Santos Cerdán, número dos orgánico de Ábalos en su día y persona vinculada desde sus tiempos en la política en Navarra al ínclito Koldo, al que introdujo en Ferraz como chófer, reflejaba como pocas veces el alma de un partido en estado de shock.
Un importante dirigente socialista trataba de hacer memoria de un caso similar, preguntado por ello, y tras unos instantes meditabundo admitía que no lo encontraba. Otro decía que «es muy triste», pero explicaba que «la política es así de cruel y hay que aceptarlo». Un tercero, alto cargo del Gobierno, coincidía en la tristeza del momento, pero añadía que «todos tenemos que asumir nuestras responsabilidades». Muchos de esos dirigentes comparten un sentimiento ambivalente ante lo ocurrido. Elogian a Ábalos como compañero de siglas y dirigente político, con «un conocimiento del partido y un cariño por él indiscutible».
MÁS INFORMACIÓN
Tampoco las formas encuentran amplio consenso. «Hoy los militantes están dolidos», afirmaba un dirigente de la actual dirección socialista, mientras que otras fuentes del partido aseguran de manera tajante que «a alguien tan importante como Ábalos no se le puede tratar así». Entre otras cosas porque, argumentan estos dirigentes, esa manera de empujarle a su salida, finalmente sin éxito, ha podido precipitar su decisión final. «Esto se lo puedes hacer a Tito Berni, pero no a Ábalos», zanjan, en referencia al diputado canario imputado el año pasado en una trama corrupta, que sí aceptó entregar su acta tras solicitárselo Cerdán.
Ahora, en un envite de mayor envergadura, el hombre que controla el aparato socialista, cuya figura política se ha elevado en los últimos meses por su papel en la negociación de la investidura con Carles Puigdemont, no ha logrado su objetivo, tras reiteradas conversaciones con Ábalos, incluso en el propio domicilio de éste.
Un hecho que tampoco pasa desapercibido y empieza a levantar críticas internas. «Santos debería haber salido a pedirle el acta y dedicarle alguna palabra amable», señala otra voz autorizada en el PSOE. Algunos incluso señalan el posible «miedo» del actual numero tres a que le pregunten por su relación con Koldo. Este miércoles se cumple una semana de la operación de la UCO que desató el escándalo. Y la crisis para Sánchez no ha hecho más que agravarse.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete