Ábalos no dimite y consuma su desafío a Sánchez: «Ante la necesidad de defenderme he decidido pasar al Grupo Mixto»
El exministro acusa al partido de no haberle dejado «hallar la mejor solución a la crisis». «Mi renuncia sería un signo de culpabilidad que no asumo», dice
Directo | Última hora del caso Koldo y del futuro político de José Luis Ábalos
¿Qué pasa ahora que Ábalos ha decidido mantener su acta de diputado en contra de lo que le pedía el PSOE?

Acabadas las ruedas de prensa de todos los portavoces, toda la atención de la sala de prensa del Congreso quedó centrada en José Luis Ábalos. Tardó en aparecer por allí, tres horas más tarde del ultimátum dado ayer lunes por el PSOE para ... que dejara su acta, y cuando lo hizo fue directo. «Ante la necesidad de defenderme he decidido pasar al Grupo Mixto», señaló. Se queda. Una decisión que conllevó la rápida suspensión de militancia por parte del PSOE, que podría derivar en su expulsión definitiva.
Su comparecencia ha estado cargada de reproches a la actitud de la dirección del PSOE por haber tratado de forzar su dimisión. «Me hubiera gustado tener el beneficio del compañerismo. No ha sido así. Me gustaría estar haciéndo esta comparecencia respaldado por la dirección de mi partido. Creo que habría sido lo correcto, pero no ha sido posible», ha lamentado antes de hacer el anuncio que él mismo ha valorado como «la decisión más importante» de su vida política.
En una comparecencia cargada de dramatismo, Ábalos ha dicho haber tomado la decisión después de escuchar «el ruego de que siga adelante en la lucha» por parte de aquellos que «de verdad le quieren» y a la vez que ha defendido su honorabilidad, insistiendo en que no está acusado en el caso Koldo.
El argumento fuerza de su intervención es el que ha tratado de transmitir en privado estos días a su partido, sin éxito. Ábalos considera que la teoría del cortafuegos no funcionará y que el caso seguirá erosionando al Gobierno: «Rendir un tributo a la derecha como creo que hacer la dirección política de mi partido no va a impedir que la derecha continúe la cacería», ha afirmado tras anunciar una decisión «muy difícil en lo personal», pero que «no atiende a cuestiones de índole personal».
El dolor expresado por Ábalos hacia el partido en el que lleva militando más de 40 años han quedado patentes durante toda su comparecencia. Pero con especial carga de profundidad en este punto: «Ojalá también asistir al final de esta partida obligando a que, quienes ahora pretenden echarme a la calle por la puerta de atrás, tengan que mirarme a la cara a mí y a muchos compañeros y compañera del partido que me animan a seguir adelante». Toda la motivación del otrora todopoderoso político valenciano es defender que reclamar su salida solo contribuirá a su estigmatización personal: «No puedo acabar mi carrera política como un corrupto cuando soy inocente».
«En estos días tan emocionales he recibido muestras de afecto desde fuera del partido. Hagas lo que hagas, vamos a estar contigo, me han dicho, y con eso me quedo», ha trasladado visiblemente emocionado antes de despedirse del Grupo Socialista, a los que ha querido «reconocer por su entrega y trabajo». La figura del exministro concitó toda la actualidad de la mañana en los pasillos del Congreso, a donde seguirá acudiendo puntualmente para cumplir con sus labores de diputado. Un pulso en toda regla al PSOE y un problema para Pedro Sánchez, con el que presuntamente coincidirá este miércoles durante la sesión de control al Gobierno.
En su comparecencia Ábalos se ha mostrado dispuesto a dar la batalla hasta el final y a hacerlo pese a la evidente situación de fragilidad que ahora le acompañará, suspendido de militancia por su partido y cuestionado por los suyos. «Siento que me enfrento a todo. Vengo solo en mi coche, no tengo secretaria, no tengo a nadie detrás ni a nada. Me enfrento a todo el poder político, quien me lo iba a decir, de una parte y de otra. Y lo tengo que hacer solo. Soy un mero peón que se inserta en una lucha política sin reglas que se fundamenta en la eliminación de cualquiera y de cualquier modo». El antiguo hombre fuerte del PSOE en el primer Gobierno de Sánchez ha llegado a denunciar presiones a allegados suyos para hablar contra él.
Antes de hacer pública su decisión, Patxi López había reconocido que todo el caso Koldo les estaba «produciendo mucho dolor». «Según el sumario, no existe ningún reproche penal al señor Ábalos. Pero como la lucha contra la corrupción es una cuestión nuclear del partido y del presidente, de ahí la resolución de ayer de la Ejecutiva del PSOE. Aquí no va a haber martillazos ni policía corrupta. Solo ejemplaridad y asunción de responsabilidades políticas», señaló el portavoz socialista sin explicar cómo había podido tener acceso al sumario sin estar personado el partido. Lo que sí hizo fue dejar caer que, en caso de confirmarse que Ábalos continúa como diputado, sería expulsado del partido.
José Luis Ábalos ha hecho caso omiso de la exigencia del PSOE, que le había conminado a dimitir en un plazo de 24 horas, y continuará como diputado integrado en el Grupo Mixto, según adelantó la 'Cadena Ser' y pudo confirmar este diario de fuentes socialistas antes de que el exministro lo hiciera público. Un movimiento traumático para la cúpula del PSOE, pero esperado después de que el exministro de Transportes hubiera renunciado ayer lunes solo a su cargo como presidente de la comisión de Interior.
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Su sucesor al frente de la Secretaría de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha mantenido con Ábalos una conversación en las últimas horas para tratar de convencerle, sin éxito, de acatar la decisión de la Ejecutiva Federal. Ha sido la última de una serie de contactos que ambos han mantenido desde la última semana. Y en los que Ábalos siempre ha expresado a su interlocutor su contrariedad por querer ser utilizado como chivo expiatorio.
Cerdán ha llegado a desplazarse al domicilio de Ábalos, en el municipio madrileño de Rivas, para conversar con él cara a cara. La charla de esta mañana ha sido un último intento de evitar que el político valenciano ocupara esta semana su escaño durante el pleno, en el que previsiblemente coincidirá con el presidente del Gobierno, durante la sesión de control del miércoles.
La renuncia de Ábalos como presidente de la comisión de Interior era preludio de un atrincheramiento. ¿Por qué sí renunció a ese puesto? Sencillamente porque al contrario que el acta, que es personal, ese puesto podía perderlo fácilmente en una votación al respecto en la citada comisión.
A las 11:21 se cumplian 24 horas exactas desde que la portavoz de la Ejecutiva Federal, Esther Peña, anunciase que la dirección del partido por unanimidad había acordado solicitarle a Ábalos que entregase su acta de diputado, abriendo desde entonces ese plazo. En Ferraz justificaban ayer ese movimiento en la convicción de que quien fue durante cuatro años secretario de Organización del PSOE no iba a contravenir un mandato de la dirección del partido. Pero pronto empezaron a entender que el pulso de Ábalos iba a mantenerse hasta el final.
Con Ábalos en el grupo mixto se añade un ingrediente de incertidumbre a la complicadísima aritmética que tiene que afrontar el Gobierno en cada votación en el Congreso de los Diputados. No obstante, el voto de Ábalos no será el decisivo en ninguna votación contraria al Gobierno, que lo que necesita es amarrar a Podemos (4) y Junts (7) para no quedarse en minoría. Eso sí, los números están ajustados y ahora hasta una abstención cotiza al alza. Por lo que los socialistas sí tendrán que preocuparse de su posición en cada votación.
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