editorial
Otro choque de Montón con la ética y la transparencia
Nuevo episodio que añadir al proceder de la exministra alejado de la ética y la transparencia que deben acompañar a todo aquel que transite por la esfera pública

Las revelaciones que hoy publica ABC sobre el ocultamiento de la exministra Carmen Montón al Congreso de la compra de una casa a través de tres créditos por valor 600.000 euros, fintando la ley que obliga a los diputados a informar de sus cambios patrimoniales, supone un nuevo episodio que añadir en su currículum de choques frontales con la ética y la transparencia que deben acompañar a todo aquel que transite por la esfera pública. Montón tuvo que dimitir como ministra de Sanidad al descubrirse irregularidades flagrantes y bochornosas en la obtención de un máster. Este comportamiento no evitó que, sin experiencia diplomática alguna, Pedro Sánchez la recolocara como embajadora de España ante la Organización de Estados Americanos, con sede en Washington. De inmediato, su marido fue también colocado en la Embajada de España en la capital de EE.UU. Que ahora se conozca que en su día se saltó las normas que obligan a todos los diputados, ocultando durante año y medio al Congreso información patrimonial muy relevante, nos habla de un proceder tan alejado de la ética y la probidad mínimas que la inhabilitan para seguir representando a España en el exterior.
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