Madrid

Puntarena

6.5 /10
Precio medio
55€
Dirección
Alberto Aguilera,20
Teléfono
914 93 99 54 Llamar
Web
www.puntarenamadrid.com
 Puntarena
 Serenidad y sobriedad imperan en el comedor. Foto: Belén Díaz
Puntarena Alberto Aguilera 20,Madrid

El cierre de Punto MX ha dejado un hueco importante en la oferta de cocina mexicana en Madrid pero, a la espera de que pronto se pongan en marcha los nuevos proyectos de Roberto Ruiz, aún se mantiene un buen nivel gracias a restaurantes como Tepic, Entre Suspiro y Suspiro, Regañadientes o Mawey Taco Bar. A los que podemos añadir Puntarena, una casa que en los casi dos años que lleva abierta ha pasado bastante desapercibida para críticos y «especialistas» de las redes sociales, pero no para una numerosa clientela. Se trata del restaurante de la Casa de México en España, en el palacete al que se trasladó en 2018.

Un local grande, con acceso independiente desde la calle, que cuenta con una apabullante colección de tequilas y mezcales expuesta en la entrada. De allí se pasa a una amplia barra (con buenos cócteles), al sobrio comedor principal y al acogedor patio interior, decorado con un jardín vertical, que sirve como terraza para comer o cenar al aire libre. Como pega, mesas demasiado pequeñas, sobre todo teniendo en cuenta que la comida mexicana es de compartir y que lleva bastantes elementos complementarios, desde tortillas hasta salsas. Equipo de sala muy amable, aunque tiende a despistarse en ocasiones.

Puntarena es la sucursal española de un grupo que cuenta con varios restaurantes en Ciudad de México. Su nombre ya marca la orientación de la cocina de esta casa, que apuesta por los productos marinos, algo muy poco habitual en los restaurantes mexicanos en España. Eso no significa que renuncien a las carnes, aunque están en segundo plano. Buen detalle indicar en la carta el origen geográfico de cada plato. Cuidadas presentaciones, producto de calidad y mucha frescura son algunas de las señas de identidad de este mexicano que marca bastantes diferencias con el resto. Eso sí, como ocurre es casi una triste norma, si se quiere una salsa que de verdad sea picante hay que pedirla expresamente.

Está bueno el potente aguachile de lubina (18 €) con yuzu y chile serrano, y funciona muy bien el pulpo «enamorado» (22), en finas láminas crujientes con encurtidos y salsa de chile de árbol. Baja bastante el huarache de setas al pibil (14), una masa inflada con las setas, frijoles y cebolla morada. Insulso y con demasiada masa. Tiene más sabor el otro huarache de la carta, con presa ibérica. Pero lo mejor que probamos es el pescado a la talla (6). Tocaba lubina. Presentada entera, abierta, hecha al carbón con una pasta de chiles. Perfecta de punto, muy rica. Se acompaña con tortillas, guacamole y frijoles para comerla en tacos si se desea. Para rematar, un agradable pastel de elote con salsa de tres leches (7). Un mexicano tan diferente como interesante.

Cierra domingos noche. Terraza.