La Malaje

Cuando se habla de buena cocina andaluza en Madrid, una de las referencias fundamentales es La Malaje. El cordobés Manu Urbano, que estuvo varios años en Sacha, y su socio Aarón Guerrero abrieron en 2016 una sencilla taberna en la calle Relatores, a un paso de Tirso de Molina. Con una cocina de la memoria, en este caso de la memoria andaluza, bien puesta al día, en poco tiempo se hicieron un importante hueco. Una breve carta llena de guiños al sur, con abundancia de platos y guisos populares. Tenían todo preparado en marzo para trasladar La Malaje a la céntrica plaza de la Paja. Un lugar mucho más adecuado, que incluso les permite disponer de una amplia terraza. Con el confinamiento todo quedó congelado, pero con la vuelta a la (casi) normalidad pudieron al fin inaugurarlo. Primero la terraza y luego el espacio interior, sometido, claro, a las obligadas normas de prevención. Un local no muy grande, pero bien aprovechado. Una pequeña barra en la entrada y al lado una zona con mesas para lo que es una taberna andaluza, continuidad de la etapa anterior. Este espacio se amplía con una acogedora entreplanta abierta sobre la barra. Y luego, en la planta superior, a la que se accede por una empinada escalera, hay un pequeño comedor, con dos balcones a la plaza. Cuatro mesas para no más de diez comensales con la única opción de un menú degustación (85 €).

En la taberna se mantiene la línea de cocina popular andaluza bien actualizada. Entre otros platos, chicharrón de Cádiz, carne mechá de lomo ibérico de bellota, ensaladilla de gambas, carpaccio de atún rojo en manteca colorá o bienmesabe de cazón. Siempre hay una buena oferta de sugerencias del día. Probamos las croquetas, muy ricas las de jamón, insulsas las de rabo de toro, y un estupendo jurel en escabeche de tamarindo (12 €). También fuera de carta unos salmonetitos adobados (16), francamente buenos. El roast beef con escabeche de tomate seco (15,60), este sí en carta, es otra interesante opción. Entre los clásicos, siempre con guiños andaluces, funciona muy bien el plato de chipirones fritos con huevo y alioli de ajo asado (15,50). Lo mismo que el torteloni de berza y chicharrón (15). Pero donde más luce la cocina de Manu Urbano es con los guisos, que se irán incorporando a la carta con la llegada del otoño. Esta semana, unas pochas con pichón y un toque de oloroso (17,50) de auténtico lujo. Se ve la mano de un gran cocinero. De postre, chocolate, pan y aceite con frutos rojos ligeramente picante. En La Malaje, que abre los siete días de la semana, sólo hay vinos del sur. Para todos los gustos y presupuestos. Merece la pena visitar este renovado La Malaje.

Terraza. Abre todos los días.