DÍA MUNDIAL DEL SÍNDROME DE DOWN
Síndrome de Down: «La discapacidad no incapacita»
El entrenador Álvaro Puche expone la importancia del ejercicio físico y, en concreto, de fuerza para este colectivo
«Me he dado cuenta de que mi hijo Bosco, con síndrome de Down, es el mejor pegamento para la familia»

«Entre las muchas capacidades de una persona con Síndrome de Down destacaría su capacidad de aprendizaje, resiliencia, entrega, cabezonería y garra«, señala Álvaro Puche, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, máster en Fisiología Integrativa.
Para este entrenador personal, especializado en ejercicio físico y entrenamiento de fuerza para personas mayores y para sectores especiales de la población, como pueda ser este, son cualidades importantes para el deporte porque tienen una «marcada tendencia a la pérdida de tejido muscular, una baja densidad mineral ósea, inestabilidad articular por hiperlaxitud, una tendencia al hipotiroidismo, a las cardiopatías y al sobrepeso».
Por eso, prosigue, «desde mi desarrollo profesional como entrenador y educador físico, especialista en la rehabilitación metabólica, destacaría que tenemos que ayudar a que las personas con síndrome de Down potencien sus capacidades fisiológicas, teniendo en cuenta que van a estar abocados inicialmente y de forma natural a padecer lo que denominamos como «síndrome metabólico» (consecuencias derivadas del gran acúmulo de grasa visceral). Tratar de no llegar a este síndrome metabólico o, en el caso de que ya haya sido instaurado en la persona con SÍndrome de Down, intentar revertirlo es de capital importancia en el desarrollo de la vida en la persona con este contexto«.
¿Desde qué momento se puede empezar a trabajar el desarrollo de las capacidades físicas y psicomotrices en personas con síndrome de Down?
Lo antes posible, desde los tres meses de vida. Es muy importante tener en cuenta que la estimulación ambiental temprana va a marcar el porvenir de la vida de la persona con síndrome de Down. La exposición a estímulos psicomotrices, kinestésicos-táctiles, visuales, auditivos,… es clave en su mejor desarrollo posible. Y un buen trabajo a nivel muscular. La persona con síndrome de Down necesita un mayor nivel de ejercitación que una persona que no tiene esa condición, puesto que estas normalmente no llegan a cumplir siquiera con las dosis mínima de actividad física y ejercicio físico. No hay salud orgánica sin salud muscular. También es mejor lidiar no sólo las cuestiones meramente física, sino también las mentales y psico-sociales, con altas tasas de movimiento y ejercicio físico. Y el músculo y su ejercitación son fundamentales. Con otras palabras: lo que es bueno para el cuerpo lo es también para la mente, y lo que es óptimo para la salud corporal es cuidar de una buena condición muscular. Luego, el entrenamiento de fuerza es clave para la persona con síndrome de Down. Y su gran capacidad de esfuerzo, perseverancia y aprendizaje va a ayudar a que se adhiera a su práctica habitual. Esto va a tener muchos beneficios para ellos.
¿Qué relevancia tiene el entrenamiento de fuerza para las personas con síndrome de Down?
Les va a ayudar a mejorar su salud muscular, y con ello a tener un mejor funcionamiento endocrino e inmunológico, una mayor densidad mineral ósea, mayor estabilidad articular, mejor capacidad de oxidación de grasas, mayor capacidad cardiaca, pulmonar y en general de oxigenación de los tejidos, mejor psicomotricidad, más estabilidad, mejor coordinación y equilibrio y menos probabilidad de fracturas y caídas con ello. Tienen muchos factores de riesgos que se combaten fundamentalmente con el ejercicio físico y la estimulación ambiental. Sin miedo. Lo que nos lo debería dar es que pierdan capacidades físicas y condición y salud muscular.
¿Están los gimnasios acondicionados para ellos?
Claro que lo están. Los gimnasios actuales son espacios de integración no sólo física, sino también social para ellos. Recordemos que son grandes sociabilizadores, lo que va a ayudar en un doble sentido: por un lado a que tengan un mayor nivel de adherencia y por otro a que la instalación donde ellos vayan sea mejor, con una energía más bonita si cabe. El uso adecuado del gimnasio es una de las mejores herramientas para prevenir o revertir cardiopatías, diabetes, sobrepeso y fracturas, grandes problemas para este grupo de personas.
¿Cuáles son tus experiencias en el entrenamiento de personas con síndrome de Down?
Todas son maravillosas. He aprendido mucho gracias a ellos. Y siempre digo que el gran bien me lo han hecho a mí al tener la posibilidad de compartir experiencias y vivencias. En términos de resultados conseguidos, mejoran en cada uno de sus biomarcadores reflejados en unas analíticas de sangre, mejoran su fuerza, su grado de autonomía e independencia, potencia el desarrollo de sus capacidades motoras y cognitivas, mejora la gestión de la glucosa en sangre, sus hábitos de vida y su interrelación con el medio en general. Me gustaría reparar encarecidamente en la importancia del apoyo y el ejemplo de su entorno más cercano. Si la familia es activa y entrena, ellos son activos y entrenan, y así, sólo así, consiguen lo mejor para todos.
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El ejercicio nunca se debe contraindicar, siempre se debe adaptar. Y para una correcta dosificación, adaptación y supervisión la figura del profesional del Ejercicio Físico es fundamental.
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