«Cuando mi hija enferma me dijo 'qué chulo es que me puedas cuidar', supe lo importante que es conciliar»
Maite Sánchez dejó la empresa inmobiliaria en la que trabajó durante 16 años para escalar profesionalmente mientras se beneficia de la flexibilidad horaria para cuidar de su hija
«Cada persona debe analizar qué le impide conciliar y cuáles de estos obstáculos dependen de ella»
Maite García llevaba trabajando en una inmobiliaria de Torrevieja 10 años como comercial cuando le ofrecieron cambiar al departamento de Marketing, lo que le pareció buena idea porque ser comercial le obligaba a estar disponible los fines de semana y días festivos, algo que ... resultaba incompatible con la idea que ya le rondaba la cabeza de convertirse en madre. Logró quedarse embarazada al poco tiempo. «Pedí una reducción de jornada, y de sueldo, claro», aclara.
Pasados los meses volvió a tener su jornada intensiva y a recuperar su sueldo. «Llegó un momento en que con 43 años sentí que había llegado al techo en aquella empresa. Soy muy inquieta y no me imaginaba allí el resto de mi vida laboral. Era un buen trabajo, pero ya no tenía más recorrido. Quería evolucionar».
Se planteó reflexionar sobre qué era lo que le estaba frenando allí y se dio cuenta de que la parte económica le pesaba mucho. «Irme sin indemnización no podía ser porque sería perjudicar a mi familia. Soy muy inquieta y me gusta seguir formándome continuamente para progresar. Pensé que para dar el paso y buscar otras salidas profesionales necesitaría saber qué tiempo requeriría para encontrar clientes y no perder el sueldo que tenía en aquella empresa. Puse un cálculo de seis meses».
Justo en esos días, una compañera de Mamis Digitales, donde Maite García se había formado, la telefoneó para decirle si la podía ayudar con un cliente suyo que era una gran oportunidad. «Le expliqué que yo estaba trabajando en la inmobiliaria y por las tardes con mi hija pequeña, pero que adelante. Acepté. Lo que empezó con una pequeña ayuda al cliente, fue evolucionando. Le gustó mucho nuestro trabajo, nos trasladó más encargos, nos pasó el contacto de otras empresas interesadas. Esto fue en junio y en julio presenté mi dimisión en la inmobiliaria porque ya ganaba el doble como asistente virtual en el sector del pádel. «Es una aventura, sí, pero el que no arriesga no gana. El miedo siempre está más por la parte económica, pero también es verdad que si he podido vivir con un sueldo de reducción de jornada, ¿cómo no voy a poder vivir si tuviera que ganar menos?».
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Reconoce que fue muy consciente de que podía conciliar el día en que su hija se puso enferma y tuvo que estar una semana en casa. «Donde yo trabajaba antes podría haber apañado un día o, incluso dos, para acompañar a mi pequeña, pero nunca todo la semana porque, además, no tengo red familiar cerca que me pueda ayudar. He estado con mi hija y no se ha caído el mundo, porque he podido trabajar también. «Mami qué chulo es que me puedas cuidar», me dijo cuando estuvo mala. Me di cuenta de lo importante que es poder conciliar. He encontrado la conciliación real que necesito, pero me la he buscado yo. Hace poco han sido las fiestas de Carnaval y ha sido la primera vez que he podido ir al desfile de mi hija, e ir semanas antes al colegio para ayudar a preparar los disfraces sin ningún tipo de problemas. Estoy más presente en la vida de mi hija. Desayuno con ella, la llevo al colegio, sabe que voy a buscarla... Hemos ganado mucho todos en casa».
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