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Un cartógrafo señala a la juez que el agua alcanzó los tres metros de altura en la zona cero de la dana

El investigador Josep Pardo entrega a la magistrada un mapa de las inundaciones realizado a partir de más de 6.000 muestras tomadas en municipios afectados

Ciudadanos pide a la juez de la dana los movimientos de Pradas y Argüeso y citar al jefe de Bomberos

Imagen del catedrático Josep Pardo, este viernes, a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Valencia EFE
Toni Jiménez

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El catedrático de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogrametría Josep Pardo ha señalado a la juez que investiga la gestión de la castrófica dana del 29 de octubre en la provincia de Valencia que el agua alcanzó los tres metros de altura en algunas de las localidades de la zona cero.

«Hay zonas donde la inundación llegó de varios sitios, el más importante fue el barranco del Poyo, pero no fue el único», ha subrayado, pues el de la Saleta y Picassent también aportaron agua. No obstante, sí se ha referido al Poyo -que va cambiando de nombre a su paso por distintas localidades- como el «principal desbordador» en distintos puntos. Además, según ha podido saber ABC de fuentes presentes en la comparecencia, ha matizado que en la zona no hay ni presas ni pantanos.

La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja, que ha continuado este viernes tomando declaración a familiares de víctimas en la Ciudad de la Justicia, acordó en febrero citar como testigo -en calidad de perito- a este investigador de la Universidad Politécnica de Valencia.

Junto a un equipo de voluntarios de esta institución, Pardo ha liderado un estudio cartográfico que detalla cómo fueron las inundaciones calle por calle en algunos municipios de la comarca de l'Horta Sud a partir de más de 6.100 muestras tomadas en fachadas y paredes.

Este profesional ha explicado a la instructora cómo se ha realizado este trabajo y le ha entregado el mapa de calados -la altura a la que llegó el agua- en papel. No obstante, todavía está incompleto, pues quedan por estudiar, por ejemplo, la zona de la Ribera o Chiva.

En declaraciones a los medios, el experto ha indicado que su labor ayudará a mejorar los pronósticos sobre cómo se mueve el agua y, por tanto, a minimizar los daños en el futuro con «una capacidad de prevención mucho más rigurosa».

Precisamente, más allá de «registrar qué ha pasado con detalle», el objetivo es obtener «información que pueda ser contrastada a posteriori por otros especialistas del mundo de la hidráulica o de la geomorfología para crear modelos que caractericen cómo se ha producido este fenómeno natural», «cómo ha ido pasando por las distintas calles». «Conociendo esto tendremos capacidad, a medio plazo, de poder disponerlo para otros lugares y momentos», ha incidido.

Pardo ya trabajó en la zonas afectadas por la pantanada de Tous de 1982 y en la riada de 1987 en Gandía y Oliva, pero no fue un estudio tan masivo. «Nos dedicamos a observar los efectos morfológicos, los procesos de erosión, de acumulación y formación de depósitos que se produjeron. Ahora la tecnología ha avanzado mucho», indicó en una conversación con ABC, a raíz de su citación judicial, hace unas semanas.

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