Tenis
Carlos Alcaraz, y un reto monegasco que le puede dar alas
Masters 1.000 de Montecarlo
Ausente hace un año, el español busca arañar puntos a Sinner, que conserva una cómoda distancia aun sin jugar por sanción
Masters 1.000 de Montecarlo: cuadro del torneo

Bajado el telón de la primera parte del curso tenístico, que ha dejado campeones de veteranía y nuevo cuño en el último mes: Andreeva y Draper en Indian Wells, Sabalenka y Mensik en Miami, se enciende el sol en el mar Mediterráneo, aficionado de ... excepción de la gira de tierra batida que comienza para los tenistas punteros este domingo en Montecarlo (ha empezado con competiciones de menor categoría en Houston, Marrakech y Bucarest en el circuito masculino y Charleston y Bogotá en el femenino). En este primer Masters 1.000, no puede participar Jannik Sinner, todavía castigado por el positivo del año pasado -no volverá al circuito hasta el próximo 4 de mayo, para jugar en Roma y en Hamburgo-, pero sí está apuntado Carlos Alcaraz, con energías renovadas después de superar el traspié del estreno en Miami y pasar unos días de vacaciones en México con su familia. Y también con ganas porque tiene la oportunidad de recuperar aires victoriosos y muchos puntos ante la ausencia del número 1 del mundo y al no tener que defender nada.
El español es sin duda uno de los nombres más destacados para salir con buenos resultados de la temporada de tierra por todo el arsenal de recursos adaptados a esta superficie de la que carecen muchos de sus coetáneos, más apegados al tenis potente y directo que a las diabluras que puede dibujar el polvo de ladrillo. En su vitrina, ocho títulos de rojo, casi la mitad, pero sin demasiados recuerdos de Montecarlo. No jugó ni en 2024 ni en 2023, y en su estreno en el torneo, en 2022, Sebastian Korda lo apeó en la primera ronda (7-6 (2), 6-7 (5) y 6-3). Objetivo por tanto para ir tachando deberes y retos en el cuaderno, y para recuperar la sonrisa tras los resultados alejados de sus expectativas en las últimas semanas.
No defiende puntos
Además, se le presenta una gran oportunidad de acechar el liderato de la ATP, pues no defiende ningún punto y podría incluso superar a Alexander Zverev, segundo en la tabla, de quedar campeón el próximo domingo 13 de abril. A menos de mil puntos del español, el alemán protege el botín de la tercera ronda alcanzada en 2024.
Alcaraz llega con 15 triunfos y cuatro derrotas, y un título en Róterdam. Y algunas dudas y deberes que resolver, aunque las tiene localizadas. En una entrevista con su patrocinador Louis Vuitton aceptaba los reproches: «A veces me mueve el instinto. Y creo que no es bueno, porque en ocasiones, cuando todo está muy ajustado y difícil, me muevo por sensaciones. Y a veces sale bien, y otras, no es demasiado bueno, porque pienso que hay que seguir también una estrategia». Además, explicó cómo afronta esos puntos de duda o de tensión: «Cuando siento la presión, en los momentos difíciles, me digo: 'Hay que ir a por ello. Tengo que jugar con mi estilo, creer en mí mismo'. Si pierdo, quiero quedarme con la sensación de que lo he intentado, no se ha podido y ya está. Me ayuda a gestionarme psicológicamente en los partidos. Y aceptar que a veces no juegas bien, y seguir empujando, seguir intentándolo».
Es lo que pondrá en práctica en este torneo monegasco. El sorteo, celebrado el viernes, deparó una dura prueba inicial, no obstante, pues, tras liberarse de la primera ronda por ser segundo cabeza de serie (el primero es Zverev), lo emparejó con el ganador del encuentro entre el veterano italiano Fabio Fognini y el argentino Francisco Cerúndolo. Más allá, asoman Aliassime, Rublev, Fils y Monfils, y aguardan para unas posibles semifinales Draper, Ruud y Tiafoe, aunque no habrá choque con Djokovic hasta una hipotética final.
Presencia de Djokovic
Porque en esta primera parada de un tren que llegará a la estación de París en mayo también se sube el serbio, rejuvenecido y con energías renovadas. Se había levantado de un gris comienzo de curso, y aunque no pudo redondear su magnífico palmarés con el título 100 en Miami, donde Jakub Mensik fue un punto superior en los momentos claves de los 'tie breaks' en la final, ha recuperado la motivación y la sonrisa. «Miami me ha dado mucha alegría y muy buenas sensaciones dentro y fuera de la pista», comentaba el serbio, que suma dos títulos aquí, pero el último data de 2015. El serbio debutará contra Stan Wawrinka o Alejandro Tabilo. Van por su lado Dimitrov, Jarry y De Miñaur antes de una posible semifinal con Zverev, Tsitsipas o Rune.
El triunvirato terrícola del momento lo completa Alexander Zverev, que no tuvo demasiada suerte en la gira suramericana, pero que se mueve bien entre los deslizamientos, finalista de Roland Garros el año pasado. Es otro que tiene una gran baza en el Principado para recuperar la alegría y el nivel, toda vez que acabó contrariado este primer trimestre del año. «He perdido muchos partidos en los que he sentido que no podía controlar. Así que tengo que mirarme a mí mismo más que otra cosa. En Indian Wells saqué para ganar el partido y en Río estaba 4-1 en el tercero. En Buenos Aires estaba set arriba y 'break'. Estoy perdiendo muchos partidos en los que estaba en posición de ganar. Tengo que cambiarlo», reflexionaba estos días. Tiene tiempo de enmendarse, aunque su lado del cuadro lo lleva por el camino de Djokovic en unos hipotéticos cuartos.
Por detrás del tridente, exigirán su hueco los Shelton, Griekspoor, Davidovich (finalista en 2022), Shapovalov, Draper, Medvedev, que buscan domar estas arenas movedizas.
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