Se apaga la mirada limpia y universal de Bruno Barbey
El fotógrafo, grande entre los grandes y discípulo de Éric Rohmer, Cartier-Bresson y Marc Riboud, ha fallecido a los 79 años

Bruno Barbey (Berrechid, Marruecos, 1941 - Orbais-l’Abbaye, Francia, 2020) era uno de los grandes. Con una generosidad y mirada limpia, universal, que solo tienen los fotógrafos muy grandes. Nació y paso su infancia y adolescencia en Marruecos (Rabat, Tánger, Marrakech), ... donde su padre era funcionario del protectorado francés, y él aprendió sus primeros rudimentos del español de Tánger, una de las lenguas españolas más minoritarias y amenazadas, la haquetía / yaquetía, el español / idioma judeoespañol de los sefardíes de Marruecos.
Aquella iniciación cosmopolita a la vida , entre varias culturas, lenguas y tradiciones, orientales y occidentales, iluminaría toda su vida y su obra, colosal, marcada por el encuentro accidental de otros grandes maestros. Tras unos primeros estudios en Suiza, ya en París, estudiante de bachillerato, en el Liceo Henri-IV, tuvo como condiscípulo a Éric Rohmer , uno de los patriarcas fundadores de la Nouvelle Vague cinematográfica, y Barbet Schroeder, actor y productor suizo nacido en Teherán, que más tarde le ayudaría a descubrir Irán.
Con Éric Rohmer y el resto de la banda de Cahiers de Cinema, Godard, Chabrol, Truffaut , frecuentó la legendaria Cinemateque, donde nació el nuevo cine francés de los años 60 y 70. La revelación de las grandes películas de Rosssellini y Vittorio De Sica lo llevó a Italia… Comenzaba un vagabundeo universal que no terminaría nunca.
Su primer trabajo sobre Italia, entre el realismo crítico y su visión humanista de la vida , le abrió la gran puerta de la edición de obras de cierto lujo. Desde Nápoles siguió viajando: Francia, Escocia, Kuwait, Portugal, varios países africanos. Entre viaje y viaje, a caballo entre Suiza y Francia, Laussanne y París, se tropezó con otros dos grandes maestros y cómplices: Henri Cartier-Bresson y Marc Riboud .
Gran reportero fotográfico
El primer Bruno Barbey, fotógrafo humanista/cosmopolita, se transformó muy pronto en gran reportero fotográfico, entre los más grandes, trabajando para Life, Paris Match, Stern , entre otras publicaciones, cubriendo con brío muchos de los grandes conflictos de la época. Son famosas muchas de sus fotografías de Biafra, la guerra del Vietnam , la Revolución cultural china, la Guerra del Kippour, la Marcha verde marroquí que puso fin a la presencia de España en el Sahara, Mayo del 68 , donde participó, con Godard en un legendario proyecto de cine político/callejero. Con Jean Gente realizó, por aquellos años, otro proyecto famoso, sobre el pueblo palestino.
Barbey ganó muy pronto un respeto intachable entre la profesión, entrando en la dirección de la Agencia Magnum , a los veinticinco años, cuando el gran proyecto profesional de Robert Capa y Cartier-Bresson se instalaba para siempre en la escena fotográfica mundial.
Aquella etapa duró poco más o menos veinte años. Barbey siguió viajando por varios continentes , en la frontera, casi siempre, de varias culturas. China, de nuevo, Brasil, Corea del Sur, Brasil, la Turquía y el Irán en conflicto con el pueblo turco, los países del Golfo, y, de nuevo, siempre, su Marruecos natal, ya instalado en el panteón de los hombres ilustres de una profesión que con él, Sebastiao Salgado y Jean Gaumy , entraba en la Academia francesa de Bellas Artes .
Terminó instalándose en la Francia profunda, en la Champagne, en Orbais-l’Abbaye, en compañía de su esposa, Caroline Thiénot-Barbey, una documentalista de talento. Con ella realizó su último libro, “Color of China” (2019). Una obra maestra de luminosa belleza, con una prodigiosa colección de retratos de hombres y mujeres jóvenes que sueñan con una China con la bandera y los colores de unos EE.UU. de leyenda.
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