Semana Santa en Aranda de Duero, Elche o Lorca: otras pequeñas pasiones que brillan por igual
Repasamos tres pequeños enclaves a descubrir en una festividad con sus propias peculiaridades
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La Semana Santa en España es un reclamo turístico en el que todos tienen su propio hueco: desde la potente oferta que plantean las ciudades más grandes como Sevilla, Madrid, Valladolid o Toledo hasta las propuestas de aquellos rincones más modestos o menos conocidos. Hacemos un repaso por esos otros enclaves cuya festividad merece la pena conocer.
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Aranda de Duero
La Semana Santa de Aranda del Duero es Fiesta de Interés Turístico Regional. Aquí, la fe y la devoción se dan cita en la procesión del Silencio, que cada Jueves Santo cruza el río Duero, regalando al espectador una estampa de gran belleza.
También destaca 'El Descendimiento' del Viernes Santo, cuando los cofrades desenclavan, en la iglesia de Santa María, de la cruz a Cristo muerto, una imagen a la que se le transformaron los brazos para convertirlo en articulado.
Sobresale también la Bajada del Ángel, cuando toda la plaza espera en silencio la llegada de un Ángel, encarnado por un niño, que anuncia la resurrección de Jesucristo y la plaza estalla en júbilo.
Es popular la ruta de la torrija y la limonada, que va ya por su cuarta edición. La bebida se elabora a base de vino de la D.O. Ribera del Duero.
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Elche
Otra de las procesiones que sorprenden a los turistas es la del Domingo de Ramos de Elche, con sus palmas blancas, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Se remonta al año 1371 y, en ella, participan todas las cofradías portando sus ramos, pero también todo el pueblo, que parte desde el Paseo de la Estación y bordea el Parque Municipal hasta acabar en la Basílica de Santa María. Se calcula que unas 35.000 personas salen a la calle para recibir a Jesús Triunfante con sus palmas.
Esta procesión, que conmemora la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, ha contado siempre con una gran participación, transformándose en una de las manifestaciones ilicitanas más características y multitudinarias.
Este acto adquiere un relieve especial porque la cantidad de palmas blancas que se procesionan proceden de los huertos de palmeras ilicitanos. Por ello, nadie puede perderse, el viernes y sábado anterior al Domingo de Ramos, el Mercado de la Palma Blanca que se instala en diferentes puntos de la ciudad (Plaça de Baix y en el Paseo de la Estación). Se trata de un negocio propio de la ciudad al que se dedican muchas familias. De hecho, Elche exporta palmas blancas desde hace siglos a todo el mundo católico.
Se trata de un proceso laboral artesanal cuyo trenzado es realizado habitualmente por las mujeres de la familia, conocidas popularmente como 'rizadoras'. Para conocer más, el viajero puede visitar el Museo y Centro de Interpretación del Palmeral (Calle Porta de la Morera, 12).
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Lorca
Por último, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, en la Semana Santa de Lorca conviven los pasos tradicionales con los Desfiles Bíblico Pasionales. Seis cofradías lorquinas, a bordo de carrozas y caballos, discurren a lo largo de la Avenida Juan Carlos I entre vítores pero con una marcada rivalidad entre las cofradías blanca y azul, las principales, mientras escenifican pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, recreando la Historia de la Salvación.
Para no perderse tal espectáculo, es necesario adquirir las entradas que ponen a la venta las cofradías Paso Blanco y Paso Azul a través de la página web www.turismoregiondemurcia.es.
Mención especial merece el bordado lorquino, originado en el S. XVI, que es candidato oficial a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
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