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Los coches consumen un 25% más de lo que anuncian, según la OCU

El sector del automóvil es el principal responsable de las emisiones de gas de efecto invernadero

Los coches consumen un 25% más de lo que anuncian, según la OCU FELIPE GUZMAN

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El sector del transporte, especialmente el del automóvil, es el principal responsable de las emisiones de gas de efecto invernadero , a las que se atribuye el calentamiento climático. Y es que el más común de estos gases, el dióxido de carbono (CO2), es producido principalmente por la combustión de los motores de gasolina o gasóleo. Para reducir estas emisiones, lo mismo que el consumo de los motores, los fabricantes comercializan vehículos en teoría menos contaminantes, más ecológicos. Pero la realidad es que estas reducciones son bastante menores a las anunciadas.

Los análisis comparativos de automóviles de varias asociaciones europeas de consumidores, entre las cuales está la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), contemplan la medición real del consumo y las emisiones de CO2. Mediciones que siempre son superiores a las publicadas por los fabricantes. Y que crecen año tras año. De hecho, en los últimos análisis realizados por la OCU, se han encontrado diferencias que oscilan entre un 17% para el Mazda 3 y un 45% para el Toyota Yaris híbrido.

Importantes diferencias

Esta subestimación de los fabricantes no tiene nada de accidental. Un estudio del Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT) revela que la diferencia entre las cifras anunciadas y las reales ha pasado del 10% en 2011 al 25% en 2012. Una diferencia que se traduce en un sobrecoste en combustible para el automovilista de 300 euros al año.

¿Cómo se explican estas crecientes diferencias de emisiones y consumo, tan negativas para el automovilista? Los fabricantes emplean todo tipo de recursos tecnológicos para sacar provecho del actual Ciclo de Homologación de Consumo (NEDC), que además poco tiene que ver con una conducción real: por ejemplo, colocando neumáticos más hinchados de lo normal y de baja resistencia a la rodadura, camuflando salientes del coche para mejorar la aerodinámica, etc.

Compromiso europeo

Lo cierto es que existe una forma de corregir estos trucos y mejorar el actual ciclo de homologación de consumo: el WLTP (Worldwide Light Duty Test Procedure), cuyos resultados son bastante más cercanos a la realidad. El Parlamento Europeo ha propuesto que se aplique desde 2017, pero algunos estados miembros quieren retrasar su entrada en vigor hasta 2020.

Las organizaciones de consumidores europeas, han presionado recientemente en los Ministerios de Medio Ambiente, así como en la Comisión y Parlamento europeos con el fin de impulsar la obligatoriedad del WLTP para 2017, en el marco del proceso de revisión del Reglamento europeo para la Vigilancia de las emisiones de CO2 de los automóviles particulares nuevos (Reglamento UE 443/2009).

El pasado lunes, 24 de junio, la Unión Europea acordó cumplir las normas sobre las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos a partir de 2020. El acuerdo entre la Comisión Europea, el Parlamento y la Presidencia irlandesa del Consejo Europeo, deberá ser ratificado por los Estados miembros.

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