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Pesadilla en la cocina

El fracaso de La Tarantella, el último restaurante no salvado por Alberto Chicote

«Pesadilla en la cocina» intentó reflotar este local italiano de Barcelona, pero terminó echando el cierre poco después de las enseñanzas del chef

Carmen, esposa del propietario de La Tarantella, y Alberto Chicote en «Pesadilla en la cocina» ATRESMEDIA

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Este jueves, Alberto Chicote se desplazaba con su «Pesadilla en la cocina» hasta Barcelona, lugar en donde se encontraba La Tarantella. Este establecimiento especializado en cocina italiana acudió al chef para intentar sacar a flote el maltrecho restaurante que regentaban, ya que la situación se había vuelto insostenible . Eran incapaces de hacer frente a los pagos comunes, como el alquiler del local, pero tampoco tenían posibles como para tener la despensa de su restaurante con los ingredientes necesarios como para realizar un servicio en condiciones.

La desesperación de Nicola , propietario de La Tarantella, y su esposa, Carmen , era tal que habían llegado a vender todas sus pertenencias para poder mantener a flote el restaurante, que había vivido durante 13 años en la Ciudad Condal . Pero la falta de clientes provocaba que estuvieran al borde del abismo. Por ello, llamaron a Chicote para que se acabara su «Pesadilla en la cocina» . «Era el último clavo al que agarrarse», reconoce Carmen en una entrevista a The huffington post.

Fue entonces cuando tanto Carmen como Nicola accedieron a participar en «Pesadilla en la cocina» . Mandaron un mensaje de socorro a Chicote para que acudiera a su rescate. Con el programa, según confesaron, pretendían mostrar el lado humano que se escondía detrás de los fogones, uno de los platos fuertes de La Tarantella. «Lo decidimos hacer por eso, para demostrar que somos personas y que también sufrimos» , asegura el italiano.

Sin embargo, la grabación del programa fue muy abrupta. No solo por lo que suponía realizar los servicios bajo la vigilancia de las cámaras, sino por los inesperados sucesos que acontecieron durante dicha semana. Antes de comenzar el segundo servicio, llegó a La Tarantella una orden de embargo del local por falta de pago. Además, el padre de Nicola falleció en la noche previa a la reapertura.

A pesar de todo, la grabación de «Pesadilla en la cocina» siguió según lo establecido, y aunque lo vivido en dicha semana fue muy preocupante para la familia, reconocen que «la experiencia del programa fue buena» . Pero, por desgracia, no pudieron sobrevivir con el establecimiento abierto, por lo que pocos meses después de grabar el episodio, en febrero de 2018, la familia decidió deshacerse del local y cerrarlo tras más de una década de ininterrumpida actividad.

Además, los propietarios reconocen que la relación con Chicote no fue todo lo fluida que esperaban. Aunque era «buena» con los focos delante, cuando las luces se apagaban pasaba a ser «fría», aunque exceptuando el servicio de reapertura tras lo sucedido al padre de Nicola. «Esa noche y ese día fue duro. Estuvimos y dimos la cara y él ahí sí que estuvo más cercano» , confiesa el propietario de La Tarantella.

Por si fuera poco, la presencia del cocinero podría haber sido insuficiente, según las palabras vertidas por Nicola: «Chicote venía el momento de grabar, estaba lo justo. Con el equipo que hay detrás pasamos muchas horas y ha sido fantástico, nos ayudaron», revela en la entrevista. De momento la familia no ha decidido iniciarse en una nueva aventura empresarial, por lo que habrá que esperar para ver si, finalmente, deciden probar suerte de nuevo con un local propio de hostelería o si esta experiencia les lleva a no volver a experimentar entre fogones.

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