la suerte contraria
Contra el ejército europeo
Bajo ningún concepto debemos poner hombres ni recursos a las órdenes de algo que no sea nuestra Constitución
Morante ensangrentado
La vida rima
El Ejército español está al servicio de la Constitución y del pueblo del que emana, representado en las Cortes Generales. El Ejército español no puede estar al servicio de algo que no sea eso y, menos aún, actuar bajo el mando permanente de algo que no sea el Estado español ... y, en último caso, del capitán general de todos los Ejércitos, que es el Jefe del Estado. Es decir, el Rey. Otra cosa es que, en el marco de las organizaciones internacionales de las que formamos parte, existan misiones en las que nuestras fuerzas armadas estén, por delegación, lideradas tácticamente por un aliado. Pero bajo ningún concepto España puede entregar hombres al servicio de un ejército diferente al español y que no responda directamente al Gobierno, a las Cortes y a la Constitución. Primero, por dignidad y por defensa de nuestra soberanía. Y segundo porque existe la posibilidad de que Europa acabe siendo dirigida por la ultraderecha y nos encontremos con la paradoja de haber montado un ejército para defendernos de Putin, pero que lo acaben dirigiendo sus satélites, que podrían enviar a nuestros soldados contra España o contra los principios recogidos en nuestra Constitución. Aunque ambos supuestos son, en realidad, el mismo.
Que exista una operación conjunta de la UE para incrementar su potencial disuasorio frente a Rusia parece indispensable. Pero eso es diferente a formar un ejército permanente con bandera europea a las órdenes directas de la Comisión o del Consejo. Eso es aberrante. Y más si me imagino a los Patriots liderándolo. Aunque ahora los Patriots se nos han hecho antibelicistas. Les da pena que algún soldado pueda morir por defender a España del riesgo que supone que un asesino como Putin ande suelto por Europa. No saben que la única manera de garantizar la paz es armarse hasta los dientes. Y parece increíble tener que recordar esto a Vox, cuyo discurso se ha fundido ya con el de la izquierda de cuando Vietnam, un discurso blandengue, tontito y lacrimógeno que une la señal de la paz con la guerrera de camuflaje y a Carl Schmitt con 'Imagine'. El buenismo, el 'wishful thinking' y el pensamiento mágico de que 'to er mundo e güeno' ha abducido a la derechita valiente a la que, por cierto, no le da la misma pena que un país invada otro, les robe sus recursos y se lo reparta con Estados Unidos. A eso es a lo que llaman paz. No tengo ninguna duda de que, si esto lo hubiera ordenado Biden, dirían lo contrario. En cualquier caso, lo dirían en cirílico.
Como parte de la UE, la seguridad de España tiene tres riesgos potenciales: el terrorismo islamista, Marruecos y Rusia-Orbán. Exceptuando el primero, el resto de riesgos están bajo la protección de Trump que, por supuesto, no nos defenderá de ellos. Para hacerlo necesitamos fortalecer nuestra defensa, de modo racional, ordenado y en coordinación con nuestros aliados. Pero bajo ningún concepto debemos poner hombres ni recursos a las órdenes de algo que no sea nuestra Constitución. O nos acabaremos arrepintiendo.
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