Suscribete a
ABC Premium

EN OBSERVACIÓN

Zapatero iluminado

Según se torna irracional la política, el mitin deviene liturgia

La amnistía en Joseph Ratzinger

¿Y si no cae aquí?

Jesús Lillo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Se habrá dado cuenta el lector de las cosas que va diciendo y del tono litúrgico, como de aquelarre, con los ojos vueltos, en trance, que va adoptando José Luis Rodríguez Zapatero según pasan los meses y se involucra en el proyecto mesiánico de Pedro ... Sánchez. Parece que iba en serio aquello de que tras dejar La Moncloa se iba a dedicar al noble oficio de supervisor de nubes. Se quedó corto Zapatero, que por elevación roza ya el cielo del divismo y la revelación. No hay precedentes en nuestra historia democrática de una mutación tan pronunciada, de un tránsito hacia la inmaterialidad tan conseguido, de una transmigración tan exquisita. Suárez se quedó callado, herido por la enfermedad; Calvo-Sotelo no dejó de interpretar hasta el final el papel timbrado de funcionario, medio-alto; González aún ejerce de padrino en su residencia de mayores, de viejas guardias y glorias, entre Coppola y Scorsese, pero con más delirios de grandeza que matones; Aznar es un jarrón chino en el que se remoja la flor de la soberbia, y Rajoy se hornaguea en su molde de hombre corriente, moliente y ocurrente. Lo de Zapatero, en cambio, no es de este mundo, casi una experiencia religiosa. «Sentir que resucito si me tocas./ Subir al firmamento prendido de tu cuerpo», añade el cantando Enrique Iglesias, otro supervisor de nubes, también con 'upgrade'.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación