el contrapunto
¿Cuánto paga Maduro a Zapatero?
El silencio ominoso de Sánchez constituye el contrapunto hediondo al heroísmo de María Corina Machado
Sánchez afronta su hundimiento
Añoranza de otra España
Algún día sabremos cuánto ha pagado Nicolás Maduro a José Luis Rodríguez Zapatero por prestarse a blanquear su régimen tiránico. O no. Existen muchas maneras de retribuir determinados servicios y los más inconfesables se abonan de formas que no dejan rastro, especialmente cuando el ... pagador es una narco dictadura. Pero sea cual sea la cuantía o naturaleza de dicho salario, no basta para compensar el daño irreparable causado por el expresidente socialista a su partido y su país. De su prestigio personal ni hablamos, porque ya estaba laminado tras la negociación claudicante que impulsó durante su mandato con la banda terrorista ETA, bajo el manto de la mentira y la ocultación. De ahí que, tras su clamorosa derrota electoral, no tuviera más cobijo que el Grupo de Puebla, donde empezó a medrar a base de tragaderas hasta convertirse en el correveidile internacional del bufón venezolano. Que ZP carecía de honor y principios democráticos ya lo sabíamos quienes seguimos de cerca su trayectoria en La Moncloa. Quiero pensar que en gran medida por eso sufrió semejante debacle en las urnas. Lo que resulta desconcertante es la influencia decisiva que ha logrado ejercer sobre su sucesor al frente del PSOE en esa infame labor legitimadora de un sátrapa que se aferra al poder recurriendo a la violencia y tortura a su propio pueblo, además de matarlo de hambre, hasta provocar el mayor éxodo registrado por la historia en tiempo de paz. ¿Será que Pedro Sánchez figura en la misma nómina? A la vista de su conducta cobarde, por no decir cómplice, de la célebre visita a Barajas de Delcy Rodríguez cargada de lingotes de oro y del modo en que abandonó a su suerte a Juan Guaidó, después de lograr su apoyo en la Internacional Socialista, la hipótesis resulta cuando menos plausible.
El silencio ominoso del caudillo sanchista ante el rapto de la democracia venezolana perpetrado por el alumno aventajado de Hugo Chávez clama al cielo y constituye el contrapunto hediondo al coraje cívico demostrado por María Corina Machado, auténtica encarnación del heroismo. Los 'argumentos' aducidos por su equipo de opinión sincronizada para justificar esa postura equidistante entre el vencedor de las elecciones, Edmundo González, cuya victoria documentada en actas irrefutables se niega a reconocer, y el usurpador, Maduro, incapaz de esgrimir más razón que la fuerza bruta, insultan nuestra inteligencia. «Prudencia destinada a mantener su capacidad mediadora», cacarean los más devotos, mientras asisten al pisoteo de la voluntad popular y la represión feroz de las libertades sin que el presunto mediador mueva un dedo por respaldar la justa lucha de los demócratas. «Búsqueda del consenso europeo», graznan al unísono los mismos que aplaudieron el reconocimiento unilateral y solitario del Estado palestino. Excusas de mal pagador que dejarán desnudas sus vergüenzas cuando, más pronto que tarde, los venezolanos reconquisten la democracia hoy secuestrada.
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