Boyas con hojas de sierra: la nueva trampa mortal en el río Grande se cobra las primeras vidas de inmigrantes

Vadear el río Grande –río Bravo para los mexicanos– no es fácil. Algunos segmentos tienen corrientes peligrosas, las crecidas convierten el río en una trampa, muchos inmigrantes no saben nadar, llevan en brazos a sus hijos. En las zonas más utilizadas para cruzar la frontera, las orillas están llenas de alambre de púas. Las muertes en la frontera son habituales, tanto por ahogamientos como por el calor. Según la Organización Internacional para la Migración de la ONU, se han contabilizado más de 4.000 fallecidos desde 2014 hasta el año pasado.

Ahora, un nuevo y polémico obstáculo lo hace más peligroso en uno de los puntos más frecuentados por los inmigrantes: el área comprendida entre los puentes internacionales de Eagle Pass y Piedras Negras, en Texas.

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Allí, el gobernador del estado, Greg Abbott, ha colocado una barrera flotante en el río Bravo que ha provocado la ira de los activistas. Se trata de una línea de boyas que busca impedir que los inmigrantes crucen el río en ese sector. Las boyas, con una extensión de cerca de trescientos metros, están amarradas al lecho del río por cables y diseñadas para girar sobre sí mismas si alguien trata de saltarlas.

Hace unos días, un guía local de kayak, Jesse Fuentes, inspeccionó con un grupo de periodistas, activistas y políticos la línea de boyas y comprobaron que entre cada boya hay además una hoja de sierra circular, para evitar que los inmigrantes se cuelen entre boyas.

La semana pasada, las autoridades de México informaron de que se habían hallado dos cadáveres en el río. Uno estaba enganchado en la línea de boyas y el otro estaba en las inmediaciones. Los activistas a favor de los derechos de los inmigrantes no tardaron en responsabilizar a las nuevas protecciones de Abbott por la muerte de los inmigrantes, aunque las causas de los fallecimientos no están todavía determinadas.

Tanto el Gobierno de México como la Administración Biden han criticado el uso de estas boyas. El Departamento de Justicia y algunos ciudades de Texas han demandado a las autoridades de Texas por un uso ilegal de vías fluviales.

El asunto ha saltado a la política nacional después de que varios congresistas del Grupo Parlamentario Hispano visitaran esta semana la zona e inspeccionaran las boyas.

«Lo que hemos visto hoy nos ha abierto los ojos», dijo la diputada demócrata Sylvia García. «Hemos visto las prácticas bárbaras, inhumanas, infames que suceden en mi estado», criticó sobre las boyas, que suponen «brutalidad y un verdadero peligro».

Otro diputado demócrata, Joaquín Castro, atacó las alegaciones de las autoridades de Texas, que aseguran que las boyas no suponen un riesgo para la vida, y aseguró que también había visto restos de ropa en alambres de púas «donde hay familias que se han quedado atrapadas».

Las boyas son la última novedad de la 'Operación Estrella Solitaria' (esa estrella es el símbolo de Texas, incluido en su bandera), la iniciativa de Abbott para controlar el caos que sufre su frontera con México.

Abbott es un político popular, que en noviembre pasado ganó sus terceras elecciones a gobernador (se impuso a Beto O'Rourke, el que un día fue sensación demócrata y candidato a la presidencia). Su posición dura frente a la inmigración ha estado siempre en el centro de su mensaje político y su pieza central ha sido esa operación, lanzada en marzo de 2021, con Joe Biden recién llegado a la Casa Blanca, como una respuesta a lo que los republicanos califican como permisividad por parte del Gobierno federal.

Desde entonces ha reforzado protecciones en la frontera, ha enviado miles de efectivos de la Guardia Nacional de Texas, ha creado un cuerpo militar propio para la frontera y ha endurecido su política migratoria.

Todo eso, al igual que las políticas de la Administración Biden, no han evitado números récord de cruces ilegales el año pasado.