Los combates y la toma de Mosul fuerzan la huida de más de 500.000 iraquíes
Los milicianos del ISIS han entrado en la localidad de Baiji y han prendido fuego a un tribunal y una comisaría

La tensión en Irak sigue aumentando. Los yihadistas centran este miércoles su ofensiva en la provincia petrolera de Kirkuk y en Salahedín, después de tomar el control de la ciudad de Mosul , un avance sobre el terreno sin precedentes que tiene en alerta a todo el país.
La situación está teniendo unas catastróficas consecuencias para la población civil. Así, según datos de Organización Internacional de las Migraciones (OIM), más de 500.000 civiles se han viesto obligados ya a abandonar Mosul, segunda urbe más importante de Irak, ante los combates que se están registrando y el agravamiento de la crisis.
Según el personal que la OIM tiene sobre el terreno, a los desplazados internos que han abandonado sus hogares no se les permite usar sus vehículos, por lo que la inmensa mayoría está emprendiendo la huida a pie.
La OIM ha explicado a través de un comunicado que aquellos desplazados que quieran adentrarse en la región del Kurdistán necesitan un permiso especial para hacerlo, y para ello precisan tener familiares que ya residan en esa provincia o alguien que se comprometa a acogerlos.
Los combates han causado muchos muertos y heridos, pero el principal centro médico de la ciudad, compuesto por cuatro hospitales, está inaccesible, por lo que muchas mezquitas se han convertido en clínicas improvisadas.
Los empleados de la OIM han destacado, además, que las familias que han decidido quedarse casi no tienen ya comida y que muchas no tienen ni electricidad ni agua corriente, dado que los sistemas de distribución han quedado destrozados por los combates y muchos generadores se han quedado sin combustible.
Toma de ciudades
Por otro lado, según datos de la agencia Reuters, los milicianos del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), grupo escindido de Al Qaida, han tomado posiciones en el interior de Baiji, una localidad que alberga una refinería de petróleo y en la que han prendido fuego a una comisaría y un tribuna.
La refinería está protegida por unos 250 guardias y las fuentes de los servicios de seguridad han afirmado a Reuters que los milicianos han enviado una delegación para reunirse con líderes tribales locales y convencerles de que se retiren. Los guardias han aceptado retirarse con la condición de que les trasladen garantizando su seguridad a otra localidad.
Por otro lado, este miércoles el ministro de Exteriores de Irak, Hoshiar Zebari, ha comunicado que Bagdad cooperará con las fuerzas del Kurdistán iraquí para expulsar a los milicianos islamistas de Mosul.
«Habrá una estrecha cooperación entre Bagdad y el Gobierno regional del Kurdistán para trabajar juntos y expulsar a estos combatientes extranjeros», ha declarado Zebari en los márgenes de la reunión entre l UE y la Liga Árabe en Atenas.
Tras describir la caída de Moscul de «dramática», Zebari ha pedido a todos los líderes iraquíes que unan fuerzas para hacer frente a la «seria y mortal» amenaza para el país. «La respuesta tiene que ser rápida», ha reclamado. «No se puede dejar a estas personas quedarse allí para atrincherarse durante mucho tiempo», ha advertido.
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