El cuadro nunca expuesto que reescribe la batalla clave de Felipe IV se podrá visitar en Madrid
El Museo Naval presenta una exposición sobre la colosal racha #de victorias de la Monarquía hispánica en 1625, el 'Annus Mirabilis'
El centro de la muestra es un cuadro nunca antes enseñado al público que narra la toma de Salvador de Bahía
Un cuadro perdido durante décadas reescribe la batalla más épica del Imperio español en 1625

Le llamaron el 'Annus Mirabilis', y no fue al albur: 1625 fue una época cargada de éxitos militares para una Monarquía hispánica cercada por las grandes potencias europeas. Por mar y por tierra, las flotas y los ejércitos peninsulares vencieron a los franceses en ... Génova, a las Provincias Unidas en Breda, a los ingleses y a su 'Royal Navy' en Cádiz... Cuesta saber cuál de estas muescas fue la más profunda entre los enemigos de Su Majestad Felipe IV, pero hasta en las páginas de aquel siglo XVII también hubo una niña bonita. «La toma de Salvador de Bahía a los holandeses fue un hecho exitoso y decisivo de la armada que coincidió con otras tantas victorias. Eso se tradujo en un gran avance para España; nadie se imaginaba que iba a suceder».
Las palabras son del vicealmirante Enrique Torres Piñeyro. El director del Instituto de Historia y Cultura Naval lucía ayer sonriente en las entrañas del Cuartel General de la Armada en Madrid. Han sido muchos meses de trabajo para poder alumbrar la nueva exposición que, a partir del próximo viernes 11 de abril, abrirá sus puertas en el Museo Naval de la capital hasta el 27 de julio: 'Annus Mirabilis. Salvador de Bahía, 1625. El crédito de España'. Horas y horas de documentación, búsqueda de piezas... ¡y hasta de restauración! Pero todas ellas han merecido la pena para dar a conocer una de esas épocas que habían quedado guardadas al fondo de un cajón, y a las que ya tocaba quitar el polvo.
La muestra, con todo, no es más que la punta de un colosal iceberg que orbita alrededor de un tesoro con casi cuatro siglos de antigüedad: un óleo anónimo que recrea la toma de Salvador de Bahía en 1625 y cuyo análisis y restauración han cambiado la perspectiva que se tenía hasta ahora de este hecho histórico. «El gran protagonista es un cuadro que nunca se había expuesto al público», afirmó David García Hernán, uno de los comisarios de la exposición junto a Berta Gasca e Inés Abril, durante la presentación del evento. El catedrático de Historia Moderna de la Universidad Carlos III de Madrid lo sabe bien, pues ha liderado también una investigación multidisciplinar sobre los pormenores de esta obra que ha sido publicada bajo el título 'Historia sobre lienzo. Sitio y empresa de Salvador de Bahía, 1625' (Sílex). Ayer, era otro que andaba exultante.
Don Fadrique
Derribar mitos no es fácil, y al equipo liderado por García Hernán le ha costado años. En 2020, el catedrático recibió la llamada de Alonso Álvarez de Toledo y Urquijo, XII marqués de Valdueza. Este le informó de que tenía en su poder un cuadro que podía ser de interés, y vaya si acertó. El lienzo, de 3 metros de ancho por 1,62 de alto, era una suerte de libro de historia que representaba la reconquista de Salvador de Bahía, una plaza vital para la Monarquía hispánica, a la flota holandesa en 1625. «Era un lugar clave desde el punto de vista estratégico para el control del tráfico del Caribe, del Atlántico y de la plata que viajaba a España. Había que recuperarlo, y había que hacerlo de la manera más brillante posible para dar ejemplo», señaló durante la presentación el capitán de navío Juan Escrigas Rodríguez, director del Museo Naval de Madrid.
El óleo era un tesoro en muchos sentidos. Para empezar, porque narraba de forma pormenorizada, cual cómic de historia abierto de par en par, cómo fue la conquista de la plaza. «En él se puede ver la ciudad, los 52 barcos enviados, la disposición de los campamentos, la ubicación de la artillería...», señaló García Hernán. Pero también porque ponía el acento en un personaje olvidado de nuestro pasado, y con nombre y apellidos: Fadrique de Toledo Osorio, I marqués de Villanueva de Valdueza. El genio al mando de las operaciones que fue relegado por la codicia de un conde-duque de Olivares que pretendía situarse como el protagonista de la victoria. «Este evento tuvo más repercusión en su momento que la batalla de Lepanto, y él quería acaparar el éxito», completó.
Un documental narrará el hallazgo y la restauración
Esta investigación también contará con su pata audiovisual. Para conmemorar el 400 aniversario de la batalla, el director Antonio Pérez Molero ha dirigido un documental en el que narra la jornada de Brasil a través de varias animaciones, pero también el hallazgo y la posterior restauración y análisis del cuadro.
Según señala el director, una breve parte del documental, de ocho minutos, se podrá disfrutar en la exposición del Museo Naval. El grueso se estrenará en las «salas de cine en la primera semana de junio». Con el metraje, sostiene, el espectador tendrá una visión de conjunto del proceso y entenderá la importancia del óleo. «Este lienzo sirve para saber lo que sucedió en 1624 y para conocer a Olivares. Es, en definitiva, una cata maravillosa del Siglo de Oro español y ofrece matices a la historia local y global», completa.
A partir de entonces empezó el largo camino hacia la exposición que verá la luz este viernes. «David reaccionó de forma rápida. Primero arrancó un grupo de trabajo multidisciplinar que contó con personal del Museo Naval», sentenció Escrigas Rodríguez. Después, comenzó la difícil tarea de devolver al cuadro su gloria pasada; qué menos, pues se planteó como el corazón de una muestra sobre el 'Annus Mirabilis'. El trabajo lo llevó a cabo durante diez meses Irene García Bustos, restauradora de patrimonio cultural. Durante aquel proceso se descubrieron escenas ocultas tras algunos repintes que ABC ya desgranó el pasado diciembre, y que denotan que el autor, fuese quién fuese, conocía su oficio. «Solo un cartógrafo podía tener esta perspectiva de la ciudad, aunque todavía tenemos que hallar el documento que corrobore nuestras sospechas», añadió García Hernán a los presentes.
Nueva exposición
El reto de la exposición, subrayó Escrigas Rodríguez durante la presentación, se planteó triple desde aquellos momentos iniciales: «En primer lugar, hemos buscado recuperar la memoria de un tiempo poco conocido de la historia común de España y Portugal. Porque la toma de la ciudad vino de la mano de una escuadra combinada durante la Unión Ibérica». También se pretendió recordar «al teniente general de la Armada, don Fadrique, un personaje fundamental en el reinado de Felipe IV y un ilustre marino». Y, por último, se quiso que la muestra rindiera un homenaje póstumo a todos aquellos que se dejaron la vida en la batalla de Salvador de Bahía hace ya cuatro siglos, que se dice pronto.
Pero, con trabajo, hasta los sueños más difíciles se hacen realidad. «La exposición tiene 50 piezas, 12 de ellas del Museo Naval. Nos las han cedido tres personas privadas y 14 instituciones nacionales e internacionales», explicó Escrigas Rodríguez. Los conferenciantes se esforzaron por mantener el misterio, pero acabaron por señalar algunas de ellas como una espada de lazo de la época realizada en ataujía de plata. «La exposición tiene grandes dosis de cariño. Incluye objetos únicos como un retrato de Rubens de Felipe IV con la edad que tenía durante la conquista de la ciudad y mucha documentación sobre el crédito de España», sentenció García Hernán. La clave, con todo, es el salto de calidad museístico que se ha dado con esta muestra que aúna investigación, restauración, publicaciones, conferencias y hasta la realización de un documental sobre el hallazgo del cuadro.

Según indicó Escrigas Rodríguez, la exposición estará dividida en tres espacios. El primero buscará ofrecer contexto histórico sobre la guerra en aquella Europa dividida, sobre la llamada Unión Ibérica y sobre dos de los grandes protagonistas de la época: Felipe IV y el conde-duque de Olivares. «El reinado arrancó en 1621 y tuvo dos objetivos: reorganizar toda la nación y la administración y, en el exterior, recuperar el esplendor de España», completó el director del Museo Naval. Una segunda parte, añadió, se adentrará en el 'Annus Mirabilis': «Ese año, la Monarquía hispánica demostró que era un actor clave en el mundo». Aquí dejarán un hueco para hablar del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, donde fue representada la contienda. Una tercera parte hablará de don Fadrique y del devenir de la ciudad tras 1625.
Congreso anfibio
Además de la exposición, Torres Piñeyro aprovechó el acto para presentar el 'I Congreso de Historia Naval' organizado por el Instituto de Historia y Cultura Naval. Un evento que el coronel Santiago Acosta Ortega, director del departamento de Estudios e Investigación del centro, describió como un formato inédito hasta la fecha y que versará sobre el pasado, el presente y el futuro de las operaciones anfibias. El tema, en palabras del militar, no puede estar más ligado a la gesta que acometió don Fadrique: «Este año celebramos el aniversario de dos operaciones de este tipo. La primera fue la restitución de Salvador de Bahía, de la que hemos hablado hoy de sobra. La segunda fue el desembarco de Alhucemas de 1925, el primero en el que participaron, de forma conjunta, carros de combate y aviones».

El 'I Congreso de Historia Naval' se celebrará del 22 al 24 de abril en el Hotel Mandarin Oriental Ritz -Plaza de la Lealtad número 5, Madrid- y contará con 32 ponentes nacionales e internacionales. Todos ellos expertos en las que, en palabras de Acosta Ortega, son consideradas las «operaciones más complejas» que puede llevar a cabo un ejército. «Analizaremos su importancia en épocas pasadas, pero también queremos sacar conclusiones actuales. Buscamos tener una mejor comprensión de lo que han sido, de lo que son en el presente y de lo que serán», sentenció. Las dos primeras jornadas se centrarán en los tiempos pretéritos, mientras que la última, la del jueves, analizará su futuro en los años venideros de la mano de expertos «de algunas naciones aliadas».
Y es que, según señaló Acosta Ortega, este tipo de operaciones tienen mucha solera. Así lo demuestra el que la primera sesión del congreso se centre en los ataques anfibios perpetrados en las Guerras Púnicas, en los orquestados por el romano Pompeyo y los piratas mediterráneos, o –entre otros tantos– en los que se sucedieron en la época visigoda y que influyeron en la caída del Reino de Toledo. «Seguiremos con las operaciones anfibias durante la Monarquía Hispánica y, luego, pasaremos a los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial, a este mismo conflicto y a la guerra de las Malvinas», concluyó el militar.
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