La Maruca de Castellana

Un restaurante de ambiente agradable y decoración cuidada, frecuentado por un público burgués, con una cocina que no aspira a estrellas pero que está rica y contenta a todo tipo de clientes, con precios razonables, y con un servicio amable. Es un modelo que podríamos denominar «restaurante confortable». Ahí encaja perfectamente este La Maruca, última apertura de dos hosteleros santanderinos, Paco Quirós y Carlos Crespo, que ya cuentan en Madrid con Cañadío, que fue el primero, abierto hace nueve años, y al que siguieron La Maruca de Velázquez, La Bien Aparecida, el de mayor nivel gastronómico, y La Primera. Curiosamente, el que menos nos gusta de todos ellos, bastante irregular, es el primer La Maruca, el mismo nombre de este nuevo establecimiento, a un paso de la Plaza de Castilla. Sin embargo, la primera impresión de este La Maruca de Castellana no puede ser más positiva. La buena fama que tiene el grupo Cañadío en la capital hace que casi desde su apertura se llene el amplísimo local (guardando, por supuesto, las imprescindibles medidas de seguridad).

Carta sin sorpresas. Cocina tradicional, de clara inspiración cántabra, bien elaborada y con notable materia prima. Platos ajenos a las modas que agradan a todo tipo de clientes y que permiten repetir visitas con frecuencia. Ahí están, bandera del grupo, las rabas (18,50 €), perfectamente fritas. O, siguiendo con las impecables frituras, los ligeros y crujientes buñuelos de brandada de bacalao (13,50) o las croquetas de carne de cocido (10,50). Aunque no está en la carta del restaurante (pero sí en la de la barra), no dejen de probar la excelente tortilla de patata (3,50), con abundante cebolla. No faltan las anchoas de Santoña, que se sirven con buenos pimientos asados (12,50). Y siguiendo con Cantabria, interesante la versión del cocido lebaniego (12,50), en un solo vuelco, rico de sabor pero un poco pastoso. Otra de las banderas del grupo es la merluza. Tres versiones (todas a 19) se ofrecen en este La Maruca. La tajada a la crema con patatas panadera, plato que creó Paco Quirós en su Cañadío de Santander en 1981; la merluza de la Rula, y el lomo a la plancha con refrito, que es el que probamos. Gran calidad del pescado y perfecto el punto. Amplio apartado de carnes, con las albóndigas de ternera (15,50) y los callos a la montañesa (15,50) como destacados.En los postres aparece otra seña de identidad del grupo, la tarta de queso (7,50) que está entre las mejores que se pueden comer en España. Buenas alternativas el flan de queso y miel (6,50) y el arroz con leche (6,50). Breve carta de vinos, tan tradicional como la cocina. Y una barra en la entrada, abierta desde el desayuno. Pinta bien este nuevo La Maruca.

No cierra. Terraza. Barra. Lo mejor: Frituras y platos de merluza.