La Cacharrería
AeroPress: así funciona la cafetera rudimentaria que puedes llevarte de viaje a todas partes
Se cumplen 20 años del invento de uno de los sistemas más útiles y rápidos para hacer la taza perfecta de café en dos minutos y sin electricidad
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No hay cafetero de pro que no valore guardar un pequeño hueco en su maleta para llevar un kit de supervivencia contra el mal café. La AeroPress está siempre en ellos porque es la cafetera más simple y práctica que se ha inventado ... hasta la fecha si se obvia la técnica del calcetín de los 'cowboys'. Lo hizo hace justo 20 años el ingeniero estadounidense Alan Adler, con 86 años y decenas de inventos con su sello. Entre ellos, la curiosa reinvención del célebre 'frisbee' –el disco volador de juguete– como un aro llamado Aerobie capaz de alcanzar más 400 metros en un lanzamiento perfecto.
En su versión más práctica –14 x 11 x 10 cm–, la AeroPress es capaz de hacer un par de tazas –unos 200 ml– en un par de minutos. Ayuda llevar pesados de casa 14 gramos de café molido –los expertos recomiendan un grosor similar al de la sal de mesa–. La tarea más compleja será conseguir agua caliente –entre los 92 y los 94ºC– si no se quiere añadir al kit un hervidor de agua portátil. Ya los hay del tamaño de una botella pequeña de agua sin cable, recargables y con selector de temperatura.
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Pese a su sistema rudimentario, dos tubos concéntricos de plástico con una junta de goma y un portafiltros de papel que funcionan por presión mecánica, es uno de los sistemas favoritos de los amantes del café. El tubo ancho se coloca sobre una taza, con el portafiltros enroscado y lavado con agua caliente, se carga del café molido y se vierte el agua hasta el número 3 –las tazas vienen marcadas–.
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La mezcla se deja infusionar durante un minuto con el émbolo como tapa. Transcurrido ese tiempo, se remueve con el agitador que trae de serie tres veces y se vuelve a colocar el émbolo para presionarlo lentamente durante 30 segundos hasta obtener el café perfecto.
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