Casadó, el heredero de Sergio Busquets

Con la irrupción de Marc Casadó, tanto el Barcelona como España parecen haber minimizado el daño causado por la decisión de Busquets de bajar un peldaño en la competitividad, emigrar a la solvente pero poco exigente MLS norteamericana y dar un paso al lado en la selección. El joven canterano del Barcelona es un fijo en el once de Hansi Flick sin más experiencia, prácticamente, que la que el germano le ha dado en Primera división (antes solo había jugado unos cuantos minutos). A sus 21 años ha sabido aprovechar los problemas financieros del Barcelona para 'fichar' y las lesiones de los jugadores que podían ocupar su demarcación, como Marc Bernal, Gavi o Frenkie de Jong, para hacerse un hueco en el once de Flick. Lo demuestran sus números, que atestiguan que ha jugado todos los partidos oficiales (13 de Liga y 4 de Champions) con un protagonismo diferencial (1.133 minutos, más de 66 minutos de media).

El vestuario del Barcelona es tan joven que muchos de su componentes casi no recuerdan a Busquets y comparan a Casadó con Kimmich por su despliegue físico y su polivalencia. Alejandro Balde fue el primero que le puso ese apodo y con él se quedó.

Buena parte de culpa de que ahora esté en el Barcelona es de Aureli Altimira y Jordi Roure, responsables del fútbol base del Barcelona entre 2014 y 2021. Ellos fueron los que le ficharon cuando tenía 16 años y jugaba en la Damm. «Era infantil. Nos llamó la atención el control que tenía de la situación, del espacio, siempre estaba bien ubicado. Técnicamente es un jugador muy bueno, es muy difícil que pierda una pelota. En aquel momento era muy parecido al prototipo de mediocentro o de '4' que nosotros buscábamos», explica Roura a ABC, antes de desvelar cómo se gestó su fichaje: «Nosotros teníamos información de este chico, lo conocíamos y se dio la oportunidad de hacer un amistoso con la Damm. Allí pudimos acabar de verle y, lo que es más importante, le vimos jugar contra nosotros porque ahí compruebas si el nivel es el que tú crees. Cuando hay un chaval talentoso se tiene que ir muy rápido porque enseguida hay clubes detrás. Marc tenía una propuesta del Valencia, pero cuando nosotros hablamos con los padres, que eran barcelonistas, todo fueron facilidades y fuimos la primera opción».

Aureli Altimira también explica qué vio en Casadó: «La capacidad técnica la tiene siempre, pero el tema defensivo lo ha superado con mucha inteligencia, con anticipación y leyendo los movimientos del contrario. Hace muchos kilómetros con mucha intención, como Gavi o Fermín», argumenta. «Lo habíamos seguido en el Granollers. Hicimos un seguimiento porque tenía ofertas del Valencia, pero nos llamó la atención su personalidad y su sangre fría. Era el pivote de la Damm y recuerdo que pedía el balón al portero. Fuimos a buscar a un director de orquesta que no fallaría», añade.

Roura interviene para valorar su rápida evolución y su llegada a la selección. «Que Marc salga y juegue muy bien no me sorprende porque sé que tiene una calidad técnica muy buena. Tiene mucha personalidad, es valiente y es fuerte mentalmente. Lo que sí me ha sorprendido es su capacidad física porque está en todos sitios, defiende, roba una gran cantidad de pelotas, siempre está bien ubicado, va bien al corte. Que haya tenido esa evolución física de una manera tan rápida sí me ha sorprendido, no me lo esperaba».

Casadó siempre elige bien cuando tiene la pelota y también lo hizo cuando de chaval jugaba al balonmano y tuvo que decantarse entre los dos deportes. Jugó un año en el Sant Celoni, tres en el Granollers y otro en la Damm, hasta ese 2016 en el que sus padres, Albert y Anna, recibieron la noticia del interés del Barça junto a la zona de los vestuarios del campo 8 de la Ciudad Deportiva del Barça.

Comenzó una época de trayectos largos, con el servicio de taxis del club, entre Sant Pere de Vilamajor y la Masía. Algunos de los taxistas que le han llevado coinciden en destacar su personalidad tranquila y discreta, alejado de las estridencias de los futbolistas actuales. Ahora vive en Barcelona y cada vez que puede se escapa a su pueblo para pasar ratos de calidad con su hermana Laura. Es su manera de desconectar de la presión que supone jugar en el Barça.

Todos sus entrenadores han elogiado su capacidad para entender el juego posicional, tan necesario para triunfar en el Barcelona. En el Cadete empezó a opositar para cotas más elevadas, algo que confirmó en el Juvenil B, donde demostró ser un líder táctico, y en el filial, en el que fue capitán bajo la batuta de Rafa Márquez.

Gerard López, que también se formó en la cantera culé en una posición tan específica, atiende a este diario. Su experiencia como analista en diferentes medios de comunicación y su trabajo como seleccionador de Cataluña le permite realizar un retrato fidedigno de Casadó. «Es muy completo en todas las facetas del juego. Tiene personalidad y partiendo de esta posición de pivote es capaz de dar amplitud a su juego. Sus complementos lo hacen un futbolista muy especial. Lo tiene todo para jugar en esta posición y en el Barça. Es un futbolista que no solo se puede catalogar como defensivo, también tiene una gran capacidad para crear juego ofensivo y ahora mismo es uno de los insustituibles para el entrenador porque se lo ha ganado. Se ha demostrado que tiene sitio en este Barça».

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No obstante, para Gerard, hablar de comparaciones con Busquets son palabras mayores. «Ya se verá. Ha tenido una irrupción fuerte y habrá que ver cómo se mantiene con el paso del tiempo. Puede tener características de Busquets, pero a la vez tiene un toque de personalidad muy particular, muy propio. Ha aprovechado el momento. Evidentemente que ha sorprendido porque la pasada temporada no teníamos la sensación de que en tan pocos meses pudiera salir un jugador así, que se ha hecho con un nombre y un hueco en el equipo», señala el exfutbolista, que destaca: «Ha aprovechado la confianza que Flick le ha dado, cada vez que ha jugado se lo ha ganado y ha ido mejorando su rendimiento. Esta ahí por merecimiento propio. Nadie le ha regalado nada».