Fútbol
Marc Casadó, el Kimmich catalán que ha enamorado a Hansi Flick
El canterano, uno de los fijos en el once del alemán, se doctoró ante el Bayern y nadie se imagina el clásico sin él
El Barça aprende a soñar en Champions
Hansi Flick contuvo la respiración. Marc Casadó se dolía en el suelo agarrándose la rodilla tras un choque con Goretzka en el último minuto del partido. Alivio en la cara del técnico cuando el centrocampista se recuperó y puso seguir jugando los segundos que ... quedaban. No se puede permitir perder al canterano, que ante el Bayern se doctoró ante uno de sus ídolos, Joshua Kimmich con apenas 20 años. El vallesano se ha hecho con la titularidad, minimizando el daño que hizo la salida de Sergio Busquets, el mejor mediocentro que ha pasado por el club azulgrana en sus 125 años de historia. «Si alguien hubiera visto a Casadó no hubiese pensado que era jugador del Barça B», declaró Flick en Movistar después de tumbar al Bayern antes del clásico. Contra todo pronóstico ya suma 832 minutos (71%) esta temporada.
Los elogios del técnico alemán, clave en su explosión y consolidación, prosiguieron en rueda de prensa: «Casadó es increíble. Si le ves jugar ahora, si sabes de dónde viene... y el nivel de ahora, todo lo que ha mejorado. Es increíblemente bueno en defensa, también con el balón en los pies. Esto es la Masía. Estoy muy feliz. Todos ven la calidad de estos jugadores. Se puede ver en la segunda parte cuando combinábamos y manteníamos la posesión. Ha sido muy bueno», añadió.
Casadó (Sant Pere de Vilamajor, 2003) ha sabido a provechar la oportunidad y nadie imagina ahora el clásico del sábado sin su figura en el centro del campo. Es curioso los vaivenes del fútbol, porque el futbolista tenía este verano pie y medio fuera del Barcelona. No contaba con la confianza de Xavi, que prefería a otro tipo de futbolista para desempeñar la función de pivote, por lo que se valoró una salida, bien como traspaso o como cesión. La llegada de Flick, que decidió estudiar todo lo que podía brindarle la Masía ante la falta de recursos para fichar, fue su tabla de salvación. De entrada, el técnico germano consideró que Casadó merecía una oportunidad para demostrar su valía y le permitió hacer la pretemporada con el primer equipo.
En el primer partido de Liga, sin los jugadores que habían disputado la Eurocopa, tuvo la oportunidad compartir el doble pivote con Marc Bernal, el futbolista llamado a liderar esa posición a la espera de que se recuperara completamente Frenkie de Jong. La posterior lesión de Bernal le dejó solo ante el peligro y supo aprovecharlo.
Tras 13 partidos esta temporada, Casadó suma 832 minutos. Es decir, un 71% del total. Cifras que chocan con las que atesoraba hasta el momento. El vallesano apenas había disputado un total de 58 encuentros con el primer equipo. Frente al Bayern, ofreció su despliegue habitual sin balón. No solo fue solidario en defensa, atento al corte e intenso en la presión, sino que dejó constancia de su calidad ofensiva con una asistencia a Raphinha para que el brasileño marcara el 3-1, el gol de la tranquilidad. La irrupción de Casadó junto con las prestaciones ya conocidas de Bernal provocaron que Flick frenara la búsqueda de un mediocentro en el mercado estival.
En el vestuario le apodan Kimmich, tanto por su físico como por su estilo de juego, muy similar al alemán. Mediocentro natural, también combina otras posiciones gracias a su polivalencia. Por ejemplo, el año pasado jugó muchos partidso como lateral a las órdenes de Rafa Márquez en el filial. Su ascenso al primer equipo e sun sueño cumplido que mantiene desde que llegó al club catalán siendo infantil, procedente de la Damm, esa fábrica inagotable de jóvenes talentos. En la Masia vivía y respiraba fútbol, dejando entrever que dentro se esconde un futuro entrenador.
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