Toros, jamón, guerra y sol: ¿cuánta verdad hay en la España del cliché?

El recorrido, que no es cronológico sino temático o caprichoso, invita a la diversión del cliché, pero también a la reflexión sobre la mirada: a veces hace falta llegar de muy lejos para ver ciertas cosas. ¿Qué aporta el punto de vista del fotógrafo extranjero? Responde Thomas Dworzak, fotoperiodista y presidente de Magnum entre 2017 y 2020: «La mirada extranjera siempre tiene algo que decir sobre un país, en este caso España. Pero también creo que esta mirada se puede aplicar sobre lo que tienes cerca, sobre las calles en las que vives… Yo ahora veo a un montón de fotógrafos locales imitando la mirada extranjera». Continúa, Olivia Arthur, que lo relevó en el cargo hasta 2022: «Por supuesto que la perspectiva del extranjero es distinta, y esto puede ser bueno o malo. A mí me interesa esa mirada fresca. A veces, cuando vuelvo a mi hogar después de haber trabajado en otro país, consigo verlo con otros ojos, como más de cerca. En este sentido, alejarse es muy útil. Creo que la fotografía está muy ligada a la idea de la fascinación, que es una forma de curiosidad».

Los miembros de Magnum tiene algo así como siete mandamientos, que en el fondo son los requisitos para conseguir una plaza en el prestigio: dominar la técnica y la narrativa, tener un lenguaje visual claro y potente, creer en el trabajo en equipo, conocer el legado de la agencia, aportar nuevas perspectivas, descubrir desde la honestidad, poseer una firme ética personal. Pero entonces, ¿qué hace buena a una fotografía? Contestan los tres popes. Middel: «Esta discusión es interminable dentro de Magnum. Yo diría que no existe algo así como un tipo de buena fotografía, así, en general. Depende de la época, del tema a tratar, del lugar». Arthur: «Ya no sé si una buena fotografía es algo deseable a estas alturas [piensa en silencio]. Pero yo creo que, en esencia, una buena fotografía es aquella que, sin moverse, te mueva algo en ti. Una fotografía que te haga reír, que te haga recordar, que te provoque indignación. Una fotografía que provoque una reacción emocional». «¿Reír? Siempre he pensado que el mayor defecto de la fotografía es el humor. No conozco a nadie que haya reído a carcajadas con una fotografía. En cambio, ayer lloraba de risa mientras leía a Houellebecq en el autobús», remata Dworzak.

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Javier Díaz-Guardiola

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'España X Magnum' baila entre la ligereza y la gravedad, quizás porque todo viaje acaba siendo un ejercicio de contrastes. Así que tenemos la Guerra Civil y el buffet de desayuno de un hotel, el Prestige y las hamacas en la playa, el tricornio y las trompetas, el turista y el inmigrante, la muerte y la vida. En las fotografías en blanco y negro hay más niños que en las de color, que se van más a lo rural, a lo viejo, a lo antiguo. Más que de la natalidad, esto nos habla de la globalización, de la uniformización del mundo: había más exotismo antes. En fin, ¿qué aporta la fotografía hoy, que vivimos rodeados de imágenes? «Ahora mismo la foto ya no es tanto un objeto, como lo era antes, como un lenguaje. Es igual que la palabra. La pregunta se podría trasladar a: ¿qué aporta una palabra cuando hay tantas palabras en el mundo? Depende del uso, claro. Lo que me preocupa más es la relación de la fotografía con la verdad. Las cosas están yendo en una dirección peligrosa. Si no hacemos algo o no nos educamos la gente ya no va a confiar nunca más en las imágenes y entonces, ¿cómo vamos a construir nuestra historia? ¿Cómo vamos a saber quiénes somos o quiénes fuimos si ya no podemos agarrarnos a una imagen para creerlo?».