'Mort d'un comediant': un hombre en busca de sus personajes
CRÍTICA DE TEATRO
Jordi Bosch protagoniza la obra de Guillem Clua
Artículos de Sergi Doria en ABC

Crítica de teatro
'Mort d'un comediant'
- Autor Guillem Clua
- Dirección Josep Maria Mestres
- Escenografía Joan Sabaté
- Vestuario Sylvia Kuchinov
- Iluminación Kiko Planas
- Espacio sonoro Jordi Bonet
- Intérpretes Dani Espasa. Intérpretes: Jordi Bosch, Mercè Pons y Francesc Marginet Sensada
- Lugar Teatro Romea, Barcelona
Una lectura apresurada de la sinopsis de 'Mort d'un comediant' (Muerte de un comediante), título que remite a la 'Muerte de un viajante' de Arthur Miller, podría hacernos creer que este texto de Guillem Clúa es una secuela de 'El padre' ... de Florian Zeller. Veamos: Miranda, la sobrina del viejo actor Llorenç Cardona, contrata al joven Adri para que cuide de su tío. La veintena de cuidadores que se hicieron cargo de este actor trastornado por los personajes que interpretó en una exitosa carrera teatral no ayudan al optimismo. Al escuchar los berridos de Cardona y constatar su actitud agresiva -modo Shakespeare de 'La tempestad'-, Adri aceptará el trabajo si le doblan los emolumentos.
Comienza así, valga la redundancia, una tempestuosa relación entre el cuidador y ese paciente que en cada momento del día puede ser Hamlet, Enrique IV, el chejoviano Vania, Nora en la 'Casa de muñecas' de Ibsen, Lisístrata, Antígona o Cyrano. Lo que era recíproca animadversión se torna en afectuosa complicidad: el viejo actor se convierte en el mentor cultural de un cuidador que nunca había pisado un teatro. Capaz de interpretar todos los papeles, Cardona los pierde -los papeles- cuando se identifica con Willy Loman, el viajante de Miller (de ahí el título de la obra). En el aire del escenario, una pregunta que no podemos responder: ¿Será capaz Llorenç Cardona de afrontar su verdadera personalidad?
El comediante Cardona no es «el padre» de Zeller. Como advierte Clua, esta obra es una carta de amor al teatro. Y podemos añadir que el comediante, Jordi Bosch, la ha interpretado con una potente y humanísima caligrafía que va desde las letras de la tragedia a las de la melancolía. Le acompañan la siempre solvente Mercè Pons y Francesc Marginet como el cuidador que, aplicando el viejo remedio de lo que escuece cura, Transitará con Cardona de los personajes del Gran Teatro del Mundo calderoniano a la condición de persona de este mundo minúsculo, pero real; ser una persona mortal, tal vez mediocre; como Loman, el viajante. Es el momento de que baje el telón. Y el 'comediante' se despide de un público que le ovaciona puesto en pie.
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