UNA MIRADA ACADÉMICA
Maestro Antonio de Nebrija
La enseñanza es una cadena de muchos eslabones que requieren a un tiempo continuidad y cambio. La obra de Nebrija ha gozado de ambas premisas

Entre los testimonios iconográficos de Nebrija, brilla con particular relieve la ilustración de las 'Introductiones latinae' del manuscrito de la Biblioteca Nacional de España VITR/17/1, preciosamente iluminado para el maestre de Alcántara don Juan de Zúñiga. El gramático aparece situado en el centro con un libro abierto, enseñando a un reducido grupo humanístico que no excluyó a las mujeres como sí ocurría en las Universidades.
Su vida colegial, circunscrita a Bolonia, Salamanca y Alcalá, no se entiende sin esa otra vertiente vinculada al mecenazgo. Don Juan no formó una academia propiamente dicha, pues las academias organizadas al modo de Italia tardarían en aparecer. La abundancia de estas en el siglo XVII favorecería que sus miembros fueran un referente para la Real Academia Española, que, pese a constituirse bajo el modelo ilustrado de la Academia Francesa, consideró que sus obras, sin olvidar los autores de la Edad Media y del propio Siglo de las Luces, se basaran en los del Siglo de Oro, gracias a los cuales, el español había alcanzado su última perfección.
En ese panorama, las 'Introductiones' y la 'Gramática de la lengua española' de Nebrija serían pilares fundamentales de su historia, desde la publicación del 'Diccionario de Autoridades' (1726-1739) y de la 'Gramática de la lengua española' (1771) hasta nuestros días, con el concurso de la ASALE. No en vano había sido el primero que había abierto el camino del arte de bien hablar y escribir, basado en las autoridades y el buen uso. En el salón de plenos de la RAE, junto a otros retratos, el de Nebrija -encargado al pintor Marcelino Santa María en 1922- vigila, en silencio las labores académicas de los jueves.
Fue retratado enseñando a un reducido grupo humanístico que no excluyó a las mujeres
Las numerosas ediciones españolas de las 'Introductiones', formarían parte de los programas educativos de España, América y Filipinas durante siglos; sin olvidar la proyección europea de las publicadas en Lyon, Venecia, París, Amberes, Colonia y otras ciudades. La enseñanza es una cadena de muchos eslabones que requieren a un tiempo continuidad y cambio. La obra de Nebrija ha gozado de ambas premisas, permaneciendo firme pese a las transformaciones que su dictado filológico ha tenido a través de los tiempos. Pedro Martín Baños, en 'La pasión de saber. Vida de Antonio de Nebrija' (2019), ha encarecido una vertiente que ha de ir unida a la pasión de enseñar. Sin ellas, difícilmente puede lograrse la verdadera transmisión del conocimiento entre maestros y discípulos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete