El Papa prepara la reforma de la comisión vaticana contra los abusos tras el abandono de su principal exponente
Les ha solicitado un «informe anual sobre lo que pensáis que funciona bien y lo que no, para poder introducir los cambios oportunos»
«Es el momento de reparar el daño causado a las generaciones que nos precedieron y por eso es importante que nunca dejemos de avanzar«, afirmó el Sumo Pontífice
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El Papa Francisco ha pedido paciencia este viernes a los miembros de la comisión vaticana para la Protección de Menores, que está atravesando un periodo de delicadas turbulencias, y les ha solicitado «un informe anual sobre lo que pensáis que funciona bien y lo que no, para poder introducir los cambios oportunos».
A finales de marzo, uno de sus principales impulsores, el jesuita Hans Zollner, la abandonó dando un portazo por su desacuerdo con la modalidad de trabajo y la falta de transparencia interna; y esta semana Mary Collins, la primera víctima de abusos que formó parte de la comisión y que dimitió en 2017 para denunciar la resistencias internas en el Vaticano a sus propuestas, ha solicitado al Papa una auditoría externa para refundar este organismo.
El Papa no los ha mencionado directamente en el encuentro con esta comisión, celebrado este viernes en el Vaticano. Sin embargo, eso no significa que no los haya tenido en cuenta. «Vemos que están creciendo las semillas plantadas hace casi diez años cuando el Consejo de cardenales recomendó la creación de este organismo. Por eso, es el momento de detenernos para reflexionar sobre el pasado», les ha dicho Francisco.
El Papa les ha pedido paciencia, «aunque el camino sea arduo y agotador». «Os pido que no os bloqueéis, seguid tendiendo la mano, intentad infundir confianza en quienes encontréis y en quienes compartan con vosotros esta causa. No os desaniméis cuando parezca que las cosas están mejorando poco», les ha solicitado.
También les ha rogado que actúen con «respeto y amabilidad». «Comportaos con delicadeza, sin quejas, pensando que este momento de reparación para la Iglesia dará paso a un nuevo capítulo», les ha asegurado. «Ahora es el momento de reparar el daño causado a las generaciones que nos precedieron y a los que siguen sufriendo, y por eso es importante que nunca dejemos de avanzar», ha continuado.
Crisis de identidad
Desde que esta comisión inició a funcionar en marzo de 2014, ha encontrado difícil encuadre en la estructura vaticana. La situación actual es incómoda porque con la reforma de la Curia, ha pasado a depender del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el mismo que se ocupa de juzgar las denuncias por abusos. Depender de éste le resta independencia a la hora de señalar eventuales deficiencias. Zollner lamentó de hecho que no exista un «reglamento que regule la relación entre la comisión y el Dicasterio».
Por otro lado, el jesuita se marchó a finales de marzo denunciando también la «falta de claridad en el proceso de selección de miembros y empleados, y sus respectivas funciones y responsabilidades». Se refería a que, en los últimos meses, la comisión ha contratado nuevos empleados como brazo operativo de sus propuestas y decisiones, y se ha diluido el papel de los «expertos» de la comisión.
A pesar de eso, el Papa ha saludado este viernes a los nuevos empleados como una «nueva y agradecida incorporación». Por su parte, el presidente de la comisión, el cardenal Sean O'Malley, rechazó ya en marzo las críticas de su ex colaborador Hans Zollner, y aseguró que analizarían la situación durante la reunión de esta semana en Roma.
Según un comunicado de este departamento, hasta el sábado mantendrán una «discusión abierta sobre cómo definir mejor los métodos de trabajo, la función de cada uno y las responsabilidades».
Adelanta que están «estudiando un marco de directrices universales que actualizará el de 2011». Se trata de una herramienta que ayuda a las conferencias episcopales a elaborar sus normas para tratar casos de abuso. El Papa les ha solicitado que añadan «una herramienta de verificación de estas directrices», para controlar que los obispos hacen sus deberes.
También están definiendo actualmente la «metodología y el contenido del (futuro) Informe Anual sobre Políticas y Procedimientos de Salvaguardia» que el pontífice les solicitó el año pasado.
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Antes de despedirles este viernes del Vaticano, el Papa les ha resumido su misión en la idea de convertir «la protección de los menores y de personas frágiles un una norma para todos en la Iglesia», desde el primero al último.
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