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La lava del volcán de Islandia multiplica por cuatro a la de La Palma

La intensidad de la erupción, la mayor en años, apunta a semanas o incluso meses de actividad

La erupción del volcán de Islandia abre una fisura de cuatro kilómetros

Erupción en Islandia AFP
Isabel Miranda

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Los habitantes de la ciudad islandesa de Reykjavik han sido capaces de ver emerger, como una línea de fuego, el magma del suelo a más de 40 kilómetros de distancia. El nuevo volcán del país, Sundhnúksgígar, nació este lunes con fuerza en la zona suroeste de la isla. Por una fisura de 4 kilómetros llegaron a fluir hasta 200 metros cúbicos de lava por segundo.

«Es mucho», explica Álvaro Márquez González, profesor titular del departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad Complutense de Madrid. «La erupción de La Palma en los momentos de máxima emisión de magma no llegó a los 50 metros cúbicos segundo», cuatro veces menos, ilustra el experto. Y esta cantidad de magma es inusual incluso para los estándares islandeses: la cantidad es al menos diez veces mayor que en cualquiera de las erupciones más recientes del país. «Probablemente estamos, por tasa de emisión, ante la erupción más importante en Islandia en los últimos 100 años o más», dice Márquez.

La evolución del nuevo volcán ha sido peculiar. Hace más de un mes puso en alerta al país, tras registrar cientos de microterremotos y una grieta de 15 kilómetros. La erupción parecía inminente, se evacuó la ciudad de Grindavík, con sus 3.900 habitantes, entre cuyas calles cruzaba la grieta, y se cerró el cercano y turístico spa Blue Lagoon. Pero la actividad sísmica fue descendiendo y dio paso a una calma tensa. Este mismo lunes había reabierto el spa, y las autoridades debatían sobre si devolver a los desalojados a casa por Navidad. En apenas dos horas, un enjambre sísmico el lunes por la noche avisó de que la lava volvía a fluir y, esta vez sí, llegaba hasta la superficie.

Ha habido «bastante suerte», ha reconocido el ministro de Infraestructuras, Sigurdur Ingi Jóhannsson. La erupción ha sido de tipo fisural, no explosiva, y a tres kilómetros de la ciudad de Grindavík. El Gobierno asegura que no representa un peligro para la vida, el magma parece estar fluyendo alejándose de la urbe más cercana y tampoco ha supuesto la cancelación de ningún vuelo, ya que este tipo de erupciones generan poca ceniza, al contrario de la del Eyjafjallajökull en 2010, que fue bajo un glaciar y el agua aumentó la explosividad.

Horas después del inicio de la erupción en el cráter de Sundhnjúka, el flujo de lava había caído aproximadamente a una cuarta parte de lo que era al comienzo de la erupción, y solo un tercio de la fisura original estaba activa, según el boletín de la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO, por sus siglas en inglés).

Pese a todo, el riesgo persiste. Islandia se encuentra en estado de emergencia. Los gases tóxicos, posiblemente con un alto contenido de azufre, podrían llegar a zonas pobladas. «En función de los vientos, podría llegar hasta la capital», explica Márquez. La previsión del Gobierno, de hecho, apuntaba a que podría hacerlo este miércoles.

Además, todavía es posible que la lava emerja en nuevos puntos de la brecha, que cuando se abrió hace un mes se extendía por 15 kilómetros hasta llegar al mar. «La fisura se ha visto que se ha ido abriendo de norte a sur. No es descartable que el magma se siga moviendo por debajo, hacia el sur, y se abran puntos de emisión más al sur de lo que hay ahora mismo, no es no es nada descartable», asegura Márquez.

Duración

Lo que es más complicado saber es cuánto durará la erupción. «Esto es difícil», apunta el experto. La evolución de los primeros días, los datos de presión, la cantidad de lava que emerja de la grieta y cómo se comporte el terreno serán decisivos para hacerse una idea mejor. «Seguramente, por las tasas de emisión tan altas, estamos hablando de semanas o meses de erupción», aventura Márquez.

Lo mismo opina Halldor Geirson, profesor asociado del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Islandia. «Esto podría durar varios meses, pero también podría detenerse hoy o mañana», dijo a Reuters.

Hasta hace tres años, la zona suroeste del país, la que ahora se ve afectada, había estado 800 años inactiva.

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