El cuerpo del Papa Emérito estará en la basílica de San Pedro a partir del lunes

El Papa Benedicto XVI ha fallecido serenamente a los 95 años en su residencia en los Jardines Vaticano y no en un hospital, pues él mismo solicitó a los médicos pasar sus últimas horas serenamente en su propia casa, acompañado del cariño de sus principales colaboradores. Antes del fallecimiento, recibió los últimos sacramentos.

Cuando empezó a planificar su renuncia tras casi nueve años de pontificado, él mismo decidió retirarse a esa casa, el ex monasterio «Mater Ecclesiae» (Madre de la Iglesia), dentro del perímetro del Estado Ciudad del Vaticano, para estar a disposición de su sucesor y al mismo tiempo lejos del foco de los medios de comunicación.

Las condiciones de salud del pontífice emérito precipitaron la noche entre el domingo 25 de diciembre y el lunes 26, cuando tuvo un colapso que hizo temer lo peor. Se combinaron dificultades respiratorias, renales y cardiacas. El miércoles 28 los médicos comunicaron al Papa Francisco que la situación era irreversible, y el pontífice decidió visitarlo para despedirse.

«Quisiera pediros a todos una oración especial, por el Papa emérito Benedicto, que en silencio sostiene a la Iglesia», dijo el Papa Francisco antes de concluir su audiencia general de este miércoles. «Acordaos de él, pues está muy enfermo, pidiendo al Señor que le consuele, y le sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final», solicitó por sorpresa en público. También este jueves el Papa Francisco pidió de nuevo oraciones por Benedicto, para «acompañarle en estas horas difíciles».

Según los partes médicos, el jueves el Papa emérito se mantuvo lúcido y consciente. Los últimos días estaba muy grave, pero estable. Tuvo siempre cerca a su secretario Georg Gänswein, quien le ayudó a celebrar misa sin salir de su habitación. Tampoco se apartaron las cuatro mujeres pertenecientes a la rama de laicos consagrados del movimiento Comunión y Liberación (Carmela Galiandro, Loredana Patrono, Rossella Teragnoli y Cristina Cernetti), que cuidaron la vida doméstica de Benedicto desde el inicio de su pontificado en abril de 2005 y más adelante tras su renuncia.

En las próximas horas sus restos mortales serán trasladados a la Capilla Clementina, donde se abrirá la cámara ardiente para la Curia Vaticana y el Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede. Más adelante, y antes del funeral, el velatorio se realizará en la basílica de San Pedro para permitir el homenaje de cientos de miles de peregrinos que ya se están organizando para viajar a Roma. Es un gesto con el que de alguna forma quieren darle las gracias y decirle adiós.