el quinto de la discordia
Subidas y bajadas
Tesla o la banca europea son dos caras de la misma moneda: la de los excesos de los mercados. Hay que procurar no dejarse llevar por ellos.

En los últimos meses en las bolsas hemos asistido a fuertes subidas y bajadas que han cogido a la mayoría de los agentes del mercado con el pie cambiado. Desde los máximos de finales del año pasado, la corrección que ha sufrido lo que se ... denomina el 'Trump trade' –los activos que se habían beneficiado de que Trump llegara a la presidencia– ha sido notable. Sin ir más lejos, Tesla, la compañía de coches eléctricos de Musk, ha perdido la mitad de su valor en bolsa. El bitcoin ha caído un 30%. Y el dólar se ha depreciado más de un 5%.
La otra cara de la moneda la han protagonizado las bolsas europeas con el mejor arranque en 50 años. El otrora demonizado sector bancario ha subido en lo que llevamos de año un 30%. Los bonos soberanos se han llevado un buen zarpazo. Y el euro se ha apreciado contra el dólar.
Hay quien las considera como oportunidades para volver a subirse al carro, como si lo que hemos vivido estas últimas semanas constituyera una oportunidad al tratarse de un paréntesis. Probablemente lo que hay que hacer es no dejarse arrastrar. Que algo haya subido o bajado mucho no quiere decir nada en sí mismo. Lo que importa son las valoraciones fundamentales de las cosas. Con independencia de que Tesla haya perdido la mitad de su valor en dos meses no quiere decir que constituya una oportunidad de nada. La compañía de Elon Musk sigue cotizando a unos múltiplos sobre sus beneficios mucho más altos que cualquier otra empresa del sector. El mercado se había pasado de frenada. Y a lo que hemos asistido puede ser que en un tiempo lo identifiquemos como el inicio del pinchazo de la burbuja que muchos denunciaban.
En el otro extremo, que el sector bancario haya subido un 30% en 2025 y sea de los que mejor comportamiento ha tenido no solo este año sino en los últimos cuatro o cinco, tampoco quiere decir que haya que vender los bancos que tengamos en cartera. A pesar de la subida, como los beneficios en los últimos tiempos se han recuperado notablemente, la banca sigue cotizando a múltiplos tremendamente atractivos tanto en absoluto como en relativo. Hay a quien tras haber visto a los bancos cotizando a una tercera parte de lo que están cotizando ahora les queman en las manos.
Tesla o la banca europea son dos caras de la misma moneda: la de los excesos de los mercados. Hay que procurar no dejarse llevar por los mismos. En cualquier caso, hay que reconocer que es más fácil decirlo que hacerlo.
Magnates
El tenderete de Teslas que la semana pasada montó Elon Musk en la Casa Blanca es síntoma de que las cosas no van como mucho de estos magnates que han apoyado a Trump pensaban. El desplome de las ventas de su coche es solo la punta del iceberg de como las expectativas de estos'tycoons' se están viendo defraudadas.
La lógica de muchos de estos grandes empresarios para apoyar a Trump fue que constituía el mal menor. No es un buen enemigo. El partido demócrata es, al contrario, un partido previsible y no iba a legislar por impulsos, aunque no lo hubieran apoyado.
Sin embargo, a juzgar por la evolución del precio de muchas de sus acciones, no está siendo así. Los planteamientos de Trump no benefician a nadie. Y menos aún a estas empresas tecnológicas que habían puesto en precio unas expectativas enormes y que el flamante presidente se está encargando de echar por tierra.
Su apoyo de saque hace que ahora sea más a difícil criticar las arbitrariedades con las que se despacha Trump a diario y que están menoscabando a toda velocidad la confianza. Probablemente ya se estén dando cuenta de que fue un error apoyarlo. De no haberlo hecho, probablemente ya estarían liderando la contestación a las políticas erráticas marca de la casa.
El personaje es indomable. No escucha a nadie. ni siquiera al propio Musk. Que esta relación iba a saltar por los aires es crónica de una muerte anunciada. Pero seguramente la ruptura se precipite. Se está empezando a convertir en una cuestión de supervivencia. Muchos de estos magnates erraron el cálculo y pensaron que era mejor encamarse con el enemigo. Ahora tienen que empezar a saltar de un barco sin rumbo. Y no duden que lo harán. No han llegado a donde están por haber precisamente perseverado en el error. Y cuando lo hagan serán buenas noticias. Cuantos más tenga en frente, menos durará la pesadilla que sin duda va a ser esta legislatura con Trump a los mandos. Entretanto, cuanto peor se comporten en bolsa el precio de estas acciones, mejor. Antes se les caerá el velo y comprenderán que no hay nada bueno en tener al frente a un gánster sin escrúpulos y, peor todavía, sin criterio. Como decía Rafa Latorre la semana pasada, es lo que parece.
No es la economía
La caída del mercado americano no es porque las expectativas sobre la economía se hayan deteriorado. El problema es cómo se ha truncado la confianza. Y eso tiene peor solución. No se soluciona con los remedios clásicos que se han e siempre para enderezar la economía. La inercia sigue siendo mucha, el empleo está en máximos y no hay problemas de endeudamiento del sector privado que son siempre el germen de las crisis económicas.
Los 'animal spirits' se han torcido por los desmanes de Trump. Por su arbitrariedad. Por su falta de previsibilidad. Por sus formas. Es una suma de tropelías que hace que tenga difícil remedio. La falta de rumbo de su política es el peor enemigo. Y lo peor es que, para sorpresa de algunos, ha pillado a todo el mundo con el pie cambiado. Nadie esperaba que fuera a hacer lo que dijo en campaña que iba a hacer. Tenía una fama de pragmático que a la luz de los hechos era totalmente inmerecida. Es lo que parece. Un gañán sin criterio. Y parece que el mercado lo está calando.
Suscitan cierta ternura los que se aferran a la idea de que hay un plan trazado. Que, tal y como estaban las cosas, no se cansan de repetir, el mejor camino era precipitar una crisis para luego construir, Reserva Federal mediante. Es un argumentario que no se sostiene, completamente rocambolesco. Las crisis siempre son sobrevenidas, nunca se buscan. Y menos que nadie Trump que tiene un concepto tan alto de sí mismo. Otra cosa es cómo luego pretendas vender la moto.
El problema son las expectativas. Expectativas, posicionamiento y valoraciones. La mezcla es letal. Hoy la bolsa americana es la viva imagen de un cuchillo cayendo que no es precisamente la ideal para meter la mano. Habrá un suelo por valoración en algún momento. Pero teniendo en cuenta el punto de partida, no parece muy cercano.
Resulta siempre difícil anticipar el detonante del pinchazo de una burbuja. Es un tanto que probablemente se pueda apuntar Trump. Lo único bueno es que esta reacción del mercado lo que debería ayudar a un eventual cambio de rumbo. Aunque, llegados a este punto, es complicado saber si el mercado se iba o no a fiar.
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