Qué podría pasar en Groenlandia tras las elecciones

El interés internacional en Groenlandia, especialmente por parte de Estados Unidos, podría influir en las decisiones futuras. La isla tiene una ubicación estratégica en el Ártico y recursos naturales valiosos, lo que la convierte en un punto clave para las potencias mundiales. Las grandes potencias globales, interesadas en sus recursos, en su territorio como plataforma de armamento con alcance sobre Rusia, Estados Unidos y Europa, y sobre las rutas comerciales por el Ártico, posibles sólo recientemente y debido al deshielo, permiten prever que ni Rusia ni China ni Estados Unidos se quedarán de brazos cruzados, una vez se abra una vía política a la separación de Groenlandia de Europa.

Esas fuerzas ya están actuando. El servicio secreto danés PET lanzó una advertencia muy concreta el mes pasado sobre la desinformación rusa: «Se han observado numerosos casos de cuentas de clientes falsas en redes online», incluidas cuentas que «suplantan la identidad de políticos daneses y groenlandeses, y contribuyen a la polarización de la opinión pública».

Johan Farkas, profesor de la Universidad de Copenhague especializado en desinformación, está al tanto de este tipo de publicaciones, que también han circulado en medios rusos. Cree que la población groenlandesa, que habla principalmente groenlandés además de danés, difícilmente puede ser influenciada de este modo. «Groenlandia es una comunidad muy pequeña y muy unida y poco comunicada. En mi opinión, no es fácil llegar a ellos con cuentas falsas o medios similares que conocemos de otros programas de influencia electoral», pero también sugiere que los contactos discretos con los líderes independentistas pueden terminar volcando las hipotéticas negociaciones futuras entre Groenlandia y las grandes potencias. Le preocupa la influencia de redes sociales que defienden abiertamente los intereses de Trump, como X, sobre una población bastante aislada y sin acceso a muchos medios de comunicación alternativos.

Groenlandia, además, está jugando un papel de proyecto piloto para las fuerzas interesadas en debilitar y fragmentar la Unión Europea. Aunque resulta arriesgado mirar la bola de cristal y hacer pronósticos, no es descabellado pensar que, tras un referéndum de independencia de Dinamarca y un primer acuerdo económico generoso con Estados Unidos, la situación de los groenlandeses fuera utilizada como propaganda a favor de otros movimientos independentistas en territorio europeo, que observan estas elecciones y el desarrollo en la política de la isla como ejemplo a tener en cuenta. Rusia ya ha mostrado en los últimos años su interés por apoyar y promover movimientos independentistas en países europeos y Trump se suma ahora a esta estrategia, ofreciéndose como mejor postor al gobierno que surja del posible referéndum.