Francia retira también a todos sus militares destinados en Níger
Los golpistas han secuestrado al embajador de Francia, sometido a un régimen de pan y agua en la embajada francesa en Niamey, y han lanzado una campaña de manifestaciones callejeras contra la presencia francesa
El golpe de Estado en Níger evidencia el creciente poder de Rusia en África ante la desidia de Occidente
Emmanuel Macron ha confirmado la retirada completa de los 1.500 soldados franceses todavía estacionados en Níger y el regreso inmediato a París del embajador y los diplomáticos que la junta militar golpista había utilizado como rehenes.
A juicio del presidente francés, « ... ponemos fin a nuestra cooperación militar con las autoridades de Níger, que no desean luchar contra el terrorismo».
En quince palabras, un giro estratégico y una confirmación: el corazón de África convertido en pudridero terrorista islámico.
Tras el golpe de Estado del 26 de julio pasado, en Níger, Macron siguió reconociendo al presidente depuesto (Mohamed Bazoum), invitando a los principales miembros de la Communauté économique des États de l'Afrique de l'Ouest (Cedeao), Senegal, Nigeria, Guinea, Costa de Marfil, una posible intervención como «intermediarios». Mediación fallida, incluso tras la amenaza de «intervención militar».
Raptado el presidente depuesto, los golpistas secuestraron al embajador de Francia, sometido a un régimen de pan y agua en la embajada francesa en Niamey, y lanzaron una campaña de manifestaciones callejeras contra la presencia francesa en el territorio nacional. Presiones finalmente triunfantes. Macron anuncia la retirada militar y diplomática de Níger.
Acuerdos de cooperación militar
Tras la independencia de sus antiguas colonias, Francia había negociado acuerdos de cooperación militar. La presencia francesa en el corazón de África estaba avalada por acuerdos diplomáticos bilaterales. Acuerdos denunciados y rotos, uno tras otros.
Tras los golpes de Estado en Malí (2021) y Burkina Faso (2022), el golpe de Estado en Níger, el verano pasado, acelera la retirada francesa. París sigue teniendo acuerdos de cooperación con otros países africanos (Senegal), pero la retirada de Malí, Burkina Faso y Niger, como la crisis con Marruecos, tiene una importancia global, estratégica, incluso europea.
Hace apenas un quinquenio, Francia tenía más de 5.000 solados estacionados, en esos países, con el fin de combatir el yihadismo islámico y «resistir» a la presencia rusa y china en África. La retirada de Níger, abandona a las bandas yihadistas islámicas el corazón del continente africano, el «vientre fofo» y ensangrentado donde se pierden las rutas del tráfico de seres humanos que terminan llegando a las costas del Mediterráneo.
Las malas relaciones de Francia con Túnez, Argelia y Marruecos agrava la crisis estratégica. Ni los EE. UU. ni la UE han deseado nunca implicarse con Francia en la resistencia y combate del yihadismo en África. Comienza una nueva e imprevisible era.
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