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Festival Nova, en pleno desierto del Neguev, en Israel ABC // Vídeo: ABC Multimedia
Sandra Palacios

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Cientos de asistentes al Festival de Música Nova fueron testigos del ataque de Hamás a Israel. Presenciaron en primera persona cómo las milicias palestinas lanzaron cohetes desde Gaza a primera hora del sábado y más tarde irrumpieron en el lugar individuos armados, lo que provocó la huida en masa de los participantes.

Entre las 3.000 personas que acudieron al evento se encontraba Esther Borochov, quien se tuvo que hacer la muerta para sobrevivir al ataque. La joven intentaba huir en su coche cuando otro vehículo chocó contra el suyo. Entonces otra chica le dijo a ella y a su amiga que saltaran a su automóvil justo antes de que le dispararan a quemarropa; se hizo la muerta hasta que fue rescatada. «No podía mover las piernas. Vinieron los soldados y nos llevaron a los arbustos», dijo a Reuters.

A pesar de que las fuerzas de seguridad israelíes escoltaron a muchos de ellos hasta una base cercana, por el momento se han recuperado más de 260 cadáveres en el recinto en el que se celebraba la 'rave', según el último balance, cerca del kibutz Reim, en pleno desierto del Neguev. El Servicio de Identificación de Víctimas de Desastres (ZAKA), una organización de voluntarios reconocida por el Gobierno israelí que se encarga de la retirada de cuerpos de los fallecidos, ha dado esta cifra en declaraciones a la prensa israelí.

Yaniv, un médico que se encontraba en la fiesta, declaró en la radio 'Kan News' que «fue una masacre»: «Nunca había visto algo así en mi vida. Fue una emboscada planeada. Cuando la gente salía por las salidas de emergencia, escuadrones de terroristas los esperaban allí y comenzaron a matarlos». Este profesional sanitario ya cifraba en al menos 200 cadáveres, antes de que hubiera datos oficiales, tan solo en la zona en la que él se encontraba. «Había 3.000 personas en el evento, así que probablemente lo sabían. Tenían información de inteligencia», añadió.

El festival fue organizado coincidiendo con la festividad judía del Sukkot. Comenzó a las 23.00 horas del viernes y duró toda la noche con miles de asistentes, en su mayoría israelíes de entre 20 y 40 años, aunque también había gente de otros países. Los vídeos muestran a cientos de personas y vehículos huyendo desesperadamente por el desierto.

Ortel, otra de las asistentes al evento, explicó a la televisión israelí 'N12 News' que la primera señal que percibieron de que algo no iba bien fue cuando la música se detuvo,apagaron las luces y empezó a sonar una alarma que advertía de un posible ataque con misiles. Sin embargo, el asalto de los milicianos palestinos les pilló completamente de imprevisto.

Adam Barel, que se encontraba en el lugar de los hechos cuando se produjo el asalto, ha señalado en el diario local 'Haaretz' que todos creían que podía tener lugar un ataque con misiles, pero el asalto fue totalmente inesperado. «Intenté escapar en mi coche, pero no se podía. Entonces nos escondimos en un arbusto mientras veíamos a todos correr hacia todas partes». Ortel puso su teléfono móvil en silencio y se escondió de la mejor forma que pudo: «Unos 50 terroristas llegaron en diferentes vehículos vistiendo uniformes militares. Sentía cómo pasaban los disparos por encima mío», recoge la 'BBC'.

Desaparecidos

Muchos desaparecidos, tal y como asegura el diario 'The Times of Israel', se encuentran entre los muertos y todavía no han sido indentificados. Otros se cree que han sido secuestrados y llevados a la Franja de Gaza, donde miembros de Hamás tienen a más de 100 personas como rehenes.

Shani Louk, una influencer alemana que estaba en el festival, se daba por desaparecida hasta que fue identificada en un vídeo de milicianos armados. La familia de la joven trató de contactar con ella tras el ataque de Hamás, pero no tuvo éxito. Sería unas horas más tarde cuando la identificaron a través de las imágenes difundidas. En ellas se puede ver a Shani acostada bocabajo, sin vida, y rodeada de milicianos armados gritando 'Allahu Akbar' («Dios es grandioso»). Sus seres queridos pudieron reconocerla fácilmente por sus rastas y sus característicos tatuajes.

Son muchos los familiares de las personas desaparecidas en el festival que han manifestado sentirse abandonados en la búsqueda de sus parientes. Este es el caso de Ora Kuperstein, quien está a la espera de recibir noticias sobre su sobrino de 21 años, el cual estaba trabajando en la 'rave' cuando fue secuestrado y llevado a Gaza. En la cadena 'N12 News' ha subrayado que no ha recibido ayuda de las autoridades: «Nadie nos ha dicho nada. Nadie nos está ayudando. Es un caos».

Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han preparado una sala de situación para reunir información sobre los rehenes y desaparecidos y poder localizarlos. Además han asegurado que «algunas familias ya han recibido mensajes sobre sus seres queridos», según recoge 'The Times or Israel'.

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