Elizabeth Holmes tendrá que salvar al mundo desde la cárcel
La joven que cautivó dos veces al mundo —por su éxito empresarial, cuando con 19 años fundó Theranos, su propia empresa de biomedicina, y cuando se demostró que todo era un fraude— no podrá evitar la prisión.
Elizabeth Holmes, condenada a 11 años de prisión por fraude por el escándalo de Theranos

La montaña de documentales, series de televisión, pódcast y libros que se han devorado en todo el mundo sobre el auge y caída de Elizabeth Holmes están a punto de necesitar un epílogo: el de la entrada en prisión de la joven prodigio del ... sector tecnológico, que prometía transformar la biomedicina, y que acabó como uno de los fraudes sonados de lo que va de siglo.
Un tribunal de apelación con sede en California le denegó esta semana su último intento de no ir a la cárcel. Holmes, fundadora de Theranos, fue condenada a algo más de once años de prisión después de que un jurado la declarara culpable de cuatro cargos de fraude en un juicio celebrado en enero del año pasado. Su ingreso en un centro penitenciario para mujeres de Bryan estaba previsto para el pasado 27 de abril. Holmes consiguió entablar un último recurso que ha retrasado algo más de un mes el comienzo del cumplimiento: el 30 de mayo deberá estar entre rejas.
En 2014, Holmes era la empresaria en boga de EE.UU. Su historia tenía todos los ingredientes para seducir a la opinión pública. Como muchos de los grandes pioneros tecnológicos de nuestro tiempo, abandonó una de las mejores universidades del país —Stanford— para fundar su propia empresa de biomedicina, Theranos. Lo hizo con solo 19 años y con una promesa fantástica: simplificar y agilizar los test sanguíneos. En lugar de extracciones convencionales de sangre —con un especialista, costosas, lentas en los resultado—, Holmes desarrolló una máquina —The Edison, ni rastro de modestia en el nombre— que proporcionaría enormes cantidades de datos con solo un pequeño pinchazo en la yema del dedo y en poco tiempo. Una revolución para la prevención, diagnóstico y seguimiento de enfermedades.
Convenció con su invento a inversores poderosos y a socios clave en el negocio —como el gigante de las farmacias Walgreens— y, aunque The Edison de puertas adentro no daba resultados, Theranos despegó. Holmes completó el cuadro con una imagen estudiada —melena rubia, labios siempre rojos, jersey de cuello alto en referencia imperdible a Steve Jobs— y una voz grave y forzada que todavía no daba a la sensación de teatralidad.
Los medios —'Forbes', 'Fortune', 'The New York Times Style'— le regalaron portadas, convertida en la emprendedora joven de más éxito de la historia. Pero también empezaron a olfatear a Theranos y The Edison. 'The Wall Street Journal' desnudó el fraude. Todo, o casi todo, era mentira.
Rompe su silencio
Aseguró que la Holmes que todo el mundo conoce es un personaje no real
Holmes y su socio y pareja, el emprendedor Ramesh 'Sunny' Balwani, fueron juzgados. Por la Justicia y por la opinión pública, que se hinchó de palomitas con la historia irresistible del ángel caído. Holmes tiene ahora 39 años. Cada uno de sus pasos es diseccionado por los tabloides y las cuentas en redes sociales sobre famoseo, con un apetito sobre la figura que no decae. En medio de sus juicios y recursos, ha tenido dos hijos con su actual pareja.
Hace un par de semanas, Holmes rompió un silencio con la prensa que empezó en 2016. En un artículo para 'The New York Times', defendió que la Holmes que todo el mundo conoció era un «personaje que yo creé». Ahora ella es Liz, no Elizabeth. Pero sigue diciendo, sin rastro de remordimiento, que quiere salvar el mundo y que tiene ideas sobre inventos para revolucionar la medicina. Que la tecnología que inventó para Theranos es para crear un «mundo en el que nadie tiene que decir adiós demasiado pronto». De momento, ella tendrá que decir adiós a su libertad.
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