Ecuador se asoma a la quiebra institucional ante las elecciones

Abad, sin embargo, no obedecerá la orden de Noboa, al haberse acogido a la ley orgánica de Servicio Exterior que otorga un plazo de 30 días para que los funcionarios diplomáticos puedan desplazarse a sus destinos. «Vamos a hacer nuestro traslado dentro de los 30 días que la ley nos permite. Cualquier acción venidera que pretenda volver a plantear un incumplimiento de funciones es ilegal», declaró Doménica Dávila, abogada de la vicepresidenta ecuatoriana. Según la letrada, la ley prevé esos plazos por las dificultades de un traslado inmediato cuando se trata de lugares «al otro lado del mundo» como es el caso de Turquía.

La vicepresidenta solo se ha manifestado a través de una carta pública en su cuenta X, en la que tildó de «un nuevo insulto a los ecuatorianos» la decisión de Noboa de enviarla fuera del país. Y pide la actuación de la Asamblea Nacional, la Contraloría y la Fiscalía.

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El enfrentamiento entre el presidente de Ecuador (Noboa) y su vicepresidenta (Abad) viene desde la misma campaña electoral que, en octubre de 2023, llevó a la coalición Acción Democrática Nacional a la victoria en unos comicios adelantados. Al día siguiente de tomar posesión de su cargo, Noboa manifestó su falta de confianza en Abad relegándola a «colaboradora para la paz y precautelar el escalamiento de la conflictividad entre Israel y Palestina». Apenas unas semanas después, la envió a Tel Aviv como embajadora de Ecuador en Israel. El 9 de noviembre de 2024, Abad fue suspendida como vicepresidenta por orden de Noboa, a través del Ministerio de Trabajo, por «abandono injustificado de trabajo» al llegar a Turquía días después de la fecha dispuesta. Además, el presidente nombró como sustituta de Abad en la vicepresidencia a Sariha Moya. Abad, entonces, presentó ante la justicia una 'acción de protección', que viene a ser un recurso de amparo

El pasado lunes, Verónica Abad recibió dos noticias: la primera, el fallo judicial a su favor por parte de la magistrada Nuria Vera, quien señaló que la decisión de Noboa es «inconstitucional»; la segunda, que el presidente Noboa insistía en enviarla a Turquía, esta vez no con el rango de embajadora, como tuvo antes en Israel, sino como consejera temporal con funciones económicas.

Verónica Abad se encuentra estos días en Cuenca, su ciudad natal, a donde llegó el 24 de diciembre para pasar la Navidad junto a su familia. Se desconoce si insistirá en usar su despacho, en el centro histórico de Quito, a la vuelta de Carondelet, sede del Gobierno, al que quiso acceder el 23 de diciembre junto a su equipo de colaboradores, lo que se le impidió por el cordón de seguridad de policías y militares apostados dentro y fuera de la sede de la vicepresidencia.

Que Abad permanezca en el país cuando faltan once días para que se inicie la campaña para las elecciones presidenciales del 9 de febrero confiere dramatismo a la política nacional, expectante por saber qué ocurrirá el 6 de enero, cuando arranque la campaña y el presidente Noboa deba pedir 'licencia'; esto es, dejar la presidencia durante dicha campaña y ser reemplazado por la vicepresidenta, en este caso Verónica Abad, según señala señala el Código de la Democracia, que también afectaría a todos los diputados. Hay quienes afirman, por el contrario, que Noboa no necesita ausentarse del cargo pues un fallo del Constitucional, de 2010, le faculta para hacer campaña y ejercer la presidencia al tiempo. La polémica está servida.

El dilema es grande pues Noboa nunca ha ocultado su animadversión hacia su vicepresidenta Abad, por lo que dejarla al frente del gobierno le resultaría inadmisible. Por ello, más de una vez, el propio presidente ha llegado a mencionar que ella debería renunciar. Eso también habrían pretendido algunos funcionarios que plantearon acciones legales en su contra: una por la campaña política, cuando fue candidata a la Alcaldía de Cuenca, y dos por 'violencia política de género'. También pesa la detención del hijo de Abad y su ingreso en la prisión de mayor seguridad de Ecuador, en el marco de una investigación por supuesto tráfico de influencias en el entorno a la vicepresidencia. Para los partidarios de Abad se habría tratado de un cebo para que esta regresara a Ecuador, abandonando su puesto como embajadora en Israel, echo que sirvió a Noboa para intentar reemplazarla por Sariha Moya.

Es difícil saber cuál será la decisión de Noboa sobre si se aparta temporalmente o no de su cargo para hacer campaña. De hecho, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, ha tenido respuestas ambiguas al respecto, al limitarse a decir que la regla que se aplique a un candidato será igual a todos, a sabiendas que más de 80 de los 137 diputados buscan también la reelección en febrero, y les gustaría seguir en funciones durante la campaña. Las discrepancias entre los constitucionalistas están servidas.

Las discrepancias y dudas tienen su origen en que Noboa ganó la presidencia en unas elecciones anticipadas y excepcionales por la decisión de Guillermo Lasso de disolver el Congreso y poner fin a su propio mandato -ante una inminente destitución en un juicio político-, por lo que Noboa fue elegido para completar el período interrumpido por su antecesor y no en unas elecciones programadas como «normales». De ahí que algunos consideren que lo de Noboa no sería una reelección.

En las últimas horas, Henry Cucalón, candidato a la presidencia de la República por Construye (movimiento que apoyó al asesinado candidato Fernando Villavicencio), exlegislador y exministro, ha advertido que si Noboa no pide licencia todos los candidatos deben protestar, pues estaría violando la ley. Señala que se trata de una causa «suprapartidista y supraideológica», por lo que todos tienen que actuar, pues en una campaña debe haber juego limpio e igualdad de condiciones entre los contendientes.