Atentados Kabul
Biden advierte a los atacantes del aeropuerto de Kabul: «Os cazaremos y os lo haremos pagar»
Dos explosiones en los alrededores del aeropuerto de Kabul dejaron decenas de muertos y de heridos
Los talibanes aseguran que fueron ellos quienes alertaron de la posibilidad de un ataque yihadista
Las diferencias entre el ISIS, Al Qaeda y el régimen talibán

Joe Biden advirtió este jueves a los responsables del ataque al aeropuerto de Kabul, en el que han muerto 13 soldados estadounidenses, de inminentes represalias. «Les perseguiremos y les haremos pagar», dijo el presidente de EE.UU., quien admitió que para él ha sido « ... un día muy difícil».
Al menos otros 18 uniformados estadounidenses resultaron heridos en el ataque de este jueves. Un funcionario del ministerio de Sanidad de Afganistán dijo antes que más de 60 afganos murieron y otros 140 fueron heridos.
«Aquellos que llevaron a cabo este ataque, así como cualquiera que desee hacerle daño a EE.UU., sepan que no perdonaremos ni olvidaremos . Los perseguiremos y les haremos pagar. Defenderé nuestros intereses y a nuestra población», dijo el presidente estadounidense en un discurso en la Casa Blanca.
« Responderemos con fuerza y precisión a nuestro ritmo, en un lugar que elijamos, de la manera que elijamos», dijo el presidente, negándose a dar más detalles cuando le preguntó la prensa por ellos.
«Los terroristas del Estado Islámico no ganarán. Rescataremos a los estadounidenses. Sacaremos a nuestros aliados afganos. Y nuestra misión continuará», dijo el presidente. «EE.UU. no se dejará intimidar», añadió.
Se espera que EE.UU. haya extraído a unas 100.000 personas cuando su misión en Afganistán acabe la semana que viene, con la retirada final tras el regreso de los talibanes al poder. Dejará sobre el terreno a más de 200.000 colaboradores de las fuerzas armadas de EE.UU. que corren el riesgo de sufrir represalias de los islamistas.
Esos soldados estadounidenses muertos, dijo Biden, « son héroes que se habían metido de forma desinteresada en una peligrosa misión para salvar las vidas de otros». El presidente además mantuvo un minuto de silencio por los muertos en el ataque.
La administración estadounidense cree que el Estado Islámico estuvo detrás del ataque, aunque formalmente todavía investiga la autoría. EE.UU. se está coordinando con los talibanes , enemigos de esos yihadistas, aunque el presidente dijo que no se fía de ellos. «Nadie confía en ellos», dijo, «pero es en su propio interés que nos vayamos cuando dijimos y que saquemos a tanta gente como podamos».
El presidente añadió que la evacuación de civiles se mantiene, dado que queda un millar de estadounidenses sobre el terreno. La fecha de retirada sigue siendo el 31 de agosto .
Sí dijo Biden que si aumenta el riesgo para las tropas estadounidenses antes de ese repliegue, puede mandar un refuerzo. «He dicho a los militares que si necesitan fuerza adicional, se la otorgaré . Pero los militares, desde el presidente del Estado Mayor Conjunto, el propio Estado Mayor Conjunto, los comandantes sobre el terreno, me han comunicado que se puede mantener la misión tal y como ha sido diseñada», dijo Biden.
«Ya era hora de acabar la guerra de los veinte años», dijo Biden antes de acabar su intervención.
Contexto: la evacuación de Afganistán
Un atentado terrorista perpetrado este jueves en las puertas del aeropuerto de Kabul , por donde se está produciendo la evacuación de miles de civiles que huyen de Afganistán tras el regreso de los talibanes al poder, mató a decenas de personas, incluida una docena de soldados estadounidenses, según admitió la Administración estadounidense.
Según dijo el Pentágono , fueron 11 soldados del Marine Corps y un médico militar de EE.UU. los fallecidos, además de 15 heridos. Por su parte, los talibanes dijeron que hubo en total 60 muertos y 140 heridos en los atentados. Según reveló en una comparecencia el general Kenneth F. McKenzie , jefe del Comando Central de EE.UU., hay aún un millar de estadounidenses que no han sido evacuados de Afganistán.
El general dijo que EE.UU. «sigue ejecutando la misión de evacuar a ciudadanos estadounidenses, nacionales de terceros países, peticionarios de asilo, personal de la Embajada de EE.UU. y afganos en riesgo». «A pesar de este ataque, continuamos con la misión», añadió McKenzie. De hecho, durante la jornada siguió habiendo evacuaciones desde Kabul, pero siempre bajo custodia militar.
La Casa Blanca atribuyó el ataque a la filial del Estado Islámico en Afganistán, de cuya amenaza había advertido el propio Joe Biden en varias ocasiones esta misma semana. Pocos despúes la propia organización terrorista reivindicaba la autoría de los ataques. La muerte de soldados estadounidenses en plena evacuación le abre al hoy presidente de Estados Unidos la mayor crisis de su joven presidencia, en el contexto de su decisión de precipitar la retirada de Afganistán y acabarla antes del 31 de agosto .
Hubo dos explosiones junto al aeropuerto, ambas con suicidas apoyados por hombres armados que abrieron fuego contra la multitud. Un suicida con un chaleco de explosivos detonó estos en la puerta Abbey, que es el punto principal de evacuación de estadounidenses y sus colaboradores.
Cuando se rescataba a las víctimas se produjo la segunda explosión, según los primeros indicios con un coche bomba , a unos 300 metros de distancia y junto al hotel Baron, empleado por el Reino Unido para coordinar sus evacuaciones.
Two explosions have been reported outside of Kabul airport. Taliban officials say at least 11 people have been killed and several others injured.
— Al Jazeera English (@AJEnglish) August 26, 2021
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Las fuerzas internacionales que quedan desplegadas en el aeropuerto para coordinar la recta final de la evacuación se retiraron inmediatamente de las puertas de acceso y sellaron la zona en la que se encuentran desplegadas en el interior del aeródromo.
Hasta las bajas de este jueves, habían muerto en total 2.452 soldados estadounidenses en el conflicto más largo de la historia de EE.UU, que comenzó en 2001. El último soldado de EE.UU. muerto en hostilidades en Afganistán había fallecido el 8 de febrero de 2020. El coste total de esa guerra en vidas es de 157.000, según un estudio de la Universidad de Brown. De ellos, al menos 43.000 son civiles.
Los servicios de inteligencia del Reino Unido y EE.UU. habían advertido el miércoles de la amenaza real de un atentado a las puertas del aeródromo, y efectivamente el Estado Islámico convirtió estas palabras en realidad asesinando a decenas.
Miles de personas seguían en esos momentos allí a la espera de un avión salvador que les sacara del país. La ansiedad por dejar atrás a los talibanes pudo con los llamamientos desde el Pentágono que les pedían que se alejaran lo antes posible de las puertas de acceso.
El modus operandi fue el mismo que los yihadistas han empleado una y otra vez desde que comenzaron a funcionar en Afganistán. Un suicida con un chaleco de explosivos se hace estallar en la puerta Abbey, que desde la caída de Kabul a manos de los talibanes ha sido el punto principal de acceso para la evacuación de estadounidenses y sus colaboradores de las últimas dos décadas. Cuando todas las miradas apuntaron a ese lugar y la gente trataba de ayudar a las víctimas se produjo la segunda explosión.
Las fuerzas internacionales que quedan desplegadas en el aeropuerto para coordinar la recta final de la evacuación se retiraron inmediatamente de las puertas de acceso y sellaron la zona en la que se encuentran desplegadas en el interior del aeródromo.

Los talibanes reaccionaron a través de su portavoz Zabiullah Muyahid , quien insistió en que se han comprometido «a que este país no sea base de grupos terroristas y fuimos quienes alertamos a EE.UU. de un posible ataque del Estado Islámico». El lunes se reunieron en Kabul el director de la CIA, William Burns , y el líder político de la guerrilla talibán, el mulá Abdul Ghani Baradar . Fueron los propios talibanes los primeros en advertir a Estados Unidos sobre la posibilidad de atentados terroristas por parte de la filial afgana del Estado Islámico.
Los islamistas lograron una rápida victoria militar frente a un Ejército afgano que apenas opuso resistencia, pero ahora les toca encargarse de los problemas internos que amenazan la estabilidad del emirato como el Estado Islámico .
El brazo local del Estado Islámico se denomina Estado Islámico de Jorasán , nombre histórico de una región que reivindican como parte de su ‘califato’, que incluiría Pakistán . Lo forman yihadistas escindidos de los talibanes, que juraron lealtad al ‘califa’, Abu Baker Al Bagdadi , después de la autoproclamación del ‘califato’ en Siria e Irak en 2014 y su bastión se encuentra en la provincia de Nangarhar, al este del país. Al Bagdadi murió en un ataque de EE.UU. en 2019.
Salir del aeropuerto
Después de que ocurrieran las explosiones, la Embajada de EE.UU. instó a todos los ciudadanos estadounidenses a que abandonaran las entradas al aeropuerto de inmediato.
El peor temor de Biden se hizo realidad con esta explosión y sumió a la Casa Blanca en un frenesí que sólo se da en las peores crisis de una presidencia. Tras recibir la noticia de las dos explosiones en el aeropuerto de Kabul, donde se amasan las fuerzas estadounidenses y los civiles que quieren huir del yugo talibán, el presidente de EE.UU. canceló su agenda y se reunió con su equipo de seguridad nacional en la sala de crisis, con la prioridad de extraer al millar de estadounidenses que quedan en Afganistán antes de la fecha límite del 31 de agosto.
Lo cierto es que el presidente había advertido de un posible ataque del Estado Islámico en Kabul en al menos tres ocasiones solo esta semana, identificándolo como la mayor amenaza tanto para EE.UU. como para los propios talibanes.
Según dijo a ABC un funcionario de la Casa Blanca, «el presidente se reunió con su equipo de seguridad nacional, incluido el secretario de Estado, Antony Blinken ; el secretario de Defensa, Lloyd Austin ; el jefe del estado mayor conjunto, Mark Milley , y los comandantes en el terreno en Afganistán y seguirá recibiendo información actualizada sobre la evolución de la situación».
A Biden le informaron los comandantes de que en las dos explosiones hubo afectados estadounidenses, y entonces el presidente pospuso su reunión con el primer ministro israelí, Naftalí Bennett , y anuló un encuentro virtual con gobernadores estadounidenses para hablar del reparto de refugiados afganos.
El 20 de agosto, Biden dijo en un discurso a la nación que existía una «amenaza terrorista en el aeropuerto o sus alrededores, por parte de milicianos del Estado Islámico en Afganistán que fueron liberados de la prisión cuando se vaciaron las cárceles». En varias ocasiones ha dicho Biden que «el Estado Islámico en Afganistán es enemigo jurado de los talibanes». El 22 de agosto el propio presidente añadió que «todos los días hay tropas sobre el terreno, y estas tropas y civiles inocentes en el aeropuerto se enfrentan al riesgo de un ataque de Daesh».
Este doble atentado terminó de complicar la caótica retirada de EE.UU. Con la fecha límite del día 31 a las puertas, países como Bélgica, Canada, Dinamarca, Alemania y Holanda ya habían dado por concluidos sus vuelos incluso antes del atentado y los países de la OTAN asumen que miles de sus colaboradores se quedarán en tierra a expensas de que el emirato les deje salir a partir del 1 de septiembre en vuelos comerciales. Esta es la promesa realizada por los islamistas para todos aquellos que tengan un visado extranjero. Antes del 31 de agosto, Estados Unidos debe también retirar a sus soldados.
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