Barracuda

En los ocho años que estuvo al frente de Punto MX, Roberto Ruiz demostró que es un gran cocinero. Ya desde sus comienzos lo convirtió en el mejor restaurante mexicano fuera de México. Ocho años en los que Ruiz y su equipo evolucionaron desde conceptos tradicionales hacia una cocina más elaborada, más personal, sin renunciar a las raíces populares, ni a los sabores del país azteca, ni a sus ingredientes, pero aportando una nueva visión. El mexicano conoce a fondo tanto la cocina de su país como la española, y ha sabido adaptar el producto de aquí al recetario de allá, sin renunciar nunca a la autenticidad y frescura de ingredientes y sabores. Punto MX cerró definitivamente durante la pandemia, aunque Ruiz ha mantenido su servicio de comida a domicilio y la cantina Salón Cascabel. Ahora reaparece a lo grande al frente de un nuevo restaurante, Barracuda, en el que se come muy bien. Más informal y con precios más asequibles, sin las rigideces que imponía la estrella Michelin, y un tipo de cocina que se aproxima a la de las calles y mercados de allá, respetando la autenticidad en sabores y picantes. Todo enfocado hacia el Pacífico mexicano.

En la barra de la entrada se preparan buenos cócteles a base de mezcal y de tequila. Allí tiene también su espacio una cocinera que elabora al momento las tortillas para los tacos, una costumbre que comenzó en Punto MX. Ahora están incluso mejores. Toda la carta es apetecible. Buenas ostras con salsa de chiles fermentados (4,80 €); estupendo el guacamole, otra de las banderas de Ruiz, solo (9,80) o en una nueva versión con langostinos enchipotlados (18). Del litoral mexicano llega el aguachile ‘Vuelve a la vida’ (18,20), que allá se valora mucho contra las resacas: pulpo, langostinos y vieira macerados en chile chiltepín, cilantro y lima, con tortillas tostadas de chile quemado. Notables las memelas de pancita confitada con salsa fresca de jalapeños y amaranto enchilado (14,90 dos) y mejor aún tacos como las dobladitas (tortillas de trigo dobladas y cerradas) de changurro al estilo de la Baja California con salsa de chile habanero, y sobre todo los de lengua de res (12,80), con tortillas de masa fermentada, salsa de tomatillo verde y chile chiltepín. Terminamos con otro de los emblemas de Ruiz, el tuétano a la brasa (38,40), al que para darle el toque del Pacífico se añade un tartar de atún rojo toreado para unirlo todo sobre una tostada crujiente con chile tatemado y aguacate. Estupenda combinación. Y postres a la altura, como el refrescante Tropicalada, una crema fría de coco y piña (6,20). Equipo de sala que ya funciona con eficacia en estos primeros días bajo la dirección de la mexicana Maggie Bañuelos. Magníficas sensaciones.

Abre todos los días.