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María José Campanario habla, como nunca antes, del calvario que ha vivido: «Me rompí mucho cuando me hicieron aquello»

Tras recibir una critica, la esposa de Jesulín de Ubrique ha compartido varias publicaciones efímeras haciendo público un episodio que vivió durante su etapa de estudiante

María José Campanario irrumpe en la redes sociales con un mensaje a la prensa: «Actualizaos, por favor, o preguntad»

María José Campanario, habla, como nunca antes, del calvario que ha vivido: «Me rompí mucho cuando me hicieron aquello» gtres

Aarón Espí

Durante años, María José Campanario abogó por permanecer en un segundo plano y no pronunciarse sobre lo que acaecía en su día a día. Tampoco de las informaciones que, de algún modo, perjudicaban su imagen pública. Sin embargo, el año pasado, decidió romper con ese hermetismo e hizo públicas sus redes sociales, donde comparte, con sus más de 67.000 seguidores, algunas reflexiones. También se ha dejado ver en televisión: hace unas semanas, se descubrió que era una de las concursantes de 'Mask Singer'. Por ello, tras una crítica que ha recibido sobre su formación académica, ha compartido el calvario que vivió durante su etapa universitaria.

Antes de proceder a contarlo, ha querido agradecer a todos aquellos que, día a día, le mandan mensajes bonitos: «Debo estar agradecida a todos los que me seguís porque ese comentario es 1 entre 10.000. La realidad a día de hoy es que no me afectan en absoluto, pero creo que es importante denunciar este tipo de mensajes tan feos porque a otras personas, sobre todo a las mujeres, se les puede hacer muchísimo daño». Con estas palabras, María José Campanario hace referencia a un usuario de Instagram que le ha dicho: «Si no ejerces, no eres nada». «Resumiendo, que hay mucho gilipollas ejerciendo a diario y con matrícula de honor, como el que ha escrito ese comentario», ha añadido.

Ha sido en ese momento cuando ha comenzado a compartir varias publicaciones efímeras repasando su formación académica y laboral: «Esto lo voy a contar porque me apetece. Estudié Anatomía Patológica mientras trabajaba de camarera y dando clases de inglés a niños pequeños en Castellón y después me fui a trabajar al Hospital Universitario de Bruselas. Allí, aprendí a hablar francés. Volví y, al poco tiempo, me contrataron para montar el laboratorio en El Hospital de la Plana, siendo yo la más joven de un equipo con cuatro técnicos de laboratorio más. Después, conocí a Jesús -Janeiro- seguí trabajando hasta última hora antes de irme a vivir con él y casarnos. Y nunca dejé de trabajar, tanto en casa como con otro tipo de gestiones que he llevado durante muchísimo tiempo».

Aunque no fue hasta 2010, «con dos hijos», cuando decidió comenzar sus estudios de Odontología en Madrid, donde «estudié muchísimo para tener unas notas buenas porque soy una persona muy exigente conmigo misma». Y, a ocho días de comenzar el segundo curso, «me hicieron ir a Madrid para decirme que 'tenían una norma' que les permitía no renovarme la matricula a pesar de haber acabado el primer año con unas notas buenísimas». Así, María José Campanario rememora «cuando fui a matricularme y la vicerrectora me paseó por toda la Universidad como si fuese yo no sé...». Eso motivó un gran malestar en ella: «Me rompí, me rompí mucho cuando me hicieron aquello. Yo solo quería estudiar, había hecho buenos amigos y de la noche a la mañana, me lo arrebataron. Cuanto todo estaba perfecto, lo destrozaron sin piedad alguna».

Su cambio a Portugal

Aún así, María José Campanario no cesó en seguir estudiando: «Tuve la grandísima fortuna de que una de mis compañeras de primer año, a la que adoro, me presentó la oportunidad de estudiar en Portugal. Yo ya me había matriculado en Prótesis Dental en Sevilla. Cuando empecé a estudiar en Oporto, en CESPU, estaba cursando a la vez el módulo de prótesis». La esposa de Jesulín de Ubrique apunta que se vio obligada a «repetir varias asignaturas que había cursado en el primer año» puesto que «no llegaba al contenido de las asignaturas en Oporto». Toda esta situación provocó estragos en ella: «A pesar de caérseme el pelo, de los viajes tan largos y tantos días que tuve que estar sin mi familia, sin mis hijos, de los dolores, del agotamiento más grande, terminé mi carrera de Medicina Dentària (se dice así en portugués), también con muy buenas calificaciones. Me dejé la piel».

De toda esta experiencia, María José Campanario se queda con lo positivo: «Conocí a personas maravillosas, aprendí a hablar portugués con muchísima fluidez, mis profesores estaban contentos conmigo y, lo mejor de todo, poder comunicarme con los pacientes que atendí allí y con todos los trabajadores de la clínica que estaban en la universidad». Pero aquí no terminó su formación académica: «Cuando terminé la carrera, me matriculé en un postgrado de implantología estética en Granada. He hecho millones de cursos en España, Ucrania, en Santo Domingo, en Italia, en Portugal... Y después estudié un Máster de Estética dental de mediana y alta complejidad».

Todo esto mientras María José Campanario ejercía, a su vez, de madre: «Per tú, el que me dice que 'no soy nadie', tú, que el mayor esfuerzo que haces es levantar la mano para pedir la sexta cerveza, viendo el fútbol en un bar, mientras te rascas los huevos a dos manos, tú eres todo un ejemplo a seguir en la sociedad. Di que sí». «Gracias a mi familia, amigos, Jesús, mis hijos, por haberme ayudado tantísimo y por haber sido los pilares fundamentales para haber podido sostenerlo todo. Os quiero, hasta donde la luz llegue», ha concluido la esposa de Jesulín de Ubrique.

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