Sánchez decidió no enviar a nadie a México tras una «tensa» llamada con Sheinbaum

Ambos comunicados, el de la presidenta electa y el del Ministerio de Asuntos Exteriores, supusieron el cierre definitivo a una serie de contactos y conversaciones que finalizaron el pasado lunes con una llamada entre Sheinbaum y Pedro Sánchez.

Aunque la futura presidenta de México hacía referencia en su comunicado a esta conversación con el jefe del Ejecutivo, lo que no contó es que fue una llamada muy «tensa», que dejó un amargo sabor de boca a ambas partes, según ha podido saber ABC, y que concluyó con la decisión de España de que ningún representante del Gobierno estará el 1 de octubre en la toma de posesión de Sheinbaum. A última hora de este miércoles, Sánchez reconoció desde la ONU que es «inaceptable» que se haya excluido al Rey y que los lazos entre los países se han estancado: «Parece que no podemos normalizar nuestras relaciones».

Para entender las razones de este choque diplomático entre España y México y esa turbulenta llamada, hay que remontarse a julio del año pasado, cuando el presidente del Gobierno logró su última reelección y AMLO lo festejó desde su conferencia de cada día en el Palacio Nacional. «Me dio mucho gusto lo que sucedió ayer en España, felicito al pueblo español porque no cayó en la trampa de la derecha, del conservadurismo. Me dio mucho gusto porque se pensaba que la derecha iba a arrasar y no pasó eso, afortunadamente, estoy contento», dijo el presidente mexicano para luego agregar que iba a comunicarse con Sánchez para felicitarlo.

Este fue el primer acercamiento tras la «pausa» decretada por el mexicano en febrero de 2022, cuando le reclamó a la Corona una disculpa por lo sucedido en 1500 durante la Conquista de América. Ante la nula respuesta, AMLO decidió paralizar su comunicación con Sánchez y con Felipe VI.

En ese año y medio -entre febrero de 2022 y julio de 2023- la situación se distendió gracias al portavoz presidencial Jesús Ramírez Cuevas, quien le decía a AMLO, según ha podido saber ABC, que el Gobierno de España era progresista y que había que separarlo de la Monarquía. Esta retórica iba acompañada de una amplia red de contactos en Madrid por parte de Ramírez, amigo de Pablo Iglesias.

Ramírez colabora con el exsocio de Gobierno de Sánchez en la actualidad para que instale su plataforma digital en México. De hecho, Iglesias estuvo en Ciudad de México hace dos meses y tuvo múltiples reuniones con Ramírez y otros miembros del Gobierno. El pasado mes de febrero AMLO le dio una entrevista en su canal, que se convirtió en la primera que daba en años y que fue realizada por la periodista Inna Afinogenova, conocida por sus vínculos con el oficialismo de Moscú.

Además de Iglesias, el portavoz tiene buena relación con Juan Carlos Monedero, a quien invita con frecuencia a México para las actividades que organiza el partido político de AMLO. Otro vínculo es José Luis Rodríguez Zapatero, a quien conoce por las actividades del Grupo de Puebla, que impulsa el Gobierno mexicano.

A partir de estas relaciones, Ramírez le dijo a AMLO que era posible separar al Gobierno de Sánchez de la Corona. Una idea que vino acompañada de múltiples visitas de funcionarios a Ciudad de México. Así, la vicepresidenta, Yolanda Díaz, viajó el pasado mes de enero; el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en junio; y en julio lo hizo el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. Todos estos miembros del Gabinete de Sánchez estuvieron reunidos con la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien se convenció de las intenciones que ya anunciaban Ramírez y AMLO: que era posible invitar al gobierno socialista a su toma de posesión y dejar fuera a la Corona.

Pero hace un mes, según ha podido averiguar ABC, el equipo de transición de Sheinbaum comenzó a advertir que esta estrategia era imposible. Tanto el futuro canciller, Juan Ramón de la Fuente, como Lázaro Cárdenas Batel, quien ocupará la jefatura de la Oficina Presidencial, hablaron con diplomáticos españoles y escucharon lo esperado: Sánchez no se iba a pelear con la Casa del Rey por el reclamo de México.

Fue entonces cuando el equipo de transición de Sheinbaum buscó una alternativa: invitar a la Corona pero que la destinataria fuera la Princesa Leonor, lo que vieron como un atajo para zanjar la «pausa» entre AMLO y Felipe VI. Esta idea nunca prosperó, seguramente porque los mismos asesores diplomáticos de Sheinbaum debieron decirle que era una opción descabellada.

Ramírez, por su parte, insistía con que no se podía invitar a Felipe VI. Utilizó como argumento frente a AMLO que esta semana México aprobó leyes constitucionales en favor de los pueblos originarios con lo cual la presencia del Rey restaría fuerza a esa supuesta conquista social. Una vez convencido el presidente costó muy poco que Sheinbaum se plegase a AMLO y decidiera no invitar al Rey.