Podemos guarda silencio sobre la sugerencia de Yolanda Díaz de reeditar una candidatura de unidad en las próximas elecciones
La líder de Sumar opina que «no hay ninguna circunstancia que pueda justificar no caminar juntas» al igual que hicieron ambas formaciones en el 23-J
La vicepresidenta segunda reclama a Sánchez que presente un decreto ómnibus idéntico al que ya tumbaron PP y Junts

No hay elecciones en el horizonte. Por el momento. Aun así, Yolanda Díaz comienza a verle las orejas al lobo. El discurso de la líder de Sumar ha virado significativamente esta semana, en la que ha hablado por primera vez desde el divorcio parlamentario Sumar- ... Podemos (actualmente en el Grupo Mixto del Congreso) de reeditar una candidatura de unidad de las izquierdas de cara a las próximas generales al igual que ya ocurrió el 23-J. Un espacio en el que también estaría incluida la formación morada tal y como ya vienen exigiendo aliados de Sumar como Izquierda Unida (IU). Porque, a juicio de la vicepresidenta segunda, «no hay ninguna circunstancia que pueda justificar no caminar juntas».
«Lo que hicimos el 23-J todas las formaciones políticas fue por altura de miras con nuestro país. Y uno, en los momentos históricos, tiene que decidir de qué lado está», señaló el lunes durante un desayuno informativo de Europa Press una Yolanda Díaz que dijo estar «siendo clarísima» y que se comprometió a «trabajar» para que lo que pasó en las pasadas generales «vuelva a pasar». Una declaración de intenciones con dardo incluído: «Y quien no quiera estar ahí lo va a tener que explicar», sentenció Díaz.
De cara a la galería, el cambio de discurso de Díaz obedece a puro cálculo electoral. Y más concretamente, a los «efectores distorsionadores brutales» del sistema D'Hont de nuestro país que penaliza la fragmentación de la izquierda, advirtió a todos aquellos que rechacen la unidad electoral de la izquierda alternativa al PSOE. «Piense lo que piense uno y una, que es muy legítimo, hay que llegar a un acuerdo, y desde luego, con todas las diferencias, después cada uno que tenga las estrategias que quiera, y todos los matices», insiste ahora la también ministra de Trabajo.
Preguntado por ello, Podemos hace oídos sordos y guarda silencio. Los de Ione Belarra llevan meses manteniéndose al margen de toda esta palabrería, ajenos a la posibilidad de reunirse con Sumar, un espacio que, por el momento, dan por superado. Otro gallo cantará —o no— en caso de vislumbrarse unos próximos comicios. El tiempo lo dirá.
Las encuestas no ayudan
La realidad es que la posibilidad del sorpasso está ahí. No sería tan descabellado. Más aún con la más que anunciada vuelta de la exministra de Igualad en la pasada legislatura, Irene Montero, a primera fila de la política nacional. Cabe recordar que Díaz vetó a Montero de las listas electorales del 23-J a la actual número dos del partido. Podemos tuvo que asumir entonces un rol secundario dentro de la coalición de izquierdas que ahora no estaría dispuesto a acatar.
«Quien no quiera estar ahí [en una nueva coalición de izquierdas como la del 23-J] lo va a tener que explicar»
Yolanda Díaz
Líder de Sumar
Ya en las europeas del pasado 9 de junio, Sumar obtuvo tres escaños, tan sólo uno más que Podemos en el Parlamento Europeo, que se tuvo que conformar con dos. Las encuestas actuales tampoco ayudan mucho. Si se celebraran ahora mismo elecciones generales, el PSOE y Sumar tendrían imposible revalidar su mayoría parlamentaria con partidos de izquierdas, nacionalistas e independentistas, según la última encuesta de GAD3 para ABC. Sumar, que cae un punto y medio desde octubre, se queda por debajo del siete por ciento y obtendría hoy once asientos en el Congreso. La coalición de Díaz, inmersa en una crisis interna prácticamente desde el arranque de la legislatura, por no decir desde la negociación de las listas electorales del 23-J, pasaría de los 31 escaños que obtuvo junto a Podemos a 11 sin ellos.
Y es que la formación que actualmente dirige Ione Belarra, que viene recuperándose paulatinamente en los sondeos desde hace meses, crece siete décimas hasta el cuatro por ciento en intención de voto y doblaría los diputados conseguidos de octubre a este mes de enero: de dos a cuatro. En marzo, los morados apenas superaba el dos por ciento en intención de voto y ahora está en el cuatro, mientras los de Díaz rozaban el 9 por ciento y ahora caen por debajo del 7.
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