un tiempo propio
El campo clama justicia
¿Dónde está nuestro presidente del gobierno y su ministro de Agricultura? Pues haciendo lo que saben. Calificar de extremistas de derecha a los que con razón se manifiestan
¿Hacia dónde llevan a España?
Modelos para imitar

No hace mucho la sociedad española era rural y vivía en el campo. La industrialización, la emigración interior, el crecimiento de otros sectores económicos y productivos, básicamente la industria y los servicios, provocaron un movimiento de la población del campo a las ciudades. Poco a ... poco la agricultura fue perdiendo peso en el conjunto de la actividad económica de España. La entrada en la Unión Europa impuso a los agricultores un cambio de mentalidad y de medios producción, que supuso una drástica disminución de algunas actividades tradicionales del sector agrícola y ganadero, provocando una situación angustiosa entre muchos agricultores y ganaderos que optaron por abandonar su profesión.
Estos días estamos asistiendo a una masiva y espontánea manifestación de descontento en entre los agricultores con cortes de carretera, caravanas de tractores en las ciudades y diversas formas de protesta. La opinión pública ha comprendido que llevan razón. No es admisible que los productos agrícolas producidos en España con una normativa medioambiental y sanitaria muy exigentes tengan que competir en desventaja con otros que se importan a menor precio de Marruecos, Sudáfrica y Sudamérica donde no existe unos controles tan estrictos y exigentes.
El campo ha estallado no sólo en España también en toda Europa. Algunos gobiernos como Francia e Italia se han ocupado de escuchar a los agricultores y ganaderos y han tomado medidas, ahí tenemos el ejemplo del primer ministro francés, el joven y recién llegado Gabriel Attal, que se ha reunido con los afectados. Hasta el mismo Macron, presidente de Francia, ha tomado la iniciativa y ha propuesto algunas medidas que han calmado las protestas. La pregunta es: ¿Dónde está nuestro presidente del gobierno y su ministro de Agricultura? Pues haciendo lo que saben. Calificar de extremistas de derecha a los que con razón se manifiestan y piden justicia, un trato digno para la importantísima tarea que realizan. Ellos son los que vitaron el hambre durante el confinamiento de la pandemia. Ellos son los que llenan los supermercados y las tiendas de barrio con los alimentos indispensables para poder vivir. Ellos son los que con el sudor de su frente y con sus manos llenas de callos, recogen las cosechas con frío o con calor, para que todos disfrutemos de unos productos saludables y sabrosos. Ellos realizan una labor imprescindible para que la sociedad progrese y todos podamos vivir. Sin su trabajo, su esfuerzo, su dedicación y su abnegación, estaríamos abocados a la muerte.
El campo pide reconocimiento y dignidad. Pide que su trabajo no se vea dificultado por una competencia desleal y una burocracia asfixiante. Piden que les dejen hacer lo que mejor saben hacer y a todos beneficia sin tantas trabas, tantas promesas incumplidas. En definitiva, el campo clama por un trato igual y justicia. Merecen lo uno y lo otro y no la fácil descalificación o el ninguneo que es lo que han hecho este gobierno en España.
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