Obras en infraestructuras que darán que hablar en 2025
La autovía del Duero A-11, la León-Valladolid, el tren directo de Aranda, la línea férrea Soria-Castejón o la Ruta de la Plata son históricos proyectos de Castilla y León que siguen este año en la columna de 'pendientes'
Castilla y León pide ayudas para «todos» los vehículos nuevos

Son proyectos históricos, con solera, de los que hace años que se habla, que se ejecutan (muy lentamente) o que se mantienen en un cajón en el que llevan durmiendo demasiado tiempo. Castilla y León ha arrancado 2025 con obras que aspiran ... a avanzar, como la veterana autovía del Duero, A-11, que comunica Zaragoza con Portugal y que a su paso por las provincias de Soria, Burgos y Valladolid (más aún de Zamora a la frontera) sigue siendo un deseo, al menos a medio plazo. Este será, no obstante, el año en el que si no hay complicaciones añadidas, se puede dar un importante impulso a esta infraestructura. En materia ferroviaria, una vez que después de décadas de obras se hizo realidad la conexión de León con Asturias por Alta Velocidad y, antes, a Galicia por Zamora, ahora toca avanzar hacia Cantabria, vía Palencia, y, desde Burgos, rumbo a Vitoria. Y luego está el famoso Corredor Atlántico, ese 'cajón de sastre' lleno de proyectos, con firma 'Europa', al que se quieren subir todas las provincias para no quedarse fuera de las más modernas formas de comunicación.
Impulso a la A-11
No hubo inauguraciones de tramos nuevos en el pasado año, aunque en estos momentos hay 60,6 kilómetros en ejecución con una inversión de 426 millones de euros entre Soria y Portugal. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de Óscar Puente cerró el pasado ejercicio por más de 180 millones el contrato del tramo Aranda-Langa de Duero (a punto de comenzar las obras) y por 7,2 millones el que va de San Martín del Pedroso (Zamora) a la frontera portuguesa. Además, los trabajos continúan en tres tramos de la A-11: dos entre Tudela de Duero, Olivares de Duero y Quintanilla de Arriba (Valladolid), que finalizarán este año, y otro en la conexión de la variante de Aranda con la N-N-122 en el entorno de Castrillo de la Vega. La previsión es que el recorrido entre Olivares y Quintanilla entre en servicio a finales de 2025 e, incluso, que casi toda la autovía esté abierta antes de que finalice la legislatura, según dijo el propio ministro. Cabe entender que en el año 2027, si no hay adelantos electorales. Lo cierto es que en este momento toda la A-11 está en marcha, bien sea en obras o en proyecto, con los trámites más o menos avanzados. El último ha sido la aprobación del proyecto entre Los Rábanos y La Mallona, en tierras sorianas.
La León-Valladolid
Otra de las autovías de la que se viene hablando desde hace lustros es la A-60, que conecta León con Valladolid. Ya con doble calzada en los kilómetros de acceso a las dos ciudades, en su tramo central, por la comarca de Tierra de Campos, sigue en blanco hasta el punto que no hay ni siguiera proyectos, lo que ya llevó a Óscar Puente, nada más acceder al Ministerio, a plantear la posibilidad de que ante tamaño retraso se «aparcarse» la autovía para construir terceros carriles de adelantamiento entre Medina de Rioseco y Santas Martas, al ser «prácticamente una recta» y tener una intensidad media diaria de menos de 5.000 vehículos.
Fue en abril de 2010 cuando el Ministerio aprobó el estudio informativo para los 89 kilómetros entre Santas Martas y Villanubla y en enero de 2021 se terminó la actualización de la declaración de evaluación ambiental. Desde entonces, en este tramo central no hay nada más, ni proyectos. No obstante, la última actuación sobre la A-60 se produjo a finales del pasado año cuando se sometieron a información pública los proyectos de los tramos Villanubla-La Mudarra (once kilómetros) y La Mudarra-Medina de Rioseco (16 kilómetros). El siguiente paso será la licitación de las obras de estos 27 kilómetros más próximos a Valladolid que el Ministerio confía en tener también antes de que acabe la legislatura.

A-73: de Burgos al mar
La conexión de Burgos con Cantabria mediante autovía es otro de los proyectos que ha sufrido no pocos parones y retrasos y que este año podría recibir un empujón si avanzan las obras en marcha pero si, sobre todo, se actualizan los proyectos de los dos tramos centrales que duermen en un cajón. La A-73, que une Burgos con la autovía de Cantabria, a la altura de la localidad palentina de Aguilar de Campoo, permitiría a los burgaleses, también a los madrileños que llegan por la A-1, una salida rápida al mar al evitar el puerto del Escudo, tan hermoso como peligroso por sus pronunciadas pendientes. Sin embargo, actualmente sólo son autovía 23 kilómetros de los 73 que tendría la futura autovía. El primero de los tramos se abrió en junio de 2013, 10,5 kilómetros entre la Variante de Quintanilla de Vivar y Quintanaortuño, en tierras burgalesas. Ocho años después, en noviembre de 2021, la A-73 sumó otros 12,2 kilómetros entre Báscones de Valdivia (Burgos) y Pedrosa de Valdelucio (Palencia). Ahora están en marcha otros 11,5 kilómetros, los que separan Quintanaortuño y Montorio, en la provincia burgalesa.
El corredor Atlántico
El Corredor Atlántico, a tenor de las expectativas creadas, parece ser la panacea llamada a garantizar el futuro de todos los territorios. Su recorrido comenzó en 2003, cuando pasó a formar parte de uno de los nueve corredores que componen la red transeuropea de Transportes (TEN-T), cuya principal función es conectar los 27 países de la UE, a partir de la unión de los principales nodos urbanos, puertos, aeropuertos e intermodales. Es decir, que estar incluido en este Corredor garantiza importantes obras de infraestructuras, financiadas con fondos europeos, lo que se traduce, en definitiva, en desarrollo, que es lo que siempre va unido a las buenas infraestructuras.
Así que Castilla y León apunta a esta red y trata de que en ella se incluyan algunos de sus proyectos más añorados para no perder el tren del futuro, nunca mejor dicho. Es más, este sería uno de los acuerdos de Comunidad que la Junta quiere lograr con los agentes políticos y sociales aunque ya va tarde porque casi no hay tiempo para ello dado que el Ministerio está presentando los planes directores de cada comunidad, así que cabe esperar que este año llegará el de Castilla y León. De momento, la Junta insiste en exigir celeridad al Gobierno para que fije plazos y recursos y atienda demandas.
Ruta de la Plata
Uno de esos proyectos requeridos es la línea férrea Ruta de la Plata (que inicialmente discurría entre Gijón y Sevilla), en la que están interesadas Castilla y León y Extremadura, lo que se ha traducido en la creación de plataformas para reclamar esta infraestructura. El último tramo, Astorga-Plasencia, fue cerrado en 1984 bajo el argumento de su baja rentabilidad. Hoy, administraciones, como la propia Junta, y ayuntamientos, como el de Salamanca, participan en manifestaciones para reclamar esta infraestructura para la que ya se realiza un estudio de viabilidad del citado tramo que, no obstante, no llegará hasta el próximo año.
Tren directo de Aranda
Otra de las reivindicaciones, de la que en este caso tira Burgos, es la recuperación del tren Directo Madrid-Burgos, por Aranda de Duero, una línea bloqueada entre la capital madrileña y la ribereña tras un derrumbe en el túnel de Somosierra en el año 2011. Desde entonces, los arandinos no ven pasar un solo tren por una estación que en otros tiempos tuvo mucha actividad, así que se han plantado para pelear por una conexión rápida y lógica con Madrid y con Burgos. El propio Ayuntamiento ribereño encabeza las movilizaciones. De momento, el Ministerio trabaja actualmente en un estudio de viabilidad que estará listo este año para, a partir de ahí, decidir si se pone en marcha o no un proyecto que valora en 1.300 millones de euros, ya que solo adecentar el túnel costaría 50, a los que sumar 450 millones para la adecuación de la vía y otros 800 millones para electrificarla.
Otra reapertura que también se enmarca en la zona este de la Comunidad es la que reclaman los sorianos con la línea férrea Soria-Castejón, para la que en 2022 el Ministerio encargó un estudio de viabilidad del que nunca más se supo porque el plazo para su presentación finalizó en julio de 2024. El servicio ferroviario se cerró en 1996, lo que supuso un empeoramiento de las conexiones de la provincia que sólo se beneficia de las líneas Soria-Madrid y Madrid-Barcelona por el Alto Jalón. Hace unos meses, Óscar Puente dejó caer que la línea se reabriría y a esa esperanza se agarran los sorianos para los que es clave llegar a Castejón (Navarra), para desde allí poder continuar a Zaragoza, Pamplona o al País Vasco.

El AVE 'con ruedas'
Precisamente, desde Soria llega otra de sus viejas aspiraciones: la mejora de la conexión de la capital con el AVE a través de Calatayud. En principio, se iba a realizar mediante una lanzadera, según los proyectos iniciales, pero acabó convirtiéndose en un servicio VTC (vehículo de alquiler con conductor), que recoge a los viajeros en la estación del ferrocarril de Soria y los lleva hasta el municipio aragonés, para allí continuar hacia Zaragoza o Barcelona. Eso supone que las plazas para ese recorrido, que ya van incluidas en el billete del AVE, son solo cinco por servicio y actualmente sólo hay dos de ida y dos de vuelta. Así que en la única provincia de España en la que pasa el AVE pero no para, sus habitantes reclaman una solución para salvar los 84 kilómetros que les separan de la alta velocidad en el municipio aragonés.
A Vitoria y Santander
En materia ferroviaria, dos grandes proyectos que afectan a las líneas de Alta Velocidad de Castilla y León siguen en marcha y este año deberían avanzar. El Ministerio prevé que en 2025 esté licitada la construcción de todos los tramos del AVE Burgos-Vitoria, 100 kilómetros para conectar ambas capitales en alrededor de media hora para enlazar después con la 'Y Vasca' hacia Bilbao y Francia. Con un presupuesto de 1.500 millones, esta línea se ha estructurado en dos tramos (Burgos-Pancorbo y Pancorbo-Vitoria) e incorpora el 'by-pass' de Miranda de Ebro (Burgos), que permitirá tener parada de alta velocidad. En el primer trimestre del año, ADIF aprobará el concurso para la construcción de los 8,4 kilómetros entre Pancorbo y Ameyugo en la provincia burgalesa, para el que la sociedad pública calcula que tendrá que ofertar un presupuesto de 344,4 millones.

También hacia el mar se ejecuta otra línea de alta velocidad, la que de Palencia se dirige a Santander para la que se ha previsto un presupuesto de 1.700 millones de euros. El pasado año Adif licitó por 15 millones de euros la redacción de 51,4 kilómetros de trazado, entre Alar del Rey y Reinosa (Cantabria), si bien ya realiza la construcción de los cinco primeros tramos que desde la capital palentina llegan a Alar y que suman 78 kilómetros.
Soterramientos
Dos ayuntamientos, Valladolid y Palencia, mantienen vivos sus deseos de soterrar las vías en sus ciudades. En el caso del primero, su alcalde, Jesús Julio Carnero, no ha tirado la toalla, a pesar del insistente «no» de su predecesor en el cargo, Óscar Puente, que ha rechazado por activa y por pasiva la opción por razones técnicas y económicas, según los estudios que maneja el Ministerio. Pero si es por informes, Carnero ha aportado también los suyos para avalar el proyecto. Mientras, siguen adelante las obras de integración y hay ya un proyecto (se presentará este mes) para una nueva estación del ferrocarril (200 millones) que para Puente «mata» el soterramiento, pero para Carnero «es compatible».
En Palencia, el Ayuntamiento de la socialista Miriam Andrés no ha dudado en litigiar con Adif para paralizar una obra de la línea a Santander que haría imposible hundir las vías, según el estudio informativo del soterramiento aprobado en 2010. Y en esas siguen.
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