Carlos Martínez: «Ni los resultados institucionales ni electorales se van a dar en poco tiempo»

—¿En qué momento concreto se plantea por primera vez la posibilidad real de aspirar a liderar el partido en la Comunidad y cuándo exactamente lo decide?

—(Se lo piensa). Todo el proceso desde que estallara la crisis esta de la convocatoria y toda esa polémica que se generó al respecto –aprobación a principios de octubre por parte del Comité Ejecutivo Autonómico del PSCL de unas primarias exprés suspendidas al día siguiente por Ferraz– fue un momento clave para que todos entendiéramos la necesidad de ser responsable. Ves que llega el momento de mojarnos si de verdad queremos dar un cambio de Castilla y León. Lo que decanta finalmente que me presente es ajeno a lo orgánico, pero es paralelo. Es la presentación del anteproyecto por parte del presidente de la Junta –a mediados de eses mismo mes–. Cuando vuelvo a ver lo mismo de siempre y comparto con los compañeros ese borrador.... Chico –por Alfonso Fernández Mañueco–, esfuérzate y haz un proyecto que pueda ilusionar y seducir a alguien. Pero no. Una vuelta al corta y pega histórico sin abordar ninguna problemática. Es cuando le digo a mi gente que vamos a empezar a trabajar en serio y a ir a por esto.

—Si Tudanca hubiera anunciado el sábado que se presentaba tras la celebración de la reunión telemática, ¿usted también lo habría hecho?

—Es una buena pregunta. A él le dije que sí y habría sido así. Todo el proceso ha sido un ejercicio de honestidad poniendo encima de la mesa discrepancias que iban de lo personal a lo argumental. Mucha escucha y mucho diálogo, que ha sido clave. Pero sí, tenía decidido ya acudir a primarias.

—Se apresuró a decir que no es el candidato de Ferraz. Pero ¿lo es de Óscar Puente y Javier Cendón, que son los que más han hecho por acabar con la etapa de su predecesor?

—Yo creo que no. Porque aquí lo que se ha hecho es no ir en contra de nadie. Quien ha logrado que este proceso pueda culminar después del restablecimiento de ciertos puentes que estaban deteriorados hemos sido nosotros desde aquí. Cuando hay ruido interno, la sociedad no solo huye sino que ni te escucha. En una coyuntura tan complicada como la que tenemos era necesario un cambio, sí, pero centrado en la unidad. No es una enmienda a la totalidad al trabajo desarrollado. Es un revulsivo y rearme ideológico con un nuevo proyecto en el que algunas caras continuarán y otras no. Yo me siento hoy secretario general de todo Castilla y León porque lo que hemos conseguido en este proceso es hacer un ejercicio de responsabilidad que nos tiene que permitir plantarnos antes la sociedad con un proyecto que hay que armar para que todo esto sea creíble y tengamos ese préstamo de confianza de los ciudadanos. Y ese esfuerzo hay que ponerlo en valor. Además, con mucha generosidad por parte de Luis (Tudanca). Porque muchas veces la política no es justa y cuando mayor grado de preparación y conocimiento tienes llegan las urnas o los encajes y te tumban.

—Dijo en su comparecencia hasta en dos ocasiones que «le pesa la responsabilidad». ¿En qué lo está notando? ¿No puede dormir? ¿Ha perdido el apetito?

—Duermo poco de siempre, no sé si por suerte o por desgracia. De mi etapa en el supermercado aprendí que cuando se levanta la ciudad hay que tener ya muchos deberes hechos. De madrugada tengo gran parte de la prensa absolutamente releída y avanzado parte de lo previsto en el día. Lo que me pesa es que el objetivo es complejo y difícil, tengo que ser claro, y el reto que tenemos tanto a corto como a medio plazo, también. La elaboración de ese proyecto, la configuración de ese equipo y que pueda ser compartido y en continua evolución....

—Como mucho queda un año para que Castilla y León vuelva a votar. ¿Cree realmente que es tiempo suficiente para que logre la confianza de los ciudadanos de Castilla y León y el PSOE pueda ganar las elecciones al PP de Alfonso Fernández Mañueco dando por hecho que usted será el candidato?

—Soy plenamente consciente de la complejidad. Hay un PP fuerte en Castilla y León, quizá de forma inexplicable, aunque si ellos están fuertes y nosotros débiles, algo habremos hecho mal y habrá que hacer autocrítica. Estoy más preocupado por lo inmediato y lo importante, que es el proyecto y la configuración del equipo humano que por la cuestión de quién será el próximo candidato. Los mejores resultados electorales en Castilla y León han llegado con un proyecto del PSOE fuerte y es el que tenemos que rearmar. De ahí mi obsesión de hablar del territorio, de las palancas del poder municipal en estos 2.248 municipios que son los que nos van a dar el pálpito. También que la agenda mediática y política ponga el eje en la solución de los problemas. El PSOE tiene que ser el de esos territorios, el que pelea contra las desigualdades que se están dando en las ciudades, sí, pero también fuera de ellas. Las provincias no compiten en igualdad de condiciones. La primera de la clase fue Soria, que ya no puede bajar más, pero ahora están Zamora y León o Ávila.

—Pero hablamos de ganar unas elecciones autonómicas con un secretario general y un equipo nuevo.

—Si somos capaces de ver toda estas situaciones y poner bien el foco, el resultado tendrá mas inmediatez de lo que podemos pensar. Pero si no lo tiene, porque el cambio de un modelo social, económico y territorial como el que planteamos no es un modelo de vuelta de calcetín sin más... Los resultados no se van a dar en poco tiempo ni los electorales ni los institucionales de ejecución de políticas públicas. Solo mirando lejos conseguiremos avanzar en el camino. Planteamos un horizonte a medio o largo plazo y esto no es una excusa, desde luego que no. Nosotros vamos a las elecciones con todas las consecuencias y cuando quiera el señor Mañueco, pero el rumbo del Partido Socialista, que es centenario, tiene que ir a la corrección del fondo del asunto, que está en lo que estamos hablando.

—Extrañó que reconociera que no ha hablado con Pedro Sánchez. ¿Ya lo ha hecho?

—La última vez fue en un foro internacional en el que coincidimos.... En Cascais (Portugal). Sobre alianza de civilizaciones... Ah, pero no fue Pedro. Fue el Rey (ríe). De las cuestiones orgánicas del partido no he hablado con él. Llevamos estos días a través de su jefa de gabinete, pero no me ha dado la vida.

—¿No estará enfadado con usted por algo?

—No lo creo. Tampoco creo que haya hecho nada malo.

—¿Cómo anda de sentimiento de Comunidad? ¿Va a tener que hacer un curso avanzado de identidad castellano y leonesa o eso es algo ya muy anticuado?

—Las identidades se forjan a base de que la ciudadanía pueda entender que la pertenencia sirva para algo. Hay una falta de sentimiento identitario porque no ha habido un proyecto global de comunidad que haya sabido aglutinar a todos en la diversidad y pluralidad que tenemos. El 23 de abril es el día de las compras fuera de... lamentablemente. Eso no es achacable a la sociedad, sino a la labor de 40 años que se ha exacerbado con Mañueco. Desde la comodidad de su diván es difícil resolver todos estos problemas. Esa desidia y esa falta de pasión hace que la gente tenga cierto desapego.

—¿Lo de seguir como alcalde tiene claro que será al menos hasta que se convoquen las elecciones?

—El otro día acabé diciendo, no sé si se puede o no, que hasta que sea presidente de la Junta. Pero vamos, lo seré hasta el último minuto si es que soy el candidato.

—Queda más de un mes para conocer su Ejecutiva. ¿Sabe ya quien quiere que sea su vicesecretario y su secretario de Organización, los clásicos números 2 y 3 del partido?

—No. Tengo pendiente hablar con las provincias sobre este y otros muchos asuntos. Tengo infinidad de llamadas y guassaps sin devolver.

—¿Y Tudanca podrá continuar como portavoz del Grupo Parlamentario?

—Dependerá de él. No puedo desprenderme de ninguna persona que tenga su conocimiento. Mientras haya coordinación y él esté cómodo... Porque tampoco es fácil que Mañueco te esté respondiendo todos los días, que lo hará, con el mismo mantra. Todo pasa porque lo pensemos entre todos y luego decida él.