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El escaño vacío de Ábalos: en el gallinero y codo a codo con Vox y el BNG

El exministro, que se ausentó en su primer pleno integrado ya en el Grupo Mixto, compartirá pupitre con Néstor Rego y Carlos Hernández Quero

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El nuevo escaño de Ábalos se mantuvo vacío este miércoles durante el pleno Jaime García
Emilio V. Escudero

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Apenas unas horas después de haber confirmado su paso al Grupo Mixto, el mecanismo administrativo del Congreso ya había tenido tiempo para reubicar a José Luis Ábalos. Un escaño alejado de la tribuna de oradores, situado en la parte alta del Hemiciclo, que este miércoles amanecía vacío. El gallinero.

Se sabía que el exministro no iba a acudir a la sesión de control, pues tenía agendadas dos entrevistas en la radio, pero su asiento vacío protagonizó igualmente buena parte de la sesión. Las miradas de sus compañeros de partido, de los curiosos y el resto de compañeros parlamentarios se dirigieron hasta allí en algún momento de la sesión.

Ábalos ha pasado de un lugar prominente en segunda fila, a uno en la sexta. Situado entre Néstor Rego (BNG) y Carlos Hernández Quero (Vox) -sus nuevos compañeros de viaje en la legislatura-, el exministro no apareció durante el pleno de este miércoles y, previsiblemente, debería estrenarse este jueves, aunque no está confirmado este extremo.

A su escaño, ocupado por un abrigo, se refirieron de manera figurada varios diputados para afear a Pedro Sánchez y al PSOE su inacción mientras varios dirigentes del partido se lucraban a costa de la venta de material sanitario durante la pandemia.

El Grupo Mixto, que comenzó la legislatura siendo un pequeño reducto de tres diputados -UPN, BNG y CC- ha ido engordando con el paso de los días hasta aglutinar a ocho políticos, de los que más de la mitad llegaron a formar parte de la estructura progresista instalada en el poder desde 2018. Ahora, las purgas del Gobierno han situado en la parte alta del Hemiciclo a dos exministros como Ione Belarra y José Luis Ábalos, cuyos escaños distan ahora un puñado de metros, como ocurría en sus años felices de la bancada azul. La única (gran) diferencia es que ahora han sido denostados y su papel resulta marginal.

Desde esa atalaya, Podemos se lanzó este miércoles al ataque de Pedro Sánchez. Lo hizo a colación de una pregunta sobre vivienda en la sesión de control, que Belarra aprovechó para echar en cara al presidente su preocupación por la amnistía y la corrupción y no por los problemas de los ciudadanos. «En los últimos seis meses solo se ha hablado de amnistía y de la corrupción del PSOE y esto es muy preocupante, porque España necesita un Gobierno que gobierne, no un Gobierno que esté pendiente solo de sus intereses y nada de los de la gente», señaló la secretaria general de Podemos, ante la sorpresa del presidente. Sánchez anunció la disposición de 4.000 millones para la promoción de viviendas -hasta 40.000 destinadas al alquiler de familias jóvenes- y reiteró que su Gobierno «corta por lo sano con la corrupción, mientras otros cortan la cabeza de aquellos que la denuncian».

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