María Jesús Montero y Yolanda Díaz pactan 'in extremis' que el SMI no pague el IRPF, pero solo en 2025
La ministra Trabajo acepta la solución intermedia de la de Hacienda, a pesar de que aspiraba a mantener la deducción ante las futuras subidas del salario mínimo
El Gobierno paraliza el recorte de jornada de Díaz ante la dificultad de conseguir apoyos
Hacienda propone una deducción acotada a los trabajadores que cobran el SMI para no pagar IRPF

La ruptura de las negociaciones entre las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz ha derivado en un acuerdo de última hora por el que la ministra de Trabajo acepta que quienes cobren el salario mínimo interprofesional (SMI) no paguen el Impuesto de la Renta ( ... IRPF) al menos este año. El pacto no garantiza, sin embargo, que esa solución se extienda a los próximos ejercicios cuando el Gobierno apruebe nuevas subidas del salario mínimo, una condición que exigía Díaz pero que finalmente no ha aceptado Montero.
Las conversaciones entre las vicepresidentas para evitar que la última subida del salario mínimo interprofesional (SMI) pague el Impuesto de la Renta (IRPF) saltaban anoche por los aires cuando apenas quedaba tiempo para lograr un pacto que evite una mayor confrontación de PSOE y Sumar en el Congreso. Hacienda se levantó de la mesa de negociación, según ha indicado la ministra de Trabajo, porque «rezuma» que «a la ministra de Hacienda le parece ya alto el actual SMI», ha indicado Díaz en una entrevista en Telecinco.
En cuestión de minutos, con esas declaraciones de Díaz aún recientes, el Gobierno anunciaba el acuerdo 'in extremis' en un nuevo giro de guion que ha dado esta polémica desde que se aprobara la subida del SMI a 1.184 euros para este año. Montero ha tenido que acabar cediendo para que los trabajadores que cobran este sueldo -más de 2,5 millones de españoles- no paguen el IRPF, como era su intención. Pero Díaz también ha tenido que dejarse una parte de sus reivindicaciones: la de que esta medida tributaria se extendiera más allá de 2025, de cara a las nuevas alzas del SMI que previsiblemente aprobará el Gobierno los próximos años.
Montero ha celebrado el acuerdo alcanzado con Díaz, que permitirá que "en el año 2025 los trabajadores que perciban sólo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) no tendrán que tributar", y que se va a aplicar de forma "personalizada" para cada beneficiario. La vicepresidenta primera ha explicado que "el acuerdo ha consistido en que, en el año 2025, los trabajadores que perciban sólo el SMI no tendrán que tributar". Ha precisado que "sólo era un 20% el grupo de trabajadores que, cobrando el salario mínimo, iban a tener que hacer frente a sus obligaciones con la Agencia Tributaria, y de lo que se ha tratado en este acuerdo es de que ese 20% no tenga que tributar a partir de una deducción que se aplicará en el propio IRPF para compensar lo que tendrían que haber abonado frente a lo que se les da para compensar ese abono".
El choque entre los dos partidos que sostienen al Ejecutivo llegaba al punto de no retorno dos horas antes de la medianoche de este jueves, cuando los responsables de Hacienda que negociaban cómo quedará la tributación del SMI se levantaron de la mesa de la negociación con los de Trabajo. No estaban las vicepresidentas, pero sí se mantenían al tanto por teléfono. Díaz quería que la solución a la que se llegara sirviera para la subida del SMI de este año y para las futuras que se puedan aprobar. Montero se negaba en rotundo porque considera que debe ser una excepcionalidad para 2025, pero no quiere comprometerse más allá. Sin vías de acuerdo, la mesa se disolvió, aun conscientes de que hoy termina el plazo para que el Gobierno pueda vetar la iniciativa parlamentaria de Sumar, que puede unir sus votos al PP.
Discrepancias desde el Consejo de Ministros
La relación entre PSOE y Sumar ya venía deteriorándose por esta cuestión desde el mismo día en el que Yolanda Díaz salía a presentar la subida del SMI en el Consejo de Ministros y María Jesús Montero filtraba que este año sí tributaría en la Renta. La cuestión que ha llevado a la ruptura de las negociaciones ha sido la insistencia de Díaz en que la deducción para evitar la tributación vaya más allá de este año 2025, independientemente de que haya nuevas subidas del salario mínimo en los siguientes ejercicios. Algo que Hacienda no quiere.
La relación entre las dos vicepresidentas ha ido empeorando a medida que han transcurrido las últimas semanas tras aquel capítulo en la rueda de prensa de Moncloa, cuando Díaz aseguraba que no sabía nada sobre la intención de Montero y el IRPF minutos después de haber compartido mesa en el Consejo de Ministros con ella. Después llegó la iniciativa parlamentaria de Sumar contra la tributación; los amagos para unirse con PP y otros partidos; y las llamadas de atención entre ambas sin que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya mediado en este conflicto que ha acabado por enquistarse en el último minuto.
Para Díaz es clave que los trabajadores que cobran el salario mínimo no paguen el IRPF porque una de sus medidas estrella se viene abajo: de cobrar 50 euros más al mes, una parte pagaría 22 euros al fisco. Y sin visos de que su otra gran iniciativa para esta legislatura, la reducción de la jornada laboral, consiga salir del atolladero parlamentario en el que se encuentra -al no tener apoyos suficientes-, el enfrentamiento con Montero ha sido constante.
De hecho, consciente de que tampoco puede aparecer ante la opinión pública pactando con el PP en la Mesa del Congreso, y con la parte socialista del Gobierno dejando correr el reloj sin aportar ninguna iniciativa, la ministra de Trabajo llamó a la de Hacienda el pasado lunes para retomar las negociaciones. Así lo hicieron sus equipos técnicos, aunque Díaz sigue enfrascada en que no es momento de hablar de tributar al SMI, ni ahora ni ante las próximas subidas, al menos hasta que se aproxime más hasta los 20.000 euros anuales; y Montero, enrocada en que ya ha subido mucho el salario mínimo y llegaría algún momento en el que hay que pasar por la ventanilla de la Agencia Tributaria.
Una deducción acotada
Montero había ofrecido a Díaz una desgravación específica para que quienes cobren los 1.184 euros, con un alza de 50 euros brutos al mes que podía quedarse en 28 euros si no se cambiaba la normativa, no tengan que pagar el IRPF. Pero para ningún otro más, como los pensionistas, aunque su renta sea del nivel del SMI. Ni se compromete a ir actualizando esa deducción en los próximos años, cuando el Gobierno vaya aprobando nuevas subidas del SMI. Y aquí está la clave de la discrepancia, porque Trabajo quiere asegurarse que estos 2,5 millones de trabajadores no tributen hasta que el salario mínimo alcance un nivel más alto.
Fuentes de Hacienda aclaran que «el compromiso» es que el SMI llegue al 60% del salario medio neto español. «Nunca acordamos que con independencia de lo que suba el SMI, se garantice que no pagará nunca IRPF», apuntan. Y desde Sumar, insisten estas fuentes, «no quiere que el acuerdo sea tan explícito y claro en que hay que desvincular futuras subidas del SMI del debate sobre la tributación».
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