La generación Z, orgullosa de trabajar menos para vivir mejor

«El Covid y el confinamiento han suscitado en la población en general, y en los jóvenes en particular, la máxima de que hay que aprovechar el tiempo», expresa el sociólogo Javier Ros. Y es que a raíz de la pandemia, la Generación Z –los nacidos entre 1995 y los 2000– ha intentado redefinir la cultura laboral. El teletrabajo les abrió los ojos. Así lo cuenta Nuria, una joven madrileña que ahora se ha dado cuenta de que «sólo vivía para trabajar». Únicamente en desplazamientos invertía tres horas, más las ocho que pasaba en la redacción de la agencia de noticias donde tuvo su primera oportunidad laboral.

Noticia Relacionada

Las marcas intentan aprender el lenguaje de la Generación Z

Alicia Aragón

Entender a los 'centennials', nativos digitales identificados con la diversidad y la sostenibilidad, es un desafío que exige a las firmas un gran esfuerzo de adaptación

«Con la pandemia nos enviaron a todos a teletrabajar. Aquella nueva normalidad me fascinó», comenta. Desde ese momento, a Nuria le surgieron otras oportunidades laborales como 'freelance' en diversas agencias. Y dejó su empleo fijo: «Ahora trabajo desde casa, sin horarios y con un salario mayor al que recibía en mi anterior empresa. Son todo beneficios. Adiós también a la costumbre de calentar la silla. Rindo más cuatro horas –las que yo decida– en mi casa que ocho en la oficina». La joven explica que esta filosofía de autogestión genera buenos resultados. «Me concentro más, accedo a un mejor salario, elijo yo misma lo que me gusta y en vez de tener 20 días de vacaciones puedo tener 50. Además, no hay que olvidar que esto me da la oportunidad de seguir formándome, dado el tiempo libre que ahora tengo», añade.

Sin saberlo, Nuria se había sumado al movimiento de las 'lazy girl' iniciado por la joven estadounidense Gabrielle Judge. Ella vivió una situación parecida y decidió compartir su filosofía laboral con su comunidad de internautas. Así es como se viralizó en TikTok la tendencia 'Lazy Girl Job', o lo que es lo mismo: trabajos para chicas perezosas. Este nuevo modelo –que no está dirigido sólo al género femenino, aunque han escogido este nombre porque suelen ayudar a las mujeres a conciliar– se resume en poder acceder a empleos con horarios flexibles que incluyan buenos salarios. Puestos poco estresantes y que requieran el mínimo esfuerzo físico y mental. Según una lista realizada por TikTok sobre los 25 puestos de trabajo 'lazy girl' más buscados, aparecen ingeniero en la nube, asistente de aprendizaje digital y traductor, entre otros.

Judge explica a este medio que «quería encontrar una forma rápida de transmitir mi mensaje sobre el equilibrio entre la vida laboral y personal y el éxito profesional», y añade que 'Lazy Girl Job' «es una forma de pensar», el golpe definitivo a la filosofía de vivir por y para el trabajo ('hustle culture'). La estadounidense relata que, el año anterior, el 85 por ciento de los trabajadores en Estados Unidos afirmaron encontrarse desmotivados en sus puestos de trabajo. No hay que olvidar que en noviembre del 2021, el país americano protagonizó la denominada Gran Renuncia: 4,5 millones de estadounidenses abandonaron su puesto de trabajo, según la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos.

Un estudio realizado por Microsoft sostiene que el 54 por ciento de los trabajadores encuestados (30.000) pertenecientes a la generación Z están considerando dejar su trabajo, una tragedia tanto para empleados como para empresarios, matiza Judge. De hecho, la desilusión juvenil, agravada por el deterioro de la salud mental causado por la pandemia, ocupa el octavo puesto de los diez desafíos globales a los que nos enfrentaremos en un futuro inmediato, según el Foro Económico Mundial. «Mi principal objetivo es que mis seguidores piensen en su trabajo actual y se pregunten si son felices en ellos. Quiero animar a las personas a encontrar la carrera idónea que les proporcione la flexibilidad que necesitan. Soy una mujer joven que desafía la cultura del trabajo», concluye. Judge asegura que los consejos laborales tradicionales ya no funcionan hoy día, y que los jóvenes están buscando formas alternativas de enfocar su carrera profesional.

El sociólogo Javier Ros cree que esta desmotivación laboral también ha golpeado a los jóvenes españoles, y que está directamente relacionada con la pandemia. La inundación de las pantallas en la vida cotidiana tras la pasada reclusión de 2020, donde todo es al instante, cómodo y fácil, es clave: «En muchas ocasiones los jóvenes carecen de la formación necesaria para ejercer una ocupación y, por ende, se encuentran muy limitados».

Según Valentín Bote, director de Randstad Research, «cada vez hay mayor carencia de talento altamente cualificado». Y los jóvenes que lo poseen demandan, cada vez más, trabajos remotos, flexibles y con horarios adaptados a sus preferencias. Según el último informe Workmonitor 2023, el 51 por ciento de los jóvenes españoles no aceptarían un empleo si no le ofreciera flexibilidad en su horario de trabajo.

Además, explica que tendencias como 'Lazy Girl Job' reflejan el cambio en la mentalidad laboral de las nuevas generaciones que se viene observando en los últimos años. «Hoy día, los jóvenes buscan un equilibrio entre la vida laboral y personal, y contrasta en gran medida con la mentalidad de las generaciones anteriores que, a menudo, priorizaban el trabajo bajo condiciones más difíciles», expresa.

Raúl Sánchez, responsable nacional de la empresa de recursos humanos Eurofirms Group, afirma, citando datos de la EPA (Encuesta Población Activa), que «el número de ocupados de 20 a 24 años que desean trabajar menos horas ha aumentado casi un 70 por ciento este semestre, respecto al mismo periodo de 2019, aunque eso implique una reducción salarial». Estos datos, continúa, muestran un cambio de tendencia generacional en el que «el modelo convencional de trabajo pasa a un segundo plano, y toman protagonismo otros formatos híbridos que premian más la conciliación y anteponen el bienestar de sus empleados».

Bote plantea que estos tipos de empleo se suelen observar más en el sector tecnológico, en el que «cada vez más los empleados no conciben desempeñar su actividad como programadores o desarrolladores de 'software' sin contar con condiciones como trabajar cien por cien en remoto». Así pues, el director asegura que estos trabajos suelen estar en sectores relacionados con la tecnología y la innovación, en los que se requiere cierta creatividad.

De este modo, el trabajar para vivir es el nuevo pensamiento que se está implementado entre los grupos más jóvenes. «Se percibe, a través de diversos indicadores, esta tendencia al descanso, al ocio o, más bien, hacia la desgana, la pereza y la falta de implicación en la realidad que viven», opina Ros. El sociólogo explica que este cambio de mentalidad puede deberse a que vivimos en una sociedad que prima el bienestar y la cultura del 'ya'. «Y donde la vida ha sido muy fácil hasta la fecha de hoy para las generaciones jóvenes», añade. En su opinión, esta situación es una tragedia, ya que «salir de esta burbuja es entrar en el mundo de la explotación laboral actual, de la dificultad –casi imposibilidad– para acceder a una vivienda, de la progresiva desaparición de las clases medias y de las dificultades y frustraciones de la vida amorosa».

Así, subraya el sociólogo, estas 'modas laborales' que se imponen en las redes sociales, no ayudan a los jóvenes a crecer. Salir de tu zona de confort, marcarse retos y ser ambiciosos son «elementos decisivos en la maduración de la persona». «Es curiosa la secular tendencia en España de querer ser funcionario. Cuando la persona se mueve por el mínimo esfuerzo es fácilmente manipulable por la desestructuración en la que acaba encontrándose», expresa.

Antes de la década de los cincuenta, hacía falta mucho esfuerzo para llegar a tener un mínimo de bienes y comodidades. Basta escuchar las batallas laborales de nuestros abuelos para percibir que el mundo laboral ha experimentado en muy poco tiempo un cambio radical: «Antes las cosas eran para siempre: el lugar de residencia, el matrimonio, el trabajo e incluso los gustos. A fecha de hoy la obsolescencia, tanto de las cosas materiales como de las relaciones, es decisiva. Todo es susceptible de cambiar, moverse, deslizarse o reinventarse en cualquier momento. Esto puede generar altas dosis de estrés y frustración en nuestros jóvenes, afectando a su entorno laboral», señala el sociólogo.

Según el experto en recursos humanos Valentín Bote, los jóvenes prefieren permanecer de media en una empresa un máximo de tres años. Además, los futuros empleados tendrán entre siete y diez puestos de media durante su vida laboral, lo que implica que ese viejo concepto de que «una vida equivale a un puesto de trabajo» será una quimera en un futuro no tan lejano.

Es por esto que el mercado laboral se está transformando. Según el informe Future of Jobs del Foro Económico Mundial, elaborado este año, casi una cuarta parte de los puestos de trabajo cambiarán en los próximos cinco años.