Madrid, País Vasco y Navarra encabezan la competitividad de las CC.AA., que creció el doble que el PIB en 2023
Las Islas Baleares, Canarias, Andalucía y el Principado de Asturias presentaron los crecimientos más intensos
País Vasco, Madrid y Navarra, las únicas comunidades que alcanzan la productividad de la UE

La competitividad de las 17 comunidades autónomas españolas creció un 5,6% en 2023, siete décimas más que en 2022 y muy por encima del crecimiento del PIB (+2,7% en 2023), según un estudio presentado hoy por el Consejo General de Economistas ... de España (CGE). Esta mejoría es la segunda más acentuada desde que el CGE empezó a elaborar su análisis sobre competitividad regional, allá por 2008.
A partir de aquí hay diferencias por comunidades autónomas, con la Comunidad de Madrid, País Vasco y la Comunidad Foral de Navarra formando una tríada competitiva muy alejada de la media; en el caso de Madrid, cerca de un 60%. En cuarto lugar está Cataluña, que aunque sigue por encima de la media presenta valores más cercanos a Aragón, el quinto en discordia, que a Navarra.
Del lado contrario, en orden descendente, Extremadura, Andalucía, las Islas Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Comunidad Valenciana y Principado de Asturias fueron las menos competitivas en 2023, aunque hay un matiz. Las Islas Baleares, Canarias, Andalucía y el Principado de Asturias presentaron los crecimientos más intensos el año pasado, mientras que Extremadura, Castilla y León y Castilla-La Mancha crecieron por debajo de la media.
Los economistas achacan los buenos datos de la competitividad a la normalización definitiva de la situación tras la pandemia, el dinamismo económico del PIB en el último trienio, la recuperación del sector turístico, el aumento en el gasto público (con especial énfasis en los fondos 'Next Generation') o la resiliencia del mercado de trabajo. Hasta aquí lo bueno, pues la renta per cápita y la productividad, que en España están por debajo de la media de Europa, siguen empañando los resultados.
'Competitividad' y 'productividad' pueden confundirse fácilmente, pero son cosas muy distintas. Este último término refiere a la capacidad de producir una cosa o servicio en un período de tiempo y con unos recursos determinados, mientras que la voz 'competitividad' se emplea para dar cuenta de la capacidad de un territorio para ser atractivo a las inversiones empresariales.
Precisamente, hace dos semanas el CGE publicó un informe sobre productividad por CC.AA., uno que le echa agua al vino a los datos presentados hoy. La productividad del trabajo en España está estancada, tanto que en los últimos diez años ha aumentado apenas un 0,4%, siendo el 5º país de la UE-27 con menor incremento. A su vez, solo Madrid, País Vasco y Navarra alcanzaron los niveles de la UE.
El talón de Aquiles de la productividad
De lo que han expuesto hoy los economistas se deduce que unos mejores niveles de competitividad o de auge del PIB no corregirán la falta de eficiencia del tejido laboral español, que es un verdadero talón de Aquiles de nuestra economía. Según ha explicado José Carlos Sánchez de la Vega, director técnico del informe, este es un problema estructural que necesita de reformas de calado, entre las que ha destacado la inversión en I+D y la corrección de los desajustes en el sistema educativo.
«Necesitamos puestos de trabajo altamente cualificados, en España hay niveles de educación altos pero también hay sobrecualificación. No hay acompasamiento«, ha explicado, añadiendo que »el nivel de innovación no es lo suficientemente importante«.
Los insuficientes resultados en renta per cápita y productividad son importantes porque indican que España no está creciendo sobre bases sólidas. Valentín Pich, presidente del Consejo, ha recordado que el sensacional aumento del PIB en 2023 descansó en buena medida sobre el incremento de la población inmigrante, el turismo y los fondos de la Unión Europea.
La competitividad, de nada sirve sin calidad de vida
Hasta aquí, todo claro, pero falta por añadir a la ecuación el bienestar social, porque difícilmente la mejoría de la competitividad será beneficiosa si no se traslada a la calidad de vida de los ciudadanos, aunque la relación funciona en los dos sentidos, la una alimenta a la otra. La Comisión Europea, por ejemplo, considera que «una economía es competitiva si su población puede disfrutar de niveles altos y crecientes de vida, así como de altos niveles de empleo sobre una base sostenible«.
Como se lee en el informe del CGE, el concepto de la competitividad está «de moda», tanto que recientemente el expresidente italiano Mario Draghi elaboró un informe en el que analizaba la competitividad como un pilar para el progreso de Europa en un entorno geopolítico cambiante.
Precisamente por eso, en su informe el CGE ha añadido al análisis el Índice Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV), una encuesta que elabora el INE y que toma en consideración elementos como el trabajo, el ocio, la salud o la seguridad.
Uniendo el IMCV y la competitividad, se obtiene una radiografía más completa sobre la competitividad 'real' de las comunidades autónomas españolas, y eso es lo que han hecho los economistas en su informe. Los resultados son de mucho interés, más en un país en el que son frecuentes las acusaciones entre regiones a cuenta de las políticas fiscales y económicas.
En términos generales, los redactores del informe han advertido un cierto acompasamiento entre la evolución de la competitividad y la calidad de vida (evaluada con el IMCV); desde 2008 la una ha aumentado casi tanto como la otra. A partir de ahí las tasas de variación anual han sido distintas por CC.AA.
Las CC.AA. que más mejoran en calidad de vida
En la mayoría de los casos las regiones que han experimentado un crecimiento superior a la media en competitividad lo han hecho también en el indicador de calidad de vida, y las que han crecido menos en un índice lo han hecho también en el otro.
En concreto, once de las diecisiete regiones han mostrado similar pauta en competitividad y calidad de vida. Destacan las cifras alcanzadas por Castilla y León y Extremadura, con crecimientos del 2,8% y del 2,4%, respectivamente. En el lado contrario, tres comunidades autónomas –Región de Murcia, Comunidad Foral de Navarra y Principado de Asturias– presentan variaciones muy reducidas, de en torno al 0,1%.
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