El Vaso de Colchester se encargó para recordar una lucha real de gladiadores
Confirman que representa un combate entre individuos auténticos en la arena
La ciudad romana escondida bajo un puente

Muchos días, en la ciudad romana de Camulodunum, hoy conocida como Colchester, grandes grupos de ciudadanos se reunían en un espacio destinado al entretenimiento mientras el sol aún brillaba. El murmullo de la multitud creaba una tensión palpable, porque era un día de espectáculo gladiatorio. Allí, entre el polvo del anfiteatro improvisado, dos combatientes se alzaban con sus armas en mano, listos para luchar por la gloria, la supervivencia y, quizás, también, su libertad. Casi dos mil años después, un objeto singular nos devuelve a ese instante: el Vaso de Colchester.
Este vaso de cerámica, fechado entre el 160 y el 200 d.C., ha sido analizado en un estudio liderado por los expertos Glynn J.C. Davis y John Pearce, en colaboración con un equipo de arqueología, epigrafía y análisis isotópico. Según los investigadores, no es una simple pieza decorativa. «Se trata de un testimonio gráfico y epigráfico único que documenta la existencia de los combates gladiatorios en la Britania romana», explican Davis y Pearce en su artículo publicado en la última edición de 'Britannia, a Journal of Romano-British & Kindred studies'.
Según detallan, su inscripción y sus relieves en barbotina, una pasta líquida compuesta de arcilla y agua que se usa en la decoración cerámica, muestran a gladiadores en combate, y los nombres inscritos, como Memnon y Valentinus, hacen referencia a individuos reales que participaron en la arena.



Memnon, identificado como un tipo de gladiador llamado secutor, luchaba contra los retiarios armados con red y tridente. Su nombre proviene de la mitología griega, en referencia al legendario rey etíope de la Guerra de Troya. «El uso de nombres heroicos era una estrategia común entre los gladiadores para enaltecer su imagen pública», señala Pearce. La inscripción indica que Memnon participó en al menos nueve combates, lo que sugiere una carrera gladiatoria notable.
El nombre de Valentinus, por otro lado, también ha captado la atención de los estudiosos, ya que está vinculado a la Legio XXX Ulpia Victrix, una legión romana, la trigésima, fundada por el emperador Trajano y destinada a mantener el control militar en las fronteras del Imperio, en este caso, en la provincia de Germania, la actual Alemania. Este hallazgo plantea interrogantes sobre la relación entre los gladiadores y el ejército romano. «Podría tratarse de un gladiador militarizado o incluso de un soldado entrenado para la arena», especula Davis. Sin embargo, la ausencia de registros sobre sus combates sugiere que podría haber sido quizá un tiro, un gladiador novato que apenas comenzaba su trayecto en la arena.
Otro descubrimiento relevante es que la inscripción fue grabada antes de la cocción del vaso. Esto indica que fue elaborado por encargo, probablemente para conmemorar un evento gladiatorio específico. «No es una pieza de producción masiva, sino una creación única destinada a recordar un combate concreto», enfatizan los investigadores.
Urna funeraria
El Vaso de Colchester fue utilizado finalmente como urna funeraria. Los restos cremados en su interior pertenecen a un varón de más de 40 años, no originario de la región. Aunque es poco probable que haya sido uno de los gladiadores representados, su conexión con el evento es innegable. «Podría haber sido el editor del espectáculo o un lanista, el responsable del entrenamiento de los gladiadores», sugiere Pearce.
El hallazgo del Vaso de Colchester refuerza la idea de que en la ciudad se realizaban juegos gladiatorios,a pesar de que no se ha descubierto ningún anfiteatro hasta la fecha. Colchester albergaba el único circo romano documentado en Britania, lo que indica que allí podrían haberse llevado a cabo estos eventos, y se han encontrado otros vestigios vinculados a la cultura del espectáculo, como moldes para figuras en relieve y cuchillos con empuñaduras decoradas con gladiadores.
Además, se sabe que el comercio y las redes de transporte entre la Britania romana y la Europa continental facilitaban la movilidad de gladiadores y animales empleados en los espectáculos, de lo que dan fe las inscripciones que se han hallado en la región del Rin que documentan la captura de osos para las venationes, las cacerías de fieras que formaban parte de los juegos romanos.
Desde su hallazgo en 1853 en una necrópolis al oeste de Colchester, el Vaso de Colchester ha sido objeto de numerosas interpretaciones. Sin embargo, esta reciente investigación ha aportado pruebas concluyentes de que se trata de una pieza conmemorativa de un combate real.
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