Paul Newman, sexo, verdades y cintas de casete

Con ese material se ha escrito 'Paul Newman. La extraordinaria vida de un hombre corriente' (Libros Cúpula). Unas memorias autorizadas. Autorizadas por sus hijas porque Joanne Woodward, aunque viva, no está para autorizar nada. También se ha hecho el documental 'The Last Movie Stars' (HBO), de Ethan Hawke, una especie de Joanne Woodward para 'dummies'.

ENSAYO

'La extraordinaria vida de un hombre corriente'

• Autor Paul Newman
• Editorial Cúpula
• Año 2022
• Páginas 336
• Precio 21,50 euros

'La extraordinaria vida de un hombre corriente' tiene estructura audiovisual. El hilo principal lo lleva Newman, pero se intercalan en la narración las intervenciones de otros. Como si fuera un documental con su montaje. Interrumpen desde Joanne Woodward a Sidney Lumet, pasando por amigos de la infancia o el instituto.

Ya nos habían contado la vida y obra de Paul Newman. Lo de que odiaba la fama, su alcoholismo, su vulnerabilidad o la muerte de su hijo Scott por una sobredosis. Probablemente el libro más importante sea el de Shawn Levy, publicado en 2009 y que ya utilizaba las palabras de Newman como centro de la biografía. Ahí estaban sus varias vidas, la de actor, la de piloto de carreras y la de empresario y filántropo. O la historia del no tan idílico matrimonio Newman-Woodward. Durante el rodaje de 'Dos hombres y destino' tuvo un lío con la periodista Nancy Bacon, con Redford de carabina, cosa que ella contó.

En estas (sus) memorias recuerda Newman cómo Joanne Woodward lo convirtió en una criatura sexual desde que se encontraron en Broadway en 1953 estando él casado, con dos hijos y esperando un tercero. «Dejamos un rastro de lujuria allá por donde pasábamos: hoteles, moteles, parques públicos, cuartos de baño, piscinas, playas, asientos traseros y coches de alquiler». En el libro, un compañero de clase de Kenyon College lo recordaba como «salvaje, lascivo, peligroso». Elia Kazan, director de 'La ley del silencio' (con Brando) y 'Dulce pájaro de juventud' (con Newman) dice en una carta: «Si no conseguimos a Marlon Brando, voto por Paul Newman. Ese chico va a ser una estrella. Es tan guapo como Brando, pero su masculinidad, siendo también marcada, resulta más actual. Aún no es tan buen actor como Brando. Quizá nunca lo sea. Pero es sobresaliente, muy poderoso, profundo y sexual».

Quizá lo más diferente de lo leído en otras obras sea su infancia. El padre que devoraba la Enciclopedia Británica y esa madre obsesionada por la belleza de su hijo. Joanne Woodward: «Recuerdo que Paul solía decirme: 'Por el amor de Dios, me trataba como a una niña. ¡Quería que fuese una niña!' Él era su muñequita». O esa escena que Newman cuenta de su hermano y él. De pequeños se daban cabezazos contra la pared del comedor. «Años después, cuando regresé a casa tras la Segunda Guerra Mundial, examiné aquella pared y me asombró encontrar los grandes agujeros que hicimos allí».

También está el Newman borracho. «Nunca disfruté de la actuación, ni de subir al escenario. Me gustaba el trabajo preliminar… Quizá por eso bebía tanto. La exuberancia, el peligro, lo exultante de la interpretación se multiplicaban por ochenta. De haber obtenido aquellas sensaciones sólo de la actuación, no hubiese tenido que salir por ahí a ponerse ciego».

Y Woodward: «Paul casi se mató cuando estaba dirigiendo 'Casta invencible', en Oregón, en 1971. Una noche se cayó de la cama. Lo encontré en el suelo, con la cabeza sangrando, y fue lo más cerca que he estado nunca de decir: 'Se acabó, ya no lo soporto'. Cuando la película estuvo lista, Paul dejó el alcohol fuerte…».

'La extraordinaria vida de un hombre corriente' es un libro que enseña mucho sobre Paul Newman si no sabes nada de Paul Newman. Resultan más interesantes los otros. Mort Sahl, escritor satírico y amigo, sobre Steve McQueen: «Le molestó durante un tiempo; pensaba de él que representaba la incorporación de los analfabetos a la actuación. Paul quería que lo viésemos como un intelectual».